En Noviembre del año pasado ya os contábamos que en muchos casos el nuevo sistema operativo de Microsoft, Windows 10, se instalaba en el equipo sin el consentimiento del usuario. Muchos denunciaron por vía legal a los de Redmond por prácticas monopolísticas y por atentar contra la privacidad del usuario, pero no ha sido hasta ahora que una sentencia ha emitido una multa a la compañía, sentando precedente.
La californiana Teri Goldstein ha sido el primer caso de seguramente muchos. Ésta persona denunció hace algunos meses a Microsoft porque, igual que a muchos usuarios, un buen día apagó su ordenador con Windows 7 y la siguiente vez que lo encendió se encontró con Windows 10 instalado sin su consentimiento y sin aviso previo. Goldstein convenció al juzgazo de California de que ésta actualización eliminó programas que ella necesitaba para trabajar, y además causó que su ordenador, de ya algunos años de antigüedad, se volviera bastante más lento.
El tribunal finalmente le dio la razón a ésta usuaria, condenando a Microsoft a pagarle un montante de 10.000 dólares en concepto de indemnización. La parte mala es que ahí ha quedado la cosa, una mera multa y ya está.
Desde luego Microsoft ha sido ampliamente criticada por su política con respecto a Windows 10, y ya no solo por los temas de la privacidad, sino precisamente por ésta intromisión de la que os estamos hablando en éste artículo, pues fueron miles de usuarios los que se quejaron precisamente de que Windows 10 se instaló en su equipo sin consentimiento del usuario. No cabe duda de que Microsoft ha realizado prácticas bastante cuestionables para “instar” a los usuarios a actualizar a Windows 10, y ésta sentencia seguramente siente precedente y sean muchos más los usuarios que a causa de esto se animen a pedir indemnizaciones a Microsoft.
¿Qué pensáis vosotros al respecto?
Vía | The Guardian.