La irrupción hace unos años de la impresión 3D ha cambiado el panorama en diversos sectores al dar acceso a la capacidad de producir piezas sin requerir de una gran infraestructura industrial, lo que ha traído nuevos modelos de negocios que antes no eran posibles a pequeña escala o eran directamente imposibles. Es por ello que os hemos preparado una guía de compra por si queréis comprar una impresora 3D.
De la misma manera que ocurre con las impresoras convencionales a papel donde tenemos varios tipos, con diferentes especificaciones y dirigidas a mercados distintos. En el caso de la impresión 3D ocurre lo mismo y hay una enorme variedad de dispositivos distintos, pero la pregunta clave es la misma: ¿cómo es el usuario que las va a utilizar? Es por ello que hemos pensado que es clave conocer primero cuáles son nuestras necesidades antes de irnos a por un tipo de modelo en concreto de acorde con nuestras necesidades.
¿Dónde se usan las impresoras en 3D?
Pues en multitud de industrias, las tenemos por ejemplo en el mundo de la automoción y de la arquitectura de edificios donde los ingenieros y arquitectos se encargan de construir versiones a escala de sus diseños para poder tener una visión más aproximada lo que pretenden llevar a cabo. En concreto esto les permite diseñar soluciones para problemas concretos que de otra manera tardarían un tiempo adicional importante para implementarlas, por lo que son clave para el prototipaje y la solución de problemas. Incluso si te encuentras trabajando en un proyecto en tu pequeño taller podrás ver más rápidamente la implementación de tus ideas.
Aunque no solo a nivel industrial podemos encontrar utilidad para las impresoras 3D, también las tenemos en el mundo de la cocina donde en vez de utilizar los clásicos filamentos, resina u otros componentes se utilizan componentes comestibles. Tampoco nos podemos olvidar del mundo de la salud dental, donde se diseñan moldes exactos de nuestros dientes en mal estado para ser impresos en 3D y que reemplacen parte de nuestra maltrecha dentadura. Y ya de paso y sin salirnos del tema de la salud también son clave para la creación de prótesis óseas.
Otro de los campos en los que la impresión 3D es clave es en joyería, donde las impresoras 3D basadas en cera permiten a los diseñadores de joyas poder hacer sus trabajos de forma más sencilla. Aunque por el momento este tipo de impresoras 3D están más de acorde
De cara a la educación y con tal de poder mostrar de manera más eficiente el funcionamiento de las cosas a los alumnos se pueden emplear para imprimir sistemas cotidianos a pequeña escala, para que de esta manera los profesores puedan realizar su labor docente de una manera mucho más directa y visual haciendo uso no solo de maquetas impresas en 3D, sino también para construir elementos mecánicos y mostrar su funcionamiento. Por lo que no solamente tienen salida a nivel industrial, sino también a nivel educativo.
¿Qué tipo impresora 3D comprar?
Lo primero que hemos de tener en cuenta que las impresoras 3D se separan en dos tipos según el tipo de material utilizado para hacer la impresión. Principalmente, tenemos dos tipos de material con los que trabajar que marcaran cómo funcionará nuestro hardware de impresión tridimensional. Por lo que ten en cuenta con qué tipo de material vas a trabajar, antes que nada.
A continuación, os vamos a describir los dos tipos más comunes de impresoras 3D que podéis comprar, pero existen impresoras específicas que trabajan con ciertos tipos de materiales y que son altamente especializadas. En esos casos no las vais a encontrar a pequeña escala y, por tanto, deberéis optar por una solución puramente industrial.
Impresoras FDM
El primero de estos materiales es un filamento de termoplástico que es empleado por las impresoras FDM (deposición de material fundido), cuyo funcionamiento es el mismo que el de las pistolas de pegamiento caliente. Es decir, calientan el filamento de plástico, el cual puede ser compuesto de diferentes tipos como fibras de carbono, nylon, todos ellos con diversos niveles de flexibilidad y dureza según el tipo de proyecto que queramos realizar. Se trata del tipo de filamento más empleado a nivel doméstico.
En este tipo de impresoras hay una serie de elementos que hemos de tener en cuenta que tienen que ver con el nivel de detalle que queramos conseguir con ellas. Ya que hemos de tener en cuenta elementos como la posición de los diferentes ejes y el grosor de las capas de filamento que se van a utilizar.
Impresoras 3D SLA y DLP
Las impresoras 3D de tipo utilizan resina en lugar de componentes plásticos. La resina fotosensible es el otro tipo de material usado, el cual es moldeada a través de una fuente de luz. Dentro de esta familia podemos diferenciar las SLA que hacen uso de un láser para trabajar el material y las DLP donde la fuente de luz proviene de un proyector.
Estos tipos de impresoras permiten un mayor nivel de detalle, lo que hace que se usen en campos profesionales como en el mundo de la salud dental y la joyería. Por lo que es habitual ver estas impresoras en talleres de joyería o prótesis dentales, pero también las podemos encontrar de cara al ocio para la impresión de miniaturas de juegos de mesa. Su única contrapartida es que no soporta diferentes colores.
Impresoras SLS
Además de las impresoras 3D por deposición de material fundido (FDM) y de las impresoras de resina (SLA, DLP y MSLA), en el mercado también podemos encontrar impresoras por sinterización selectiva por láser, más conocidas como SLS.
Las impresoras SLS utiliza un láser para imprimir objetos en 3D y, a diferencia de lo que muchos usuarios piensan, se origen se remonta a los años 80, y permite utilizar funciona con diferentes tipos de materiales como el cristal, la cerámica y nylon entre otros.
El láser de este tipo de impresoras, cuyo material se encuentra en forma de polvo fundiéndolo para crear el objeto a construir y no se desperdicia material. Esta es la impresora 3D que de utiliza para fabricar piezas con la mayor precisión posible y es la más rápida en comparación con los modelos que hemos comentado más arriba.
Eso sí, este tipo de impresoras es el más caro de todos y se utiliza principalmente en la industria por lo que no es asequible para todos los bolsillos, al menos para un uso doméstico.
Características a tener en cuenta
Una vez sabemos el tipo de impresora que necesitamos hemos de tener una serie de elementos clave, para ello nos hemos de hacer una serie de preguntas.
No merece la pena comprar una impresora 3D con una cantidad enorme de funciones si no sabemos cómo utilizar la mayoría de ellas, ya que estas infieren en el coste final de la misma.
Por eso te recomendamos que si vas a comprar una impresora 3D por primera vez procures que esta venga ya montada. De paso te recomendamos que sepas cómo calibrar la cama sobre la que imprimirás, especialmente si has optado por una del tipo FDM. Por lo que debes asegurarte que la distancia entre la superficie de impresión y la boquilla este en los 0,2 mm
Volumen necesario para trabajar
Una impresora 3D lo que hace es imprimir capa por capa en un espacio que es un cubo y, por tanto, las construcciones que podrás realizar dependerán de dicho espacio. Si tu objetivo es crear piezas pequeñas que unirás más tarde entonces una impresora 3D compacta es la solución más adecuada. La mayoría de las impresoras son de 20 x 20 x 20 centímetros, aunque también las puedes encontrar con volúmenes superiores como por ejemplo 22 x 22 x 25 cm.
Si tenemos espacio para una impresora 3D de mayor volumen entonces podemos optar por la de formato superior, de las que nos podemos encontrar modelos con un volumen de 30 x 30 x 40 cm e incluso de 50 x 50 x 40 cm. Por lo que ten en cuenta cuál será la aplicación que le darás a tu impresora 3D a la hora de comprar y que aplicación le darás.
Rendimiento de una impresora 3D
No es lo mismo comprar una impresora 3D para uso doméstico que profesional, ya que el nivel de exigencia no es el mismo. Por lo que si tienes pensado crear un taller donde los medios de producción sean precisamente estos dispositivos una mala elección te puede dejar en una situación muy mala.
Lo primero que tienes que mirar es la velocidad, pero alto, los fabricantes suelen indicar la velocidad máxima que se puede conseguir fabricando objetos con muy mala precisión. Por lo que, si necesitas un alto nivel de detalle en tus construcciones ten en cuenta que velocidad y nivel de detalle están en polos opuestos y, por tanto, totalmente reñidos.
Otro punto que tienes que mirar es el sistema de extrusión si optamos por una impresora FDM, aquí hemos de aclarar que si queremos darle un empleo profesional entonces os recomendamos usar un sistema de doble extrusión, lo que nos ayuda a disminuir considerablemente los tiempos de impresión.
Tipos de sistemas de extrusión
Las impresoras FDM hacen uso de dos tipos de extrusiones distintos, el sistema Bowden es el más habitual y lo vais a ver en las impresoras 3D de bajo presupuesto. El problema viene a la hora de tratar ciertos materiales y que si vais a comprar una impresora 3D tened en cuenta que tipo de materiales vais a necesitar, ya que entonces tendréis que optar por los sistemas de extrusión directa, los cuales no solo tienen la capacidad con todo tipo de materiales, sino que tardan mucho menos tiempo a la hora de trabajar.
Software de impresión
Muchas veces se nos suele olvidar que una de las características importantes que tiene un dispositivo de este estilo también está relacionado con el software que podemos encontrar, haciendo que aquellas marcas que invierten menos en un software intuitivo, fácil de usar y que no presenta muchos fallos se queden muy por detrás. Al igual que cuando utilizamos un ordenador, el tipo de sistema que incorpora una impresora 3D determina el uso que le vamos a poder dar, haciendo que sea también extremadamente importante.
Una de las características principales que determina el software, además de como bien hemos indicado lo sencillo que sea utilizar la impresora, es la resolución de impresión, que permite convertir el los planos digitales que creamos para diseñar el objeto en instrucciones que la impresora puede entender. Por lo que cuanto menor sea la calidad del software, obviamente peor será la calidad final del producto que hayamos creado mediante la impresora 3D.
El precio también es muy importante
Una de las cosas que no se nos puede olvidar a la hora de comprar cualquier tipo de producto está claro que es el precio que tiene, y es que al final podemos categorizar cada tipo de impresora 3D dependiendo del presupuesto que nos queramos gastar.
Esto es un punto clave ya que afecta directamente a la potencia y tamaño que va a tener la impresora que terminemos comprando, ya que los modelos más baratos no tienen únicamente la desventaja de ser menos rápidos, sino que también suelen ser más pequeños entre otras cosas.
Y es que también debemos tener en cuenta que los modelos más avanzados, que son los más caros, también suelen permitir utilizar materiales mucho más avanzados que aumentan la durabilidad de las construcciones que hagamos.
En general el motivo por el que compramos una impresora 3D puede ser por querer crear nuestros propios objetos o por querer probar cómo funciona, en el segundo caso no hay mucho problema ya que no queremos buscar una calidad demasiado alta, pero en el caos del primero sí que representa un problema si queremos mantener nuestro presupuesto lo más bajo posible.
Realmente una vez consideramos la inversión que representa comprar un dispositivo de este tipo nos damos cuenta de qué es lo que realmente buscamos, ya sea calidad o un precio mucho más bajo, ya que en la mayoría de las ocasiones no son compatibles uno con otro.
De esta forma, os recomendamos que penséis bien para qué queréis utilizar la impresora 3D, y en caso de tener y querer invertir un poco más de dinero, no os quedéis en las que os ofrecen los aspectos más básicos, sino buscad aquellas que tienen funciones adicionales y permiten utilizar materiales de mayor calidad.
Nuestra recomendación para comprar una impresora 3D
Una vez visto todas las características y funcionalidades que tiene una impresora 3D, os vamos a dejar una serie de recomendaciones sobre algunos de los dispositivos de este estilo que podéis encontrar en el mercado. En este caso, hemos hecho una selección de varias impresoras de este tipo para dos presupuestos, uno más alto y uno más bajo, haciendo que podamos optar por un dispositivo de impresión 3D de mayor o menor calidad dependiendo del dinero que nos queramos gastar.
Impresoras 3D de alta gama
Si buscamos una impresora 3D de gama alta por debajo de los 1000 euros, un modelo más que interesante es la Creality K1 Max, una impresora con una velocidad de impresión de 600 mmm/s con nivelación automática y una aceleración de 20000 mm/s. Cuenta con un sistema de doble refrigeración, nivelador automático y es capaz de imprimir piezas de hasta 300x300x300 además de permitir imprimir varias piezas de forma simultánea.
Incluye una cámara con sensor lidar que se encarga de analizar la impresión y se detendrá automáticamente si encuentra algún problema durante el proceso. Incluye un calentador de cerámica que rodea el hotend para derretir varios filamentos a la vez y el extrusor es de accionamiento directo de doble engranaje para garantizan un flujo de alimentación de 32 mm3/s una temperatura de 300º C.
Otra más que interesante opción dentro de las impresoras de gama alta para el mercado doméstico la encontramos en la Impresora 3D FMD Prusa Mini+, una impresora que incluye un sensor de filamento y tiene un tamaño de 18 x 18 x 18 cm, por lo que cabe en cualquier lugar.
Cuenta con un calibrador automático, boquillas intercambiables, conexiones de red, incluye un panel LCD a color desde donde podemos ver la imagen del proyecto que vamos a imprimir además de modificar las opciones de configuración y un puerto USB para cargar los proyectos sin necesidad de conectarla a un PC.
Impresoras 3D de gama media
Al igual que la mayoría de los dispositivos electrónicos que podemos encontrar, el precio suele influir en gran medida en el rendimiento que va a tener el producto que compremos, haciendo que cuando gastamos más dinero, por lo general siempre tengamos un producto más fiable y potente. En este caso, una de nuestras primeras recomendaciones es una de las impresoras 3D de una de las marcas líderes del mercado, la Creality K1, que ofrece una calidad de impresión bastante alta incluso siendo extremadamente rápida.
Por otra parte, si no queremos gastarnos una cantidad de dinero tan alta pero queremos un producto que pueda competir en alguno de los aspectos que ofrece una impresora 3D contra el mejor dispositivo de Creality, entonces podríamos optar por comprar la Anycubic Kobra 2 Plus. En este caso, resulta menos rápida que la que podemos encontrar de Creality, pero para crear objetos que requieran una gran precisión sin importar el tiempo que tarde, podríamos optar por ahorrar un poco en la inversión inicial y comprar este modelo.
Impresoras 3D de baja gama
Si no te decides todavía o te has quedado más confuso que antes de empezar a leer, te dejamos una recomendación de una impresora 3D barata y con una relación calidad y precio muy buena para que puedas empezar en este mundo, si tu idea es ver cómo funciona y si realmente te gusta, pero no sabes muy bien por donde ir, no gastes mucho, cualquiera de estas impresoras te servirá para quitar el gusanillo.
La Voxelab Aquila X3 Max es una de las impresoras 3D económicas más vendidas en Amazon. Este modelo está diseñado para ser fácil de transportar y cuenta con un asa en la parte superior para hacerlo. Permite imprimir piezas de hasta 8,66 x 8,66 x 9,84 pulgadas, el sonido de impresión no supera los 50 dB, es capaz de continuar la impresión ante un corte de energía y cuenta con una pantalla LCD para ajustar su funcionamiento.
Otra interesante opción si buscamos una impresora de calidad y asequible de resina la encontramos en la ELEGOO Mars 4 MX, una impresora que dispone de una pantalla LCD monocromática de 9 pulgadas con hasta 3 modos de impresión con la que podemos imprimir objetos de hasta 195,84 x 122,4 x 150 mm a una velocidad de 70mm/h.
Estas dos impresoras 3D son perfectas para iniciarse en el campo de impresión en 3D por muy poco dinero. Sin embargo, en el mercado podemos encontrar modelos más rápidos y con una capacidad más grande a la hora de imprimir objetos. Obviamente, el tamaño de la impresora y sus prestaciones va asociado a un precio más elevado y donde el límite únicamente lo vamos a encontrar en nuestro presupuesto.