Es bastante frecuente que, tras instalar una nueva tarjeta gráfica dentro de nuestro ordenador, e iniciarlo, se muestre la pantalla en negro. Sin embargo, todas las luces LED de nuestro equipo se encuentran en funcionamiento y todo parece operar de manera normal. En este tutorial vamos a ver las posibles causas de ello y las soluciones que podéis intentar para solventar este problema.
Uno de los problemas más comunes que nos podemos encontrar cuando acabamos de instalar una tarjeta gráfica en nuestro PC es simplemente que esta no emita imagen a nuestro monitor. No se trata de una ocurrencia rara, pero cuando ocurre podemos pensar que nos han vendido una tarjeta gráfica rota. Sin embargo, la mayoría de veces se trata de problemas muy pequeños y que, por tanto, tienen una fácil solución que no requiere de altos conocimientos arca de hardware.
Soluciones a la pantalla en negro
Como es habitual a la hora de diagnosticar un problema en un ordenador, utilizaremos el método de «prueba y error» hasta lograr localizar la causa. Lo cual significa que vamos a realizar una serie de comprobaciones y, por tanto, no será más que una puesta a punto para comprobar que no solo la tarjeta gráfica, sino también de todos los elementos a los que esta se encuentre conectada.
Os recomendamos seguir los pasos siguientes en orden para ver que todo funciona correctamente, si después de seguir todos ellos nos encontramos que la tarjeta gráfica provoca una imagen en negro en el monitor, entonces estará claro que es un defecto de fábrica. Por lo que tendrás que tramitar el proceso de garantía para un reemplazo por un modelo funcional o la devolución del dinero.
Comprobar si el cable está conectado a la gráfica
Aunque muchas veces parezca obvio, los errores más comunes suelen estar en aquellos casos en los que pensamos que todo está como debería, y realmente uno de los fallos que podemos encontrar si nuestra pantalla no funciona después de haber conectado todo donde debería, está en que igual no lo hemos conectado bien. En este caso nos referimos a que desde un principio debemos comprobar que los propios cables se encuentran conectados a la gráfica ya que no es extraño confundir los puertos que ofrece este componente con los de la placa base.
Y es que la propia placa también permite conectar algún que otro cable de vídeo, ya que los procesadores que tienen una GPU incorporada permiten utilizar el ordenador incluso si no tenemos una tarjeta gráfica dedicada para ello. En este punto, realmente lo único que debemos hacer es comprobar si el cable de nuestra pantalla se encuentra conectado en las bahías de la tarjeta gráfica o en la zona de E/S que tiene la placa base, diferenciarlos es bastante simple ya que la zona de la placa base suele venir con un recubrimiento que lo identifica, mientras que los puertos de la tarjeta de vídeo se encuentran justo debajo de estos.
Si una vez habéis comprobado que todo está perfectamente conectado donde debería, es entonces cuando podemos empezar a preocuparnos debido a que el fallo puede estar en otros aspectos, aunque por lo general antes de pensar que la gráfica se ha roto siempre hay que comprobar el resto de los problemas que puede tener que no estén relacionados con el propio estado de este componente, para asegurarnos de que no se nos escapa nada antes de pensar en reemplazarla.
¿Tienes el monitor encendido?
Puede parecer una perogrullada, pero, en realidad, no lo es. No solo es verificar si el cable de alimentación está correctamente conectado a la toma de corriente por un extremo y al monitor por el otro. También es comprobar que el monitor se enciende correctamente. Y, si tiene varias entradas de vídeo, asegurarse que tenemos seleccionada la que corresponde al cable de vídeo que estamos empleando para conectar la tarjeta gráfica con el monitor.
Es importante que os aseguréis de que el monitor funciona correctamente usando otros dispositivos en el mismo. Si hacéis uso de una interfaz DisplayPort lo tendréis más difícil dado que hay menos dispositivos que hacen uso de ella. En cambio, con el HDMI es diferente y hay mayor variedad de dispositivos que podrás probar. Si el monitor enciende, entonces tendremos que mirar si los cables funcionan.
Utilizar otro puerto de entrada
Tanto si utilizamos un TV como monitor como si nuestro monitor dispone de varias entradas HDMI, además de comprobar el cable que utilizamos, tal y como os hemos explicado en el apartado anterior, también debemos probar en el resto de los puertos HDMI de nuestro monitor o TV, ya que cabe la posibilidad de que el problema se encuentre en el televisor y no en la tarjeta gráfica.
También debemos asegurarnos de haber seleccionado correctamente el puerto de entrada en el monitor o TV, ya que, de lo contrario, estaremos intentando mostrar la señal de una fuente a la que no se le está enviando ningún tipo de contenido, por lo que nunca saldremos de la pantalla negra que muestra. Si después de asegurarnos de que el problema no está en el puerto de entrada al TV, tendremos que seguir probando con las opciones que os mostramos a continuación.
Utilizar otro puerto de salida de la gráfica
Enviar la señal de un PC a un monitor es una labor de dos elementos: la gráfica y un monitor. Si el monitor dispone de varios puertos de entrada y nos hemos asegurado de seleccionarlos correctamente y sigue sin mostrarse imagen alguna, debemos probar con los diferentes puertos de salida de vídeo que tiene la gráfica. Todas las gráficas, incluyendo las más antiguas tienen más de una salida de vídeo. Los modelos más recientes han abandonado por completo los conectores más antiguos y únicamente ofrecen soporte para HDMI y DisplayPort.
Da igual que salida de vídeo utilicemos para enviar la señal a un monitor ya que todas están diseñadas para enviar la señal del escritorio. Aunque es poco probable que una de las salidas de la gráfica pueda dejar de funcionar, siempre cabe la posibilidad de que suceda.
Para descargar que el problema sea de la salida, debemos probar con el resto de los puertos. Si ninguno de los puertos es capaz de enviar la señal al monitor, puede que el problema no está relacionado ni con el monitor ni con la gráfica, sino con el cable que estemos utilizando, especialmente si se trata un cable que compramos en la tienda de los chinos.
El cable HDMI o DisplayPort no funciona
Hay una cosa que nosotros siempre hemos recomendado en HardZone, utilizad los cables que os vienen con cada dispositivo y no otros. Un consejo personal que os doy es que etiquetéis los cables HDMI y DisplayPort que no empleáis con sus especificaciones base. De esta manera sabréis qué cables son los más adecuados para un monitor concreto o una tarjeta gráfica. ¿Si un cable deja de funcionar? Descártalo por completo.
También otra cosa que muchos usuarios licenciados consideran una tontería, pero que no es tal. Debéis de comprobar que el cable de vídeo está bien sujeto a la tarjeta gráfica por su correspondiente extremo, y a la entrada correcta del monitor por el otro. En caso de no estarlo, es imposible que el monitor reciba imagen de vídeo y de ahí a que os aparezca la pantalla en negro.
En el caso de que el procesador de vuestro PC tenga una GPU integrada dentro del mismo, la cual es diferente a la que habremos instalado como tarjeta de expansión, entonces la solución es mirar si la imagen está siendo retransmitida por el hardware gráfico que no es. Para ello desconecta el cable HDMI o DisplayPort de los conectores de la tarjeta gráfica y usa los de la tarjeta gráfica. Si ves que aparece la imagen, entonces es hora de apagar el ordenador, desenchufarlo e ir a por el siguiente paso.
La salida de vídeo está rota
Es posible que la transmisión de vídeo desde la tarjeta gráfica al monitor se haya visto afectada por el hecho de que la salida de vídeo se ha roto, ya sea por el hecho que las soldaduras se han roto o la pieza simplemente no funcione. En ese caso es tan sencillo como cambiar de conector de salida en la tarjeta de vídeo.
En todo caso, si la tarjeta gráfica es nueva y está en garantía, te recomendamos que pidas un reemplazo por otra igual, ya que en ese caso es un error de fábrica y ellos deberían poder subsanarlo, ya sea dándote una 100% funcional o reparando la que ya tenías.
Tarjeta gráfica está mal insertada en la ranura PCIe
Si la tarjeta gráfica no está correctamente insertada en su ranura PCI Express correspondiente, entonces los pines no harán contacto y, por tanto, no habrá ni comunicación ni alimentación para la misma. Por lo que asegúrate de que está bien colocada en su ranura. Eso si, no lo hagas a lo bruto, sino que hazlo con cuidado, ya que no ganas nada poniéndote nervioso. Todos alguna vez hemos colocado mal algún componente o apretado un tornillo mal a la hora de montar algo.
Eso sí, y aunque parezca que no tienen nada que ver, durante el desmontaje y posterior montaje de la tarjeta gráfica, es factible que la memoria RAM se mueva en sus ranuras, aunque a nosotros nos parezca que no lo haya hecho. Por consiguiente, no tendremos que asegurar de que la memoria RAM del ordenador se encuentre bien colocada por si en el proceso y sin querer la hemos desconectado. Si después de esto sigue apareciendo la pantalla en negro, entonces solo nos queda el último punto.
Falta de potencia de la fuente de alimentación.
No olvidemos que la tarjeta gráfica es el componente que más energía consume y a la hora de comprar una, el fabricante nos dirá cuál es la potencia eléctrica que necesitamos en nuestro PC para usarla. ¿Nuestro consejo? Hacer uso una de un nivel superior a la que os piden las especificaciones y con la mayor eficiencia posible. Es decir, si os piden una de 750 W y tenéis a tiro una de 850 W vayáis a por la segunda.
Llegar a comprar una nueva tarjeta gráfica sin tener en cuenta la potencia que puede suministrar la fuente de alimentación es una mala idea. Dado que, si habéis montado una tarjeta gráfica que requiere bastante más potencia de la que es capaz de suministrar la fuente, lo más probable es que el ordenador muestra una pantalla en negro, como consecuencia de no haber podido arrancar. En este caso, deberíais de comprar una nueva fuente de alimentación de más potencia. Lo que es fácil si el PC te lo has montado a piezas tú.
Comprobar la fuente de salida de vídeo
De forma predeterminada, cuando montamos un PC, la salida de vídeo que se establece es la integrada en la placa base, por lo que debemos conectar el monitor a la salida HDMI de esta.
Cuando instalamos una tarjeta gráfica, la placa base la reconoce y, automáticamente, cambia la salida de vídeo predeterminada, convirtiéndose la gráfica en la señal predeterminada del equipo. Sin embargo, en ocasiones, este cambio no se produce automáticamente invitando al usuario a realizar el cambio de forma manual.
Afortunadamente, cambiar la fuente de salida de vídeo es un proceso muy sencillo, proceso que debemos realizar a través de la BIOS del equipo, por lo que acceder a esta es lo primero que debemos hacer.
Lo primero que debemos hacer es conocer cuál es el botón que debemos presionar para acceder a esta en base al fabricante de la placa base (lamentablemente no todos los fabricantes utilizan el mismo método).
Desde el menú principal de la BIOS, debemos acceder a los ajustes avanzados donde debemos buscar la opción iGPU Multimonitor o similar y seleccionar la opción Disabled o desactivado. A continuación, debemos cambiar el cable del monitor de la placa base a la tarjeta gráfica.
A partir de este momento, la próxima vez que encendamos el ordenador, el problema de la pantalla negra del monitor conectado a la gráfica se habrá solucionado.
El problema de los PC clónicos o ya montados
Uno de los problemas más comunes que suelen tener los ordenadores que ya se venden construidos son sus pésimas fuentes de alimentación, las cuales casi nunca se especifican en las características cuando compramos un PC y suelen ser el factor limitante a la hora de instalar una tarjeta gráfica y no solo por el espacio, sino que esto tiene que ver con el último punto de las comprobaciones.
A mucha gente le ha ocurrido que ha comprado un ordenador ya hecho y con un diseño muy espectacular, donde para conseguir ese bonito diseño estético el fabricante ha tenido que sacrificar espacio y ha acabado colocando no solo una fuente de menor potencia, sino además que esta tendrá una forma que será distinta al estándar y no podremos reemplazarla por otra de mayor potencia.
Es por ello que os recomendamos escoger siempre diseños estándar. La torre de toda la vida puede parecer aburrida, pero cumple los estándares y nos permite trastear con ella e incluso cambiar su fuente de alimentación si es necesario. Por lo que si vais a confiar en que otros lo monten por nosotros y sean ellos los que decidan qué componente añadir, preguntad cuestiones como la de la potencia para evitaros sorpresas. Sobre todo cuando queráis añadir hardware extra, mucho más potente y exigente energéticamente, y veáis que el PC es incapaz siquiera de arrancar. Sobre todo, porque lo hace pensando en la salud del sistema y que no se produzcan fallos catastróficos. Así que tenlo en cuenta.
¿Y si tengo un portátil?
En este caso la cosa se complica, ya que, posiblemente, la gráfica esté soldada a la placa y el posible chequeo visual y arreglo manual es mucho más difícil. En ocasiones, debido al calor extremo, golpes o sencillamente paso del tiempo, esta puede moverse, aunque sea casi inapreciable y cortar la conexión necesaria para que funcione de forma eficaz. En estos casos, siempre y cuando el equipo no tenga garantía, la única opción que tenemos es vender el equipo por piezas y comprar uno nuevo, ya que la reparación en el servicio técnico oficial puede costar más que un equipo nuevo.
Es algo que a los MacBook Air les pasaba mucho. Es más, a mí me ocurrió. Existen soluciones como intentar utilizar un secador para derretir el estaño y volver a unirlo o simplemente moviendo un poco el portátil a una posición donde haga mejor contacto, sin embargo, todo esto no es más que un parche temporal, avisándote de que le queda poco, y, salvo si eres un manitas, es complicado realizar todo el proceso, sobre todo si tienes garantía, pues la perderías. Tendrás que llevarlo a un soporte a que le echen un vistazo, no hay ninguna forma de arreglar una tarjeta gráfica que funcione mal por culpa del hardware.