Pese a que el precio de las CPU y GPU está bajando por motivos diferentes, una nueva noticia desde China hace saltar las alarmas: las obleas de chips serán más caras. No nos hemos librado de la escasez todavía y vamos para terminar el tercer trimestre del año cuando parece que todo lo que hemos visto positivo en estos dos componentes clave se torna de nuevo en negativo de cara a los años venideros. Y es que las estimaciones no son nada halagüeñas, ya que el aumento del coste de fabricación de chips será de nada menos que un 20 o 25%.
Nadie quiere repetir lo que vivimos en 2020 con los chips y por ello los movimientos se han sucedido tal y como hemos ido viendo. Creación de FABs, pagos por adelantado y ahora una nueva manera de trabajar con los fabricantes de obleas: reservar producción a varios años vista.
Más producción no va a significar menor precio
El problema no es vender más, hay mercado como tal, empresas y usuarios reclaman chips, equipos y sistemas completos. El problema llega desde los costes y nos explicamos. Las FAB que se están construyendo o están ya proyectadas van a tener un coste tan sumamente alto que las ayudas gubernamentales y de inversión externa no parecen poder paliar el desembolso de infraestructura, equipos y personal, lo que unido al hecho de que los sustratos en sí mismos son más caros va a propinar un duro golpe a las empresas y usuarios que quieran hacerse con los chips.
El problema es de tal calibre que los ensambladores y diseñadores están reservando producción a tres años vista. Para ser más concretos, GlobalWafers en Taiwán tiene reservadas y vendidas todas sus obleas hasta el año 2024. Si estos números son impactantes, los de Shengco en Japón son todavía más alucinantes, puesto que la producción de obleas ya está vendida hasta el 2026, por lo que a no ser que se expandan como tal en una nueva inversión, estos dos referentes en sustratos no aceptarán más pedidos de ninguna empresa.
Mayor volumen de ventas: coste de fabricación de chips desatados
El Grupo de fabricantes de Productos de Silicio o SMG por sus siglas da un informe curioso: el volumen de ventas ha crecido un 14% interanualmente, mientras que el mercado subió nada menos que un 13%, siendo ambas cifras un récord en la industria.
Los contratos a largo plazo tienen una sola cosa que realmente es «buena» y no es más que el cálculo promedio de la subida para las obleas. Por ello, se estima que el precio promedio termine este año 2022 con un incremento del 10% a lo que seguirán incrementos en los siguientes años de entre un 5% y un 10% hasta llegar al año 2025 donde la cifra es realmente escalofriante, ya que se estima que la subida total hasta dicho año sea del 25%.
Esto va a dejar un precio final ya en 2024 de al menos 200 dólares por unidad, si no más. Pero, ¿eso no es un precio muy bajo frente a lo que hemos visto con TSMC e Intel? Pues sí, pero hablamos solo de los costes de la oblea, no de su grabado posterior y finalización, donde por ejemplo TSMC ha superado la barrera de los 2.000 dólares y seguramente cierre el año algo por encima, puesto que ya ha subido dos veces el precio en 2022.
Por lo tanto, es más que esperable que los precios de los chips se encarezcan en vez de bajar como tal y seguramente no haya forma de bajarlos vistas las tremendas inversiones realizadas.