Las estrategias de Sony y Microsoft siempre han sido diferentes. Desde que lanzaran sus primeros modelos de consolas, tanto japoneses como norteamericanos han demostrado que conciben esto de los videojuegos desde puntos de vista muy distanciados. Y mientras en un lado los exclusivos son clave para la estrategia general, en el otro lo perciben como una oportunidad de vender más y más. ¿Tal vez un Starfield en PS5?
Prueba de ello son adquisiciones como las realizadas hace una década por Microsoft, cuando se hizo con ese fenómeno gaming llamado Minecraft. Los de Redmond podrían haber optado por quedárselo en exclusiva para PC y Xbox pero prefirieron dejar que se expandiera por cualquier plataforma jugable que llegara a las tiendas: desde PSVita a PS4, máquinas de Nintendo y lo que fuera preciso.
¿Los exclusivos son determinantes?
Pero llegamos a 2023 y por primera vez da la impresión de que a Microsoft, de verdad, le importa tener un exclusivo con el que vender más consolas Xbox y pone en el mercado Starfield. La jugada parece que no le salió mal, porque durante algunas semanas las ventas de hardware repuntaron, pero pronto las cosas volvieron a su cauce cuando se vio en el horizonte que no habría más. Así que ahí quedó todo.
Ahora, con los cambios organizativos que Microsoft está experimentando tras la adquisición de Activision-Blizzard y los despidos en algunas de sus divisiones, en Redmond tienen claro que lo primero es rentabilizar al máximo todas sus inversiones y, algunas de ellas, tienen nombre de juegos exclusivos que, o están camino de dejar de serlo, o lo acabaran siendo por mor de este cambio de rumbo de los norteamericanos.
Según informa The Verge, los últimos movimientos con Hi-Fi Rush o Sea of thieves son el comienzo de este cambio de estrategia que continuará con el recién anunciando Indiana Jones y el Gran Círculo, que aunque parece ser que se lanzará en diciembre de este año para PC y Xbox, muy presumiblemente en 2025 ya lo tendrán en sus manos los usuarios de PS5. De esta manera, se trataría de una exclusividad temporal de apenas unos pocos meses.
¿Y Starfield qué pasa con él?
Pues lo que viene a elucubrar el medio es que con esta nueva política, en Microsoft ya no tienen franquicias intocables que puedan quedarse para siempre en Xbox (¿te falta espacio en la consola?) y PC, y que incluso la epopeya espacial de Bethesda podría ponerse a la venta en el territorio del eterno rival, una Sony que, mientras, sigue presumiendo de más y más sagas y franquicias que solo llegarán a sus máquinas.
Es obvio que en Microsoft siempre han sido más pragmáticos y a estas alturas del partido tienen bastante complicado remontar lo que PlayStation supone para el gaming, así que, como reza el dicho, «si no puedes con tu enemigo únete a él». Así, al menos, rentabilizas tus inversiones, obtienes más dinero y puedes seguir dando bombo a lo que de verdad te interesa, que no es otra cosa que Xbox Game Pass y el juego en la nube. ¿No os parece?