Cuando queremos comprar un ratón especializado para gaming es posible que pensemos cuales son las características técnicas que realmente nos importan, y es que para conseguir dar lo mejor de nosotros mismos siempre necesitamos los mejores periféricos. El DPI es uno de los factores más importantes que podemos encontrar en los ratones gaming, y en este caso, os vamos a explicar cuál es el óptimo que debemos buscar a la hora de hacernos con uno.
Uno de los grandes motivos por los que podemos querer cambiar de ratón es para mejorar algunas de las especificaciones que ofrece, ya que al igual que todos los periféricos, existen una gran cantidad de diferencias entre algunos más básicos y otros especializados para ciertos usos.
La mejor decisión que podemos tomar, elegir el mejor sensor posible
Dentro de todo lo que nos ofrece un ratón tenemos el DPI, que como bien sabemos es la resolución que ofrece el sensor de un ratón óptico, es decir, el número de pixeles virtuales que el sensor del ratón es capaz de proyectar y registrar en una superficie en una pulgada de espacio real. Muchas veces podemos tener la idea equivocada de que cuanto mayor sea el DPI mejor será el periférico, pero esto realmente es un mito, ya que un mayor DPI implica que los movimientos más cortos que realicemos moverán el cursor una distancia que es posible, que no necesitemos.
Con esto realmente queremos decir que es prácticamente imposible utilizar sensibilidades o DPI que resultan demasiado altos por algo bastante simple, y es que incluso a nivel profesional resulta extraño ver que alguien utiliza unos valores superiores a los 4000 o 4800 de DPI. Las velocidades que alcanza el cursor cuando se superan estas configuraciones hace que sean prácticamente imposibles de utilizar, ya que el movimiento más pequeño que realicemos puede fácilmente moverlo de una esquina a otra de la pantalla en cuestión de milisegundos.
Es por ello que un DPI más alto no significa que el ratón sea mejor, sino que va a tener muchas más opciones de configuración, pero al final lo que importa realmente es que el sensor que tiene sea de buena calidad, que no tenga un tiempo de respuesta alto y que obviamente funcione perfectamente sobre la superficie que lo utilizamos.
El DPI depende de lo que necesites
Como bien hemos indicado al final el DPI de un ratón no importa demasiado en términos generales, ya que lo importante en estos casos es encontrar la configuración perfecta para lo que queremos hacer. En casos de necesitar una precisión extremadamente alta y de tener un gran espacio para mover el ratón, como es el caso de los shooters, podemos optar por establecer un DPI que oscile entre los 600 y los 1200 DPI, pudiendo llegar incluso hasta los 2400 si tenemos un mejor control a la hora de utilizarlo.
En otro tipo de juegos que no requieren tanta precisión puede que necesitemos una mayor velocidad del cursor con un menor desplazamiento del ratón, los MOBA por ejemplo necesitan posicionar el cursor en sitios muy distintos de la pantalla para no fallar las habilidades y poder esquivar fácilmente a los enemigos, por lo que podríamos establecer una configuración entre los 1600 y los 3200, llegando incluso a los 4800 si confiamos en que podemos controlarlo perfectamente.
Al final todo depende del tipo de juego, pero también de cómo nos sintamos nosotros más cómodos jugando, por lo que a la hora de elegir un ratón de este tipo podemos ir a por el que tenga un DPI alto, pero que obviamente sea configurable, ya que nos dará una mejor capacidad de poder configurarlo a nuestro gusto.