Cómo limpiar el disipador y cada cuánto tiempo deberías hacerlo

Tarde o temprano, todo el polvo que acaba entrando en vuestra caja de ordenador, acaba depositándose encima de los disipadores (ya sea este el del procesador o el de la tarjeta gráfica). Y, si tenéis una refrigeración líquida, se acumulará en el radiador que emplea para refrigerar el agua. Veamos cada cuánto tiempo hay que limpiar el disipador.
Mantener limpio el interior de nuestra caja de ordenador ha de ser, siempre, una de nuestras prioridades, con vistas a tener un equipo bien refrigerado, que no nos vaya a dar problemas de temperatura cuando estemos utilizándolo. Esto es más cierto cuando llega el verano y las temperaturas ambientes se disparan. Unos disipadores bien limpios pueden hacer que un procesador o una tarjeta gráfica sigan teniendo buen rendimiento, a pesar de tener una elevada temperatura ambiente.
Por supuesto, que la caja posea unos buenos filtros anti polvo antes que el aire pase a través de los ventiladores que lo introducen dentro de la caja, es algo básico si queremos tener un interior libre de polvo. Pero, lo hagamos como lo hagamos, el polvo siempre consigue entrar dentro de nuestra caja. Y, al final, se acaba depositando siempre en los disipadores del procesador y la tarjeta gráfica, así como en los radiadores de las refrigeraciones líquidas. Esto se produce porque al aire se le fuerza a pasar entre las aletas de refrigeración de estos componentes, para que pueda realizar su trabajo. Y es en estas aletas donde, al final, se acaba depositando todo el polvo.
Limpiar el disipador es algo que deberemos hacer con cierta frecuencia en nuestro equipo
Hay que tener en cuenta que, en caso de no limpiar el disipador, las temperaturas de funcionamiento de los componentes se elevarán a medida que la capa de polvo acumulado sea más espesa y esto, al final, nos acabará trayendo problemas de rendimiento.
En cualquier caso, os vamos a dar una serie de consejos prácticos a este respecto que os ayudarán mucho en esta tarea:
- Para limpiar el disipador, es buena idea desmontarlo del componente que está refrigerando. Esto nos va a permitir trabajar con él fuera de la caja, evitando que todo el polvo que estamos quitando de este componente, vuelva a caer en su interior.
- Somos conscientes que desmontar el disipador de la tarjeta gráfica no es tan sencillo como hacerlo con el del procesador. En este caso, es suficiente con sacar la tarjeta del interior de la caja para limpiar su disipador a fondo en el exterior.
- Para los radiadores de las refrigeraciones líquidas, nos tememos que os tocará desmontar el radiador del lugar donde lo tengáis anclado, para sacarlo fuera de la caja todo lo que os permita el tubing plástico por el que va el líquido refrigerante.
- Una vez lo tengáis todo fuera de la caja, podéis emplear un pincel suave sobre las aletas de refrigeración (previo paso de haber quitado el o los ventiladores) en todos los casos. Con las tarjetas gráficas, si podéis quitar la cubierta plástica que suele ir encima de ellas, ya no será necesario desmontar el o los ventiladores.
- Otra manera de limpiar el polvo es hacerlo con aire a presión. Pero haced esto lejos de la caja, dado que este aire a presión suele llevar pequeñas gotas de condensación junto al chorro de aire, y ya sabemos todos lo mal que le sienta a la corriente eléctrica el agua.
- En caso de optar por este último método, es conveniente dejar secar los componentes un tiempo previo antes de volver a montarlos en la caja.
En cuanto a la frecuencia de limpieza del disipador o radiador, esta va a variar bastante dependiendo de lo limpio que sea el ambiente que os rodea. Por ejemplo, si vuestra casa está bastante limpia, no tenéis animales de compañía y nadie fuma, con que los limpiéis una vez cada 6 u 8 meses suele ser más que suficiente. Pero si vuestra casa está en medio del campo, tenéis animales de compañía y se fuma, lo suyo es limpiarlo cada dos meses. Y ojo a la nicotina, que se va pegando a los componentes, formando un engrudo que no es nada sencillo de eliminar.