Elegir la mejor placa base para tu PC no implica necesariamente comprar la mejor placa base que haya disponible en el mercado, sino elegir la que mejor se adapte a lo que necesitas. Y ya que es una elección de suma importancia, por el hecho de que como sabes todos los demás componentes se conectan a ella, en este tutorial vamos a tratar de guiarte para que puedas elegir la mejor placa base dependiendo de tus necesidades y del resto de tu hardware.
La elección de la placa base para tu próximo PC no es algo baladí, por mucho que al final la mayoría de las personas menos entendidas se centren únicamente en el precio, la gama y el procesador o la memoria con los que es compatible. Este fallo puede llevar a que en caso de elegir mal una placa base, podamos experimentar problemas a la hora de tratar de incorporar el resto de componentes ya que puede darse el caso de que estos no puedan utilizar toda la potencia que poseen. No obstante, si de verdad quieres elegir la mejor placa base para ti y no gastarte ni de más ni de menos, entonces sigue leyendo porque en este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber.
Cómo elegir la mejor placa base entendiendo tus necesidades
Es curioso como la gran mayoría de usuarios no le presten la atención a la placa base que van a escoger, es más, muchas veces escogen la placa inadecuada por el hecho de realizar una selección de componentes para luego escoger el modelo más barato y con las peores especificaciones técnicas, solo para llegar al límite del presupuesto. Por otro lado, no podemos olvidar como las de alta gama traen consigo características que posiblemente no vayas a usar nunca.
No olvidemos que tenemos placas base que van desde menos de 50 los 1000 euros, porque a la hora de escoger, no será por falta de modelos. Es por ello que hemos decidido no hablarte de modelos concretos, si no en las especificaciones en las que debes fijarte para realizar la elección adecuada, para que de esta forma, no te arrepientas de tu compra.
Repetimos el hecho de que no estamos buscando la mejor placa base del mercado, sino la mejor según cuáles sean tus necesidades. Dado que no tiene sentido pagar de más por algo que no vas a utilizar o que no vas a sacar provecho de ello. Dicho esto, vamos a ver los factores cruciales a la hora de elegir la placa que mejor se adapte a lo que necesitas.
Procesador
La primera pregunta que deberás hacerte es el procesador que quieres colocarle a tu PC, este punto es importante por el hecho que marcará por completo la familia de placas base a escoger. En la actualidad las más nuevas son las que usan el chipset AM5 de AMD para sus Ryzen 7000 y Ryzen 9000, pero si optases por una CPU de una generación anterior, entonces tienes la opción de las placas base AM4.
¿Nuestro consejo? Huir por temas de antigüedad y rendimiento de cualquier modelo inferior a la serie 500 de AMD y si nuestro presupuesto lo permite ir a por la serie 600 y los Ryzen 7000. en 2024, AMD lanzó dos nuevos procesadores compatibles con AM4, por lo que este tipo de placas todavía tienen una larga vida por delante, siendo una excelente opción si lo que estás buscando es un PC económico ya sea para trabajar o jugar sin problemas.
En el caso de Intel, lo que os diremos es que optéis por la serie 600 o 700, pensadas para Intel Core 12 o 13, aunque han pasado varios años desde el lanzamiento de estas generaciones, en la actualidad sigue siendo un procesador más que suficiente para jugar y trabajar sin ningún tipo de problema, siendo la 12ª generación la más vendida por su excelente relación calidad-precio que tiene en este momento. Si bien las CPU de hace varias generaciones no son malas y siguen dando buen rendimiento, no es plan de ir de perjudicaros a vosotros mismos limpiando el inventario sobrante para tener un producto más anticuado y, por tanto, tecnológicamente peor.
A la hora de comprar un PC, es importante tener en cuenta la vida útil de las placas base. Como hemos comentado más arriba, actualmente AMD lanza procesadores con el socket AM4 y AM5. Intel cambia cada dos años el zócalo de sus procesadores, por lo que la vida útil de la placa base se limita a un máximo de 2 años, 3 en el mejor de los casos. A no ser que tengas la intención de renovar el procesador de tu PC cada dos años, lo mejor que puedes hacer es optar por un procesador de AMD con AM4 o AM5.
Al final lo recomendable para ambos casos es optar por una placa base que nos dure el máximo tiempo posible, aunque está claro que uno de los problemas es que esto por lo general siempre implica tener que invertir una mayor cantidad de dinero. Al final optar por las series que tienen chipsets compatibles con varios procesadores más recientes es algo que siempre va a costar más dinero, por lo que podemos decidir entre conseguir una placa base con la mayor compatibilidad posible con las nuevas generaciones, o comprar una de inferior calidad que simplemente nos permita hacer todo lo que necesitamos sin que tenga un precio excesivo.
Tipo de torre y caja
Dependiendo del espacio del que dispongamos deberemos escoger si nos interesa una placa base Mini-ATX, Micro-ATX, ATX o eATX. No hay nada peor que tener una torre enorme con una cantidad de puertos y espacios sin usar, aunque al mismo tiempo, quedarse cortos en cuanto a la capacidad de expansión no es buena idea.
Es por ello que cuando vayas a comprar una placa base no te limites únicamente en escoger lo básico, sino también en lo que considerarías a futuro una buena idea como expansión para tu PC y que sepas que vas a utilizar. A partir de ahí y con ello podrás escoger la placa base que más se adecue a tus necesidades y no pagarás de más por puertos que no uses ni tampoco los echaras a faltar.
¿El mejor factor forma para el usuario medio? Pues las placas base y cajas MicroATX son las que se encuentran en el punto ideal, de ahí a que sean las más populares, aunque dependerá siempre de vuestras necesidades, y no todos tenemos las mismas.
Por otra parte, si queremos orientarlo para crear un ordenador gaming, la mejor opción es optar por las placas eATX o las ATX estándar, por el simple hecho de que ofrecen un mayor espacio y tecnologías que por lo general son superiores al resto, permitiendo que exista un mejor flujo de aire y que no tengamos que preocuparnos de si nuestra tarjeta gráfica o disipador va a caber o no, ya que si tenemos una placa base de este tipo, por lo general la torre suele ir acorde en cuanto a tamaño, evitando estos problemas.
Memoria RAM
Mucha gente piensa que tener cuatro ranuras ocupadas es una tontería por el hecho que en ancho de banda la CPU solo se comunica con dos zócalos. Pues bien, los otros dos adicionales no solo dan más capacidad, sino que evitan problemas de contención al reducir las coincidencias en el banco de memoria a la hora de ir a por una dirección de memoria concreta. En general no se suele recomendar en configuraciones de alto rendimiento por el problema que puede tener el flujo de aire, no porque vayan peor de rendimiento, ya que al igual que el resto de los componentes la memoria RAM también se calienta y puede aumentar la temperatura general de la caja.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que al final dependiendo del modelo de placa base que elijamos esta tenga un formato u otro, por lo que si queremos un rendimiento superior tendremos que optar por aquellas que nos permiten instalar módulos RAM DDR5. Aunque esto de primeras también lo podremos ver a la hora de elegir el procesador, ya que si el procesador es compatible con DDR5 implica que obligatoriamente la placa base también lo será, algo que debemos tener en cuenta ya que obviamente si una placa base incorpora un formato de RAM obviamente el resto son incompatibles.
Zócalos PCI Express
En cuanto a las ranuras para tarjetas de expansión, la paradoja es que una placa base más compacta suele tener menos cosas van a traer, por lo que llegará el día en que necesitaremos colocar una tarjeta que nos de esa capacidad extra de la que no disponemos inicialmente, pero que por desgracia no podremos instalar. Es por este motivo que las placas Mini-ITX han caído en desuso, por el hecho de que solo tienen un puerto PCI Express y les faltan una cantidad buena de especificaciones.
Por lo general cuando optamos por comprar una placa base, si tenemos pensado utilizarla para jugar suponemos que siempre vamos a optar por aquellas que tienen varios zócalos PCIe, siendo los modelos más utilizados en este tipo de configuraciones tanto la ATX normal como la Extended ATX. Estos zócalos resultan importantes ya que nos ofrecen la posibilidad de incorporar varias tarjetas de expansión, como las tarjetas gráficas, las de sonido o directamente las que nos permiten tener una conexión WiFi si nuestra placa no lo admite de normal.
Unidades de almacenamiento
Lo siguiente que has de preguntarte es si vas a utilizar disco duro o unidad SSD, en el primer caso deberás asegurarte tener los puertos SATA para conectar todas las unidades que vas a usar, ya que hay ciertas placas base actuales que es posible que no incluyan estos conectores. Teniendo en cuenta que por lo general para sistemas de uso doméstico con 1 TB o 2 TB de almacenamiento suele ser suficiente, lo mejor es optar por una placa que tenga mínimo dos puertos, por si queremos conectar dos unidades de 1 TB que suele salir más barato que una de mayor capacidad.
En cuanto a las unidades de estado sólido, fíjate en la cantidad de expansiones M.2 que existen en la placa y que generación soporta cada zócalo, esto lo podemos encontrar en las especificaciones de la propia placa, y resulta extremadamente importante conocer el tipo de conector que es, ya que cabe la posibilidad de que conectemos nuestra unidad en un sitio que no pueda alcanzar las velocidades del SSD por ser de una generación anterior, lo que implicaría que el rendimiento sería inferior al que debería.
Conectividad
La penúltima pregunta que tienes que hacerte es si vas a tener tu PC cerca del enrutador de internet o vas a necesitar un cable para ello, sea como sea, nuestra recomendación es que al menos optes por una placa base en la que puedas colocarle un módulo M.2 o una tarjeta de expansión que te permite darle WiFi y Bluetooth en un momento dado si los necesitas.
Optar directamente por una placa que incorpora ya estas dos funciones suele ser bastante más caro, aunque la diferencia que podemos encontrar de precios puede ser similar a si compramos la tarjeta de Wifi por otra parte, por lo que al final lo mejor es saber desde un principio si queremos que esté conectado por ethernet o por Wifi.
Un solo puerto Ethernet Gigabit ya nos va a dar el ancho de banda suficiente como para hacer cualquier cosa que necesitemos, pero si planeas usar el PC como servidor doméstico o para streaming de vídeo, un doble puerto RG-45 Gigabit siempre es de ayuda.
Salidas de audio
Muchas placas base traen una tarjeta de sonido integrada a día de hoy, lo cual hará que no tengas que depender de una tarjeta externa, no se trata de un punto tan importante como los demás, pero deberás plantearte que sistema de sonido quieres conectarle a tu ordenador y si tienes la capacidad de expansión para ello. Por lo general, la mayoría de usuarios tienen bastante con un par de minijacks, uno para micrófono y el otro para auriculares o altavoces; con conectarlos mediante los propios puertos USB; o incluso por bluetooth si la placa base lo tiene integrado, ya que cada vez se están popularizando más los periféricos de audio mediante este tipo de conexiones que permiten obtener una gran calidad de audio junto con la comodidad de no usar cables.
El caso es que incluso si eres un profesional del sonido o un melómano, es posible que encuentres una tarjeta de sonido en formato PCI Express o externa con mejores especificaciones que la que trae la placa base y sin una carga sobre el precio tan grande. Si eres aficionado a jugar a videojuegos en PC, entonces cualquier tarjeta de sonido integrada en las placas base modernas para PC será lo suficientemente buena para ti, y tan solo tendrás que tener en cuenta que tenga los conectores suficientes en el caso de que tengas un sistema de altavoces envolventes.
Así pues, no te dejes engañar por estrategias de marketing mediante las que intentarán hacerte entrar por los ojos un sonido fantástico y maravilloso, ya que en general todas tienen más o menos la misma calidad de audio.
Puertos para periféricos
Ya para terminar tenemos el tema de los puertos para periféricos y aquí entramos en un punto que es importante, saber cuantos puertos USB necesitamos y de qué generación. No es plan de quedarnos cortos en ese aspecto, ya que no hablamos de un ordenador portátil. Para quien escribe esto, la regla de tres es tener dos puertos USB 3.0 en adelante del tipo C y dos del tipo A como mínimo.
Esto es algo que puede parecer obvio, pero puede que no lo tengamos demasiado en cuenta, y es que debemos saber que actualmente tenemos mínimo dos conexiones de periféricos mediante USB, el teclado y el ratón. Además de esto podemos sumarle si tenemos unos auriculares inalámbricos que utilicen su propio adaptador, e incluso si tenemos un micrófono de mesa en vez de utilizar el que pueden incluir los auriculares tendríamos que sumar otro dispositivo adicional, y así sucesivamente con prácticamente todo lo que podemos conectar mediante USB.
Si no tienes muy claro qué versión necesitarás para cada dispositivo, la siguiente tabla te ayudará a realizar dicha elección.
Periferico | Tipo de puerto USB |
---|---|
Ratón | 2.0 |
Teclado | 2.0 |
Mando de control | 2.0 |
Auriculares USB | 2.0 |
Instrumento musical | 2.0 |
Impresora | 3.X en adelante |
Capturadora de vídeo | 3.X en adelante |
SSD o Disco Duro externo | 3.X en adelante |
Webcam para streaming | 3.X en adelante |
Si nos vemos en la necesidad de ampliar el número de puertos, su velocidad o el tipo, no hace falta cambiar la placa base por completo, ya que podemos solucionar este problema de una forma sencilla comprando una tarjeta PCIe para añadir más puertos y tipos al PC.
Otras características a tener en cuenta
Dado que las placas base son el componente de hardware que más características tiene, se hace un tanto complicado elegir. Hasta ahora hemos definido las que consideramos más importantes y en las que deberías de fijarte según tus necesidades a la hora de elegir la mejor placa base para ti, pero hay algunos «extras» que vamos a enumerar a continuación que nunca está de más tener dada su utilidad.
- Botón de encendido y reset en la propia placa: siempre vienen bien, especialmente si cambias a menudo de hardware o te gusta hacer pruebas. Evitan el tener que disponer de una caja con sus respectivos cables y botones.
- Panel de diagnóstico: el pequeño speaker que conectamos a la placa base viene muy bien para indicarnos si hay algún error mediante los famosos pitidos de la placa base. Pero si la placa dispone de un panel de diagnóstico que nos va a decir con números el error que debemos buscar en el manual, todo será mucho más fácil y rápido. Además hay muchas placas que cuando todo está correcto, usan este panel para mostrar la temperatura del procesador, algo que siempre es un plus.
- USB Flash: con ello nos referimos a la capacidad de restaurar o actualizar la BIOS con un simple Pendrive conectado a un puerto específico.
Con todas estas cosas en mente, esperamos que podáis sacar el máximo provecho a vuestra compra de una placa base, y sobre todo que cumpla todas las expectativas que habéis depositado en ella a la hora de utilizar vuestro ordenador.
La electrónica analógica
La placa base no solo transmite información y comunica a los componentes de tu ordenador, sino que además se encarga de distribuir la energía hacia ellos de forma eficiente y es aquí donde entramos en un punto en que las calidades son importantes y que el usuario medió no se suele fijar. Con ello nos referimos a VRM, capacitadores, inductores, reguladores de voltaje y demás elementos que de funcionar como no es debido pueden limitar no solo la vida útil del PC, sino además su rendimiento. No olvidemos que son esenciales para las capacidades de overclocking de memoria y CPU.
Por ejemplo, hay placas base que tienen un TDP para el procesador de 65 W, lo que significa que si colocamos uno que requiera más potencia entonces este no funcionará al 100% de la velocidad y se verá limitado en rendimiento. Es decir, funcionará como uno de gama más baja y habrás pagado más por él. Es por ello que os decimos que si vais a por los chipsets de gama baja tengáis en cuenta dicho problema.
El otro punto son los VRM, si estos son de mala calidad, entonces no van a poder entregar el voltaje necesario y la CPU puede rendir peor de lo esperado. De ahí a que para las procesadores de alta gama sea recomendable mirar estos dos apartados si no queremos perder rendimiento e indirectamente tirar el dinero.