Hace justo una semana, AMD lanzó, por fin, su nueva generación de procesadores Ryzen: la Serie 9000. El fabricante rojo ya tiene a la venta los dos procesadores que van a conquistar la gama media en 2024 y 2025: el Ryzen 5 9600X, el cual pudimos analizar a fondo de primera mano, y Ryzen 7 9700X. Pero aún quedaba por conocer la gama alta de esta nueva generación. Y, hoy, AMD ha lanzado los dos procesadores que faltaban: el Ryzen 9 9900X y el Ryzen 9 9950X. Nosotros, vamos a hacer un análisis completo del Ryzen 9 9900X.
Los nuevos Ryzen 9 se caracterizan, igual que sus hermanos menores, por utilizar la nueva arquitectura Zen 5. Esta mejora muchos de los puntos más criticables de la serie 7000 de los procesadores de AMD, mostrando una arquitectura mucho más madura y trabajada que en la serie anterior. Lo primero que nos encontramos con esta serie es una mejora en la eficiencia energética gracias a la cual se solucionan los problemas de resistencia térmica y temperatura operativa de estas CPUs.
Otra de las mejoras que nos encontramos, gracias a las nuevas librerías AGESA, es una mejora notable en el overclock. Así, gracias a estos procesadores, es posible usar memoria RAM DDR5 de hasta 8000 MHz y aprovecharnos de funciones como Curve Shaper, la cual permite tener un control mucho más preciso de los voltajes y las frecuencias para maximizar el rendimiento y la estabilidad.
Zen 5 mejora también la jerarquía de caché y memoria para ofrecer un mejor rendimiento en tareas de un solo hilo y multi-hilo, mejora la predicción de ramificación y el motor de ejecución, e incluye nuevas instrucciones, como AVX512/VNNI, para un trabajo mucho más eficiente en tareas de Inteligencia Artificial.
AMD Ryzen 9 9900 vs Ryzen 9 7900
Características | Ryzen 9 7900X (Serie 7000) | Ryzen 9 7950X (Serie 7000) | Ryzen 9 9900X (Serie 9000) | Ryzen 9 9950X (Serie 9000) |
---|---|---|---|---|
Arquitectura | Zen 4 | Zen 4 | Zen 5 | Zen 5 |
Núcleos / Hilos | 12 núcleos / 24 hilos | 16 núcleos / 32 hilos | 12 núcleos / 24 hilos | 16 núcleos / 32 hilos |
Frecuencia Máx. Boost | Hasta 5.6 GHz | Hasta 5.7 GHz | Hasta 5.7 GHz | Hasta 5.9 GHz |
Caché Total | 64 MB | 64 MB | 64 MB | 64 MB |
TDP | 170 W | 170 W | 170 W | 170 W |
Soporte de Memoria | DDR5 | DDR5 | DDR5-8000 | DDR5-8000 |
Overclocking | Precision Boost Overdrive | Precision Boost Overdrive | Precision Boost Overdrive con Curve Shaper | Precision Boost Overdrive con Curve Shaper |
Rendimiento de IA | Mejorado | Mejorado | AVX512/VNNI | AVX512/VNNI |
Plataforma | AM5 | AM5 | AM5 | AM5 |
Longevidad de Plataforma | Compromiso a largo plazo | Compromiso a largo plazo | Compromiso hasta 2027+ | Compromiso hasta 2027+ |
Como podemos apreciar en la comparativa, hay un salto importante entre ambas series. Lo primero que podemos destacar de ellos es que mientras que los 7900 utilizan una litografía de 5 nm, los 9900 han conseguido avanzar tecnológicamente reduciendo 1 nm esta litografía, por lo que la serie 9000 de AMD tiene un proceso litográfico de 4 nm.
Los núcleos y e hilos se mantienen igual entre las dos generaciones, siendo de 12 núcleos/24 hilos en el 9900X y 16 núcleos/32 hilos en el 9950X, aunque sí se han cambiado las frecuencias. Las frecuencias base de los procesadores 9900 son ligeramente inferiores a las de los procesadores 7900, aunque sí se ha aumentado la frecuencia «boost» para dar ese empujón extra en rendimiento. La memoria caché también se ha mantenido igual. En concreto, el Ryzen 9 9900X tiene 4.1 GHz de frecuencia base y hasta 5.7 GHz de Boost, mientras que el 9950X tiene 4.2 GHz de frecuencia base, y alcanza los 5.9 GHz en frecuencia Boost.
Otro cambio importante de la Serie 7900 a la Serie 9900 es la iGPU. Ambas series utilizan gráficas integradas Radeon Graphics, pero la Serie 9900 cuenta con una frecuencia 200 MHz superior. En concreto, los Radeon Graphics de nueva generación tienen una frecuencia de 2.4 GHz.
La memoria caché no ha cambiado respecto a la generación anterior. El modelo 9900X cuenta con 12 MB de caché L2 y 64 MB de caché L3, mientras que el 9950X tiene 16 MB de caché L2 y 64 MB de caché L3. El TDP tampoco ha cambiado, siendo este de 170 W. Veremos, durante las pruebas, si se nota esa eficiencia energética y la supuesta reducción de temperatura.
AMD Ryzen 9 9900X, análisis externo
El packaging de este nuevo Ryzen 9 9900X es igual al de los Ryzen 5 y Ryzen 7 de esta Serie 9000 de AMD. El procesador viene en una caja con forma de prisma, bastante pequeña, en cuyo interior encontraremos tan solo el procesador y una pegatina. La caja, repitiendo con los modelos anteriores, no trae disipador (y es algo normal, teniendo en cuenta los 170 W de TDP de este modelo).
Al abrir la caja, de nuevo, nos encontramos con un plástico, el cual se encarga de absorber cualquier posible golpe que pueda darse durante el transporte.
También tenemos un blíster de plástico transparente, el cual protege al procesador, y a la pegatina, del polvo y de posibles golpes mayores.
En apariencia, el procesador es idéntico a cualquiera de la Serie 7000 o Serie 9000 de AMD.
El IHS es simétrico, con dos hendiduras en cada lado, y podemos identificar el modelo del mismo gracias a la serigrafía del procesador.
La parte inferior del procesador es donde encontramos el socket LGA, típico de AM5. La superficie es plana (ya que los contactos están en la propia placa), y esta superficie se divide en dos partes simétricas. En los laterales tendremos también dos marcas, las cuales nos ayudarán a saber cómo debemos montar esta CPU en la placa.
Pruebas de rendimiento
Para poder ver el rendimiento de este procesador de gama alta de AMD hemos usado el mismo equipo que usamos con el Ryzen. En la placa base hemos utilizado la BIOS beta que nos ha pasado AMD, así como los drivers del chipset, también en beta, facilitados por el fabricante. Además, hemos elegido de nuevo la fuente de alimentación CORSAIR RMx Swift, ya que es de 1000 W y el diseño del cableado lateral nos encanta, así como sus memorias RAM, Vengeance, que funcionan espectacularmente con los perfiles AMD EXPO a 6000 MHz.
Los componentes y la configuración del equipo quedan de la siguiente manera:
- Placa base ASRock X670E TAICHI.
- Memoria RAM DDR5 CORSAIR Vengeance 32 GB (2 × 16 GB) a 6.000 MHz (perfil AMD EXPO).
- SSD NVMe PCIe 5 PNY.
- Fuente de alimentación CORSAIR RMx Swift de 1000W (RM1000X).
- Disipador Noctua NH-D15.
- Pasta térmica para la CPU Corsair XTM70.
- Tarjeta gráfica AMD Radeon RX 7900 XT.
- Windows 11 23H2. Aunque lo teníamos instalado de analizar los Ryzen 5 9600X, hemos hecho una instalación limpia del sistema operativo.
Una vez montada la CPU en la placa base, limpiado y aplicado la pasta térmica de nuevo, y dejado que esta se asiente tras varias horas de funcionamiento, comenzamos las pruebas. Lo primero que vamos a hacer va a ser usar el software CPU-Z, gracias al cual podemos conocer a fondo todos los detalles del procesador, así como de la placa y de la memoria.
Además, con este programa también vamos a hacer un benchmark del procesador, tanto en su modo de un solo núcleo, como en multi-hilo para ver los resultados que obtenemos. Los valores, desde un primer momento, nos parecen espectaculares. Comparado con el 7950X, es lógico que en multi-hilo quede atrás, pero en la prueba con un solo hilo le saca en torno a un 15% de ventaja.
Como esta CPU tiene tarjeta gráfica integrada, también hemos usado el software CPU-Z para poder conocer los detalles de esta iGPU. El chip es el mismo Radeon Graphics que montan los demás procesadores de la Serie 9000, por lo que los valores que obtendremos en las pruebas de rendimiento en gaming, usando la iGPU, van a ser muy similares.
Empezamos con las pruebas de rendimiento como tales. La primera de ellas es la de Cinebench R23, una prueba gracias a la cual podemos medir qué tan se comporta esta CPU a la hora de renderizar contenido. Si lo comparamos con los resultados obtenidos en las pruebas del AMD Ryzen 5 9600X, podemos ver que esta CPU casi duplica su puntuación. Y, además, supera en 4000 puntos a su equivalente de la generación anterior, el Ryzen 9 7900X.
También hemos usado el Cinebench R24, o Cinebench 2024, para medir el rendimiento de esta CPU al renderizar. Esta versión del programa cuenta con algoritmos mucho más modernos, por lo que, gracias a él, podemos hacernos una idea mucho más realista del rendimiento real de la CPU.
Como podemos ver, los valores obtenidos en esta prueba son excelentes, superando en prácticamente 800 puntos en multi-core al Ryzen 5 9600X analizado hace una semana.
La siguiente prueba la realizamos con AIDA64, el conocido programa analítico para conocer todos los detalles del software y el hardware de nuestro ordenador. En concreto, hemos usado su herramienta de benchmark para memoria y caché, pudiendo ver qué tal se comporta tanto las memorias L1, L2 y L3 de la CPU como la memoria RAM con el perfil EXPO. Todos los valores son muy superiores a los que obtuvimos al realizar el análisis del 9600X.
Otro software que hemos utilizado en las pruebas de rendimiento de este procesador ha sido CrystalDiskMark. Gracias a él podemos ver qué tal se comporta al leer y escribir datos a muy alta velocidad en la unidad de almacenamiento. Recordamos que hemos usado una unidad NVMe M.2 PCIe Gen 5 de PNY que ofrece velocidades de hasta 11.500 MB/s de lectura y 8500 MB/s de escritura. Como era de esperar, este procesador es capaz de lidiar sin problemas con estas velocidades, e incluso son más.
A continuación, hemos decidido usar el programa PCMark. Este software nos va a permitir exprimir el rendimiento del procesador usando todo tipo de programas de Windows, especialmente aquellos pensados para ofimática. Como era de esperar, un procesador tope de gama como este es capaz de hacer que hasta las tareas más pesadas parezcan livianas.
Podemos ver una comparativa de rendimiento frente al Ryzen 5 9600X que analizamos la semana pasada.
También vamos a poder a prueba la gráfica integrada del procesador usando el software 3DMark. Por supuesto, esta iGPU no nos va a permitir jugar a 4K o 1440p, pero tal como vimos en el Ryzen 5 9600X, es una opción bastante aceptable para aquellos que buscan jugar en Full HD sin demasiadas exigencias. Los valores que hemos obtenido están muy a la par de los que hemos visto en el Ryzen 5 equivalente, por lo que, por muy potente que sea la CPU, la iGPU ya está bien exprimida. Pese a ello, conseguimos unos 200 puntos más respecto al procesador analizado anteriormente.
Donde sí ganaremos rendimiento será en el 1440p o el 4K, como vamos a ver más adelante en las pruebas específicas de videojuegos. Aunque esto ya depende mucho más de la tarjeta gráfica que usemos.
Aprovechando que tenemos el programa 3DMark abierto, hemos ejecutado también el benchmark de CPU que ofrece esta herramienta. Los datos obtenidos en esta prueba de rendimiento bruto de CPU han sido, prácticamente, el doble de lo que ofrecía el 9600X.
Otro de los programas que hemos usado para medir el rendimiento de esta CPU es SuperPi, un software que realiza cálculos muy complejos para calcular decimales del número Pi.
Y también wPrime, un software similar, pero, esta vez, enfocado al cálculo de números primos. Los dos primeros valores corresponden a las pruebas con 24 hilos, mientras que los dos segundos son las pruebas con un solo hilo.
Por último, hemos ejecutado el test de WinRAR 7, gracias al cual podemos medir el rendimiento al comprimir y descomprimir archivos tanto usando un solo núcleo como aprovechando al máximo el multithreading.
Los valores que hemos obtenido en estos tests son muy superiores a los que obtuvimos al realizar las pruebas de rendimiento del Ryzen 5 9600X.
Temperatura y Thermal Throttling
Son días calurosos, no podemos negarlo. Y esto se nota en los ordenadores. En nuestro laboratorio de pruebas tenemos ahora mismo entre 28 y 30 grados, por lo que vamos a partir directamente desde aquí para realizar las pruebas de temperatura. Lo primero que debemos tener en cuenta es que este procesador tiene un TDP de 170 W, un valor muy elevado que, aunque es cierto que se ha mejorado la eficiencia respecto a la Serie 7000, sigue siendo complicado de disipar.
Nosotros hemos usado un disipador Noctua NH-D15, el más tope de gama de disipadores de aire, montando los dos ventiladores que vienen con él para mover el aire en la misma dirección. Recomendamos, siempre que sea posible, usar una refrigeración líquida de gama alta para poder tener controlada la temperatura de este procesador. Al usar este disipador, podremos conocer si es posible controlarlo, o no, con soluciones de aire, y lo más importante, comparar su temperatura con la del Ryzen 5 9600X.
Hemos usado la herramienta de AIDA64 para poner la CPU al 100%, y controlar tanto la temperatura como la frecuencia de los cores y ver si en algún momento entra en Throttling. Y, además, por si fuera poco, hemos ejecutado de fondo un Prime95, para asegurarnos de que está todo funcionando al 100%.
Como podemos ver, las temperaturas consiguen mantenerse dentro de unos valores aceptables incluso con un disipador de aire. Es importante destacar que hemos usado el Noctua de gama más alta, por lo que si bajamos de gama es probable que sí tengamos problemas de temperatura. Pero, usando este disipador, no hemos llegado a 90 durante las pruebas a pleno rendimiento. Con la generación anterior, los 95 grados estaban asegurados, incluso con refrigeraciones líquidas.
Si usamos un sistema de refrigeración líquida, la temperatura se pondrá entre los 75 y los 80 grados, aproximadamente. Y, entonces, podremos mejorar su rendimiento mediante overclock y aprovechar las mejoras que la Serie 9000 ha incluido en sus procesadores AM5.
Veamos los valores en detalle también. Como vemos, conseguimos un pico de 5.6 GHz, y una media de frecuencia de cada núcleo de en torno a los 5 GHz. Una auténtica bestia.
Rendimiento en juegos
Obviamente, estamos ante un procesador de gama alta, pensado tanto para tareas muy complejas (renderizado, diseño, etc) como para jugar. Por lo tanto, esta CPU es capaz de exprimir mucho mejor el rendimiento del hardware externo, como la memoria RAM y, sobre todo, las tarjetas gráficas dedicadas. Lo primero que hemos hecho ha sido analizar el rendimiento de la iGPU, la tarjeta gráfica que viene incluida dentro del propio procesador, usando configuraciones Full HD (1920×1080) y unos gráficos configurados en «Alta. Los valores son:
Ashes of the Singularity: Escalation -> Entre 32 y 35 FPS.
Borderlands 3 -> Entre 35 y 45 FPS.
Cyberpunk 2077 -> Injugable.
Far Cry 6 -> Entre 35, y bastante estable a 30 FPS. Rara vez cae.
League of Legends -> Entre 80 y 90 FPS.
Como podemos ver, los valores son muy parecidos a los de la iGPU del Ryzen 5 9600X. Eso sí, son algo más elevados porque el procesador es más rápido y tiene más memoria caché. Ya pudimos verlo en la prueba de 3DMark. Eso sí, sigue sin servir para jugar a juegos muy modernos, y tampoco en resoluciones superiores a 1080p. A 720p sí que notamos una mejora importante, pero ¿merece la pena? Creemos que no.
También hemos montado nuestra Radeon RX 7900 XT para ver qué tal se comporta esta CPU en Full HD.
Ashes of the Singularity: Escalation -> 140 FPS.
Borderlands 3 -> 280 FPS.
Cyberpunk 2077 -> 200 FPS.
Far Cry 6 -> 165 FPS.
League of Legends -> más de 450 FPS.
Tal como era de esperar, el procesador cumple con creces con lo esperado. Los datos que hemos obtenido nos permiten ver que no existe ningún cuello de botella entre el procesador y la gráfica, pudiendo exprimir al máximo el rendimiento de todos los componentes. E incluso con mucho margen de mejora. Tenemos ganas de probar qué tal se comporta con las nuevas memorias RAM a 8000 MHz, y la nueva Serie 9000 de gráficas AMD Radeon.
Conclusión
Mientra que la Serie 7000 dejó a Zen5 un poco cojo, la nueva Serie 9000 ha demostrado que AMD se ha tomado muy en serio su trabajo. Y lo más importante: ha escuchado las críticas de los usuarios. El Red Team ha conseguido corregir todos (o casi todos) los problemas que nos encontrábamos en la generación anterior, llevando al límite su nueva arquitectura. Los resultados del AMD Ryzen 5 9600X nos sorprendieron, y los de este Ryzen 9 9900X nos han dejado con la boca abierta.
Obviamente no podíamos esperar un salto generacional como lo fue Zen4. Zen5 es, a grandes rasgos, una revisión de Zen4 con multitud de mejoras y optimizaciones en todos los sentidos. Podemos ver cómo AMD ha llevado la frecuencia máxima de la memoria RAM al límite, soportando DDR5 a 8000 MHz, así como la llegada de Curve Shaper e instrucciones específicas para realizar cálculos de IA. Todo eso, junto a una mejor eficiencia y gestión de los voltajes han conseguido que con el mismo TDP este procesador rinda en torno a un 20% más que su equivalente de la serie 7000.
Hemos visto que el nuevo Ryzen 9 9900X es un procesador perfecto para jugar, con una temperatura muy controlada y, aunque el precio empieza a dispararse un poco, aún no sobrepasa la barrera de los 500 euros. Junto con una tarjeta gráfica, como la Radeon RX 7900 XTX, podemos tener una de las mejores máquinas del mercado, perfecta incluso para jugar a cualquier juego a 4K. Y eso que aún AMD no ha presentado las versiones X3D de su serie 9000.
El precio oficial de este procesador es de 498,90 euros. Su hermano mayor, el Ryzen 9 9950X, costará bastante más, 719,90 euros. Por lo tanto, salvo que tengas necesidades especiales y requieras de ese plus de rendimiento y memoria caché que ofrece el 9950X, el AMD Ryzen 9 9900X se corona como el mejor procesador, tanto en rendimiento como en calidad/precio, que podemos comprar para jugar en este 2024. Veremos cómo responde Intel, pero lo va a tener complicado.
Nuestra recomendación es que, si tenemos un procesador inferior a un Ryzen 7 7900X, o inferior a un Intel Core i7 de 13ª o 14ª generación, el cambio va a merecer mucho la pena. De lo contrario, si ya tenemos una CPU igual, o superior, a las ya mencionada, aunque hay ganancia, probablemente no merezca la pena el cambio. Sobre todo, si cambiamos de Intel a AMD, ya que tendremos que comprar, como mínimo, placa nueva AM5.
Por todo ello, queremos otorgar al AMD Ryzen 9 9900X nuestro galardón de oro, destacando, sobre todo, su rendimiento.