De igual manera a como podemos añadir tarjetas gráficas a un PC utilizando las ranuras de expansión PCIe, ¿qué nos impide el poder añadir más procesadores adicionales a un PC en este mismo formato? ¿Es posible crear una CPU x86 en formato tarjeta PCIe? En este artículo vamos a contarte por qué en la actualidad ni se hace ni se puede hacer algo así.
Sería ideal, ¿verdad? Imagina que tienes un PC en el que el procesador se ha quedado obsoleto y hace cuello de botella, así que simplemente compras un nuevo procesador en formato tarjeta de expansión PCIe, lo conectas a tu PC y ya tienes toda su potencia sumada al procesador que ya tenías. Es un escenario lamentablemente utópico que, en la electrónica de consumo actual, no es posible crear, y a continuación te vamos a contar por qué.
Una CPU en formato PCIe, el sueño del hardware modular
Mucho se ha hablado y especulado del hardware modular, mediante el que con tarjetas de expansión de quita y pon podamos añadir y quitar componentes de hardware en el PC. Ya en la antigüedad vimos, con los Pentium II, que el procesador se conectaba a la placa base en un formato similar a este, de hecho.
Esto sería el sueño del hardware modular, ya que cuando el procesador se nos quede corto o queramos simplemente cambiarlo por otro mejor, sería de formato «quita y pon», con el añadido de la universalidad del zócalo PCI-Express que nos permitiría hacerlo sin tener que cambiar la placa base y sin depender del socket. De hecho, de esta manera podríamos añadir tantos procesadores como zócalos PCIe tenga la placa base, añadiendo potencia bruta al sistema de manera paulatina.
Sin embargo, la arquitectura de hardware actual impide que podamos hacer este sueño una realidad, al menos de la forma que os hemos descrito porque, en realidad, sí que existe esta tecnología pero concebida de otra manera.
Las tarjetas aceleradoras y coprocesadores
En un PC, siempre decimos que el cerebro que lo maneja todo es el procesador, y en la realidad prácticamente así es como funciona la arquitectura de computadores que utilizamos en esta era: absolutamente todo pasa por el procesador. Sin embargo, es posible añadir potencia de cómputo mediante tarjetas de expansión PCIe, y de hecho así es como funcionan las tarjetas gráficas que todos utilizamos cotidianamente.
Además de eso, aunque no podemos encontrarlos en el mercado de consumo sino que están más orientados al mercado empresarial, existen las tarjetas aceleradoras y coprocesadores, cuya función no es exactamente la de añadir un procesador x86 como tal al sistema para sumar al que ya tenemos instalado en el socket de la placa base, sino que tienen funciones específicas que sirven literalmente para acelerar ciertas operaciones y liberar de carga al procesador, precisamente.
Existen, de hecho, servidores completos en formato tarjeta de expansión PCI-Express, pero su uso es tan sumamente específico y limitado que su coste se hace bastante complicado de suplir incluso para el ámbito empresarial. En todo caso, no dejan de ser tarjetas aceleradoras programables con funciones específicas, no son un procesador que añadas al sistema y sume su potencia al que ya tengas.
¿Por qué no se desarrolla esta tecnología?
Viendo esto no podemos sino preguntarnos a qué esperan los fabricantes para traer esta tecnología de CPU PCIe a la informática de consumo, y las respuestas de esto son varias. Para empezar, en la informática de consumo tenemos procesadores lo suficientemente potentes como para no necesitar una segunda CPU funcionando en tándem, y en los entornos donde sí se necesita ya existen placas base con dos o muchos más sockets que permiten instalar varios procesadores simultáneamente, por lo que no tiene mucho sentido enfocar los esfuerzos de I+D para desarrollar este tipo de hardware modular cuando ya tienes soluciones alternativas que funcionan bien.
Por otro lado, existen también ciertas limitaciones para llevar esto a cabo, como el ancho de banda de los carriles PCIe que, al fin y al cabo, siempre dependen del procesador principal. Dicho de otra manera, por mucho que tengas una placa con varios sockets para procesador, siempre habrá un «maestro» y el resto serán «esclavos» dependientes del primero, de igual manera a como funcionaban los discos duros ATA en la antigüedad.
Por si esto fuera poco, hemos de recordar que cada uno de los procesadores necesita su propia memoria RAM para funcionar, por lo que el desarrollo de una CPU en PCIe ya no sería cuestión solo del procesador en sí mismo, sino que tendría que llevar su RAM, su chipset y todo lo demás. Es algo que, en la actualidad, aunque sería algo viable conceptualmente no es algo viable económicamente ni a efectos prácticos.