Queda ya poco tiempo para que NVIDIA lance al fin su nueva GeForce GTX 1080 Ti –está confirmado que lo hará, y lo que no se sabe es el cuándo-, una gráfica tope de gama que pretende satisfacer las necesidades de los jugadores que buscan el mejor rendimiento sin importar el coste. Claro está que una gráfica de alto coste tiene que cumplir varias premisas para triunfar en el mercado, y eso es precisamente de lo que queramos hablaros en éste artículo desde nuestra perspectiva personal.
Las malas lenguas dicen que NVIDIA tenía ya preparada la presentación de la GeForce GTX 1080 Ti para el CES de éste año, pero que la cancelaron a última hora al ver que AMD no presentó ninguna información relevante sobre VEGA durante la feria. El PAX que tendrá lugar a partir del 10 de Marzo parece ser la fecha escogida por fin para la presentación de todas las gráficas de arquitectura Pascal que los de verde tienen en la recámara, incluyendo claro ésta GTX 1080 Ti de la que os hablamos en el día de hoy. La supuesta presentación en el PAX no está confirmada, ojo, si bien es cierto que proviene de un portavoz de MSI quien también dijo que habrá gráficas personalizadas por los ensambladores desde el primer momento.
Las claves del éxito
El mercado de tarjetas gráficas es cada vez más feroz, y con la presentación de AMD Vega en ciernes, NVIDIA debe ponerse las pilas si quiere llevarse el gato al agua, si bien desde hace tiempo ya vienen demostrando que su nivel de ventas es mejor que el de AMD incluso aunque en cuestión de precios no pueden o no quieren hacerle la competencia a los de rojo. Las cosas les van bastante bien con éste modelo de negocio, así que el cambiarlo -que les reportaría menos beneficios directos- no parece una opción.
Así pues, estamos ante una gráfica que será muy cara, y si tenemos en cuenta el precio al que salieron las GTX 1080 será de esperar un precio base de entre 900 y 1.000 euros fácilmente. ¿Qué pueden ofrecer a los usuarios por éste precio? Rendimiento, por supuesto, dado que quien se gaste 1.000 euros en una tarjeta gráfica es lo que espera.
Bajo nuestro punto de vista personal la clave va a ser el juego a resolución 4K. Hoy en día ninguna gráfica del mercado puede garantizar el jugar a resolución 4K con todos los ajustes gráficos al máximo manteniendo los ansiados 60 FPS estables, y dado el ahínco con el que nos están metiendo la resolución 4K por los ojos desde hace un par de años, éste debe ser el punto clave. Personalmente, si yo tengo 1000 euros para gastarme en una solución gráfica solo lo haría si tengo la garantía de que voy a poder jugar a 4K y 60 FPS sin el menor inconveniente. De lo contrario optaría por gastarme ese dinero en una configuración SLI, es así de simple (dos GTX 1070 en SLI cuestan menos de ese dinero y prácticamente lo garantizan).
Otro de los factores en los que NVIDIA debe centrarse para que la GTX 1080 Ti triunfe va más allá del rendimiento. Los sistemas con factor de forma pequeño, silenciosos y eficientes están a la orden del día, y los de verde deben repetir el buen trabajo que hicieron en términos de eficiencia con la GTX 1080, que solo necesitaba un único conector de 8 pines para funcionar. Si la GTX 1080 Ti necesita más potencia de la fuente de alimentación personalmente lo consideraré un fracaso.
El factor sorpresa
Pero estamos hablando de una gráfica de 1.000 euros, y alcanza el punto en el que el rendimiento y la eficiencia no deben ser suficientes. Como hemos dicho antes, según MSI desde el primer momento se lanzarán gráficas personalizadas por los ensabladores, pero si NVIDIA lanza una versión propia como las Founders Edition deberá innovar de alguna manera en términos de diseño.
El nuevo disipador de las gráficas de referencia de NVIDIA ha demostrado ser bastante decente incluso para ser de tipo blower, pero creo sinceramente que raramente éste tipo de disipadores gusta a los usuarios. NVIDIA debe renovar el disipador de sus modelos de referencia y hacerlo por una versión que nos de mejores temperaturas pero sobre todo un mayor silencio.