Si una gráfica no tiene suficiente VRAM, ¿por qué no se le puede ampliar y ya está?

Cuando compramos un PC de sobremesa, sabemos que no vamos a tener ningún problema a la hora de ampliar la memoria RAM si nuestras necesidades cambian. En los portátiles pasa lo mismo, siempre y cuando la RAM no esté incluida junto con el procesador, como pasa con los portátiles gestionados por un procesador con arquitectura ARM.
También podemos ampliar el espacio de almacenamiento cambiando la unidad por una de mayor tamaño o añadiendo nuevas unidades y reemplazar el procesador por otro. Pero ¿Qué pasa con la memoria de la gráfica? Podríamos decir que una gráfica es como un mínimo ordenador que tiene su procesador (GPU) y una memoria (VRAM). Si alguna vez te has preguntado si puedes ampliar la memoria VRAM de una tarjeta gráfica, tenemos malas noticias.
¿Se puede ampliar la memoria de una tarjeta gráfica?
Como hemos comentado más arriba, la memoria de vídeo de una tarjeta gráfica no se puede ampliar. El principal motivo por el que una tarjeta gráfica no permite ampliar la memoria es porque se encuentra soldada, una tendencia que también han implementado los fabricantes de procesador con arquitectura ARM para reducir su tamaño.
Existen varios motivos por el que tanto NVIDA, como Intel y AMD sueldan la memoria que integran sus tarjetas gráficas.
- Tamaño. Aunque las tarjetas gráficas han ido aumentando de tamaño conforme han pasado los años, si permitiera añadir o incluso reemplazar los módulos de memoria de vídeo, el tamaño que sería todavía más grande, obligando a los usuarios a tener cajas para PC más grandes. Además, añadir slots para añadir o intercambiar módulos complicaría el diseño y el rendimiento término.
- Diseño y funcionamiento. La VRAM que utilizan las tarjetas gráficas de cada fabricante, están diseñadas para trabajar con una latencia y voltaje muy concretos, por lo que es inviable pensar en poder reemplazarlas al igual que hacemos en un PC.
- Compatibilidad. Al igual que no todas las memorias RAM son iguales, con la VRAM pasa lo mismo. Las más recientes es GDDR7 y es la que utilizan la serie RTX 50 de NVIDIA. Un escalafón por debajo se encuentra GDDR6X seguida de GDDR6, GDDR5 y así podríamos seguir. Cada tipo de memoria ofrece unas prestaciones diferentes que afectan a su rendimiento y que está relacionado con el punto anterior.
Mejorar el rendimiento de una tarjeta gráfica
Afortunadamente eso no significa que no podamos mejorar el rendimiento de nuestra gráfica si observamos que el rendimiento que ofrece se nos está quedando corto, podemos realizar una serie de ajustes como los que os mostramos a continuación.
- Modificar la configuración gráfica. Esto es lo primero que debemos hacer, un proceso que podemos hacer directamente desde la aplicación NVIDIA App o AMD Adrenaline. Ambas aplicaciones incluyen un apartado que permiten optimizar el funcionamiento del juego en base a la gráfica y la CPU.
- Actualizar los controladores. Actualizar los controladores es lo primero que debemos hacer antes de empezar a jugar. Con el lanzamiento de nuevos títulos al mercado, tanto AMD o NVIDIA optimizan el software para sacarles el máximo partido a sus gráficas.
- Hacer Overclock. Si, aun así, se nos queda corta, podemos hacer overclock a la tarjeta teniendo en cuenta lo que implica si algo sale mal.
- Mejorar el flujo de aire. Conforme un dispositivo electrónico se caliente, va perdiendo rendimiento. Si notamos que la gráfica se calienta en exceso, debemos optimizar el flujo de aire y/o contemplar la posibilidad de reemplazar la pasta térmica.