Supongamos que ya te has decidido, y pretendes comprar un Mac Pro de Apple a no mucho tardar. En esta guía de compra te vamos a contar en qué situaciones es una buena idea hacerlo, y en cuáles podrías ahorrar mucho dinero y tener el mismo resultado comprando alguna de sus muchas alternativas.
El Mac Pro es el equipo de más alta gama que vende Apple, una máquina extremadamente potente -eso es innegable- pero con una etiqueta de precio que hace que se te salten las lágrimas, motivo por el que evidentemente mucha gente se echa para atrás porque el modelo más básico parte de 6.499 euros. Así pues, en esta guía de compra vamos ver las siguientes cuestiones: ¿en qué situaciones merece la pena invertir en uno de estos equipos? ¿cuáles son sus pros y sus contras? ¿qué alternativas hay para tener el mismo resultado?
Desde luego la mayoría de vosotros seréis de una u otra opinión: o bien de los que defienden los equipos de Apple por su exclusividad y su -innegable- bien cuidado ecosistema incluyendo su sistema operativo, o bien de los que piensan que Apple es una marca en la que estás pagando el doble simplemente por tener el logo de la manzana mordida en el equipo, pero que lo mismo que haces con estos equipos se pueden hacer con otros mucho más baratos y potentes.
¿Qué tiene de especial el Mac Pro?
Estos equipos son evidentemente estaciones de trabajo. En su modelo más básico, están equipados con procesadores Intel Xeon W de 8 núcleos a 4 GHz (turbo), pudiendo actualizarlo a modelos con procesador de 28 núcleos por el módico precio de 8.750 euros adicionales. El modelo básico cuenta con 32 GB de memoria RAM, y por «solo» 31.250 euros podrías comprarte un Mercedes, o podrías instalar 1,5 TB de memoria RAM DDR4 ECC a este equipo.
De serie incorpora una tarjeta gráfica Radeon Pro 580X, ampliable a dos Radeon Vega II Duo por 13.500 euros adicionales. En cuanto al almacenamiento, el modelo básico tiene un SSD de 256 GB, pero por 3.250 euros más podremos instalar un SSD de 8 TB en total. Existen otras opciones adicionales, como la tarjeta Apple Afterburner (tarjeta aceleradora para decodificar vídeo), o por solo 500 euros más podemos ponerle ruedas a la caja. En total, el modelo más caro (sin contar software) cuesta la friolera de 66.398 euros.
Dejando de lado el desorbitado precio que Apple pide por esta máquina, no cabe duda de que es todo un portento en términos de hardware, pero al fin y al cabo no es algo que no podamos construir con piezas. Lo que tiene de especial, este y todos los equipos de Apple, es su sistema operativo Mac OS, tremendamente eficaz y estable aunque también muy cerrado, pero por ello también es muy seguro.
Realmente, no hay nada que podamos hacer en un Mac Pro que no podamos hacer en un PC con Windows así que, ¿a qué tipo de usuarios les merece la pena comprar un Mac Pro?
¿Merece la pena pagar lo que cuesta un Mac Pro?
Vaya por delante que este es un equipo orientado a empresas y profesionales, no para usuarios domésticos ya que este equipo excede las necesidades del 99% de los usuarios de a pie, incluso de usuarios profesionales. La cosa va más allá, y es que estos equipos ni siquiera están pensados para profesionales del diseño gráfico y ni siquiera para los profesionales del audio (industria en la que casi la totalidad de los profesionales usa Mac), sino que es más bien específico para profesionales de la edición de vídeo, exclusivamente.
Y no todos los profesionales de la edición de vídeo, sino aquellos que tienen que manejar Terabytes de vídeo en ultra alta definición y que necesitan poder manejarlos en tiempo real. Solo para este tipo de usos este hardware está justificado, y en este caso está justificado incluso el despampanante monitor Pro Display XDR.
Sin embargo, estos equipos también son muy utilizados por los profesionales del audio ya que también deben manejar enormes cantidades de datos y además de una manera mucho más simultánea que los profesionales de la edición de vídeo, por lo que esta potencia extrema que entregan les viene de perlas. Sin embargo, este tipo de profesional tendrá que pagar un extra porque el equipo integre una GPU profesional cuando no la va a utilizar, por lo que es bastante desperdicio.
Para el resto de usuarios, y repetimos que incluso para profesionales de otro tipo de cosas (de hecho incluso para profesionales de edición de vídeo que no necesiten lo mejor de lo mejor), existen otras alternativas que les permitirán hacer su trabajo con el mismo resultado y sin tener que gastarse estas ingentes sumas de dinero que supone comprar un Mac Pro.
¿Cuáles son las mejores alternativas?
Salvo que utilizas un software tan específico que solo esté disponible para Mac OS, siempre puedes montar un PC por piezas equipado con procesador Xeon o ThreadRipper, con una ingente cantidad de memoria RAM, almacenamiento SSD y gráficas profesionales por menos dinero de lo que te costaría hacerlo en un Mac Pro, aunque eso sí, tendrás que utilizar en este caso Windows o Linux. Ten en cuenta que la mayoría de aplicaciones profesionales tienen versión para Windows, incluyendo el archiconocido Pro Tools para edición de audio, y funcionan de maravilla.
Con todo y con eso, si utilizas un software específico que solo existe en el ecosistema Mac OS, también tienes alternativas muchísimo más baratas: los Mac Mini. Salvo que, como indicamos antes, manejes ingentes cantidades de vídeo en ultra alta definición, un Mac Mini te dará un servicio excelente con un gran rendimiento y gastando muchísimo menos dinero. De hecho, en el caso de que necesites más de lo que puede darte uno de estos pequeños equipos, siempre tendrás los iMac Pro.
En cualquier caso, siempre vas a encontrar alternativas en Windows a cualquier cosa que necesites hacer con un Mac Pro, y es que realmente repetimos lo que hemos dicho antes: salvo que tengas la necesidad de editar terabytes de vídeo en ultra alta definición, no tiene sentido comprar un Mac Pro porque tienes alternativas de sobre que son incluso más potentes, por menos dinero.