No hay lugar a dudas de que Doom es el juego más versionado de la historia porque no solo ha tenido adaptaciones para prácticamente cualquier consola, ordenador o sistema operativo, sino que ha dado el salto a lugares que nunca se concibieron para ejecutar videojuegos por lo que su mérito es prácticamente insuperable. Aun así, si creías haber visto todo sobre el título de id Software, espérate a comprobar lo que acaban de hacer con él.
Como os decimos, Doom se ha versionado para todo tipo de aparatos electrónicos. Desde cajas registradoras hasta calculadoras de todos los tamaños e incluso relojes. Cualquier excusa es buena para llevarnos unas partidas con este mítico shooter aunque lo conseguido ahora por algunos científicos de MIT de Massachusett supera todo lo visto hasta hoy. Porque la base utilizada ha sido tejido vivo.
¿Doom en una célula?
Ha sido una estudiante de doctorado del famoso MIT, llamada Lauren Ramlan, la que ha rebasado todos los límites que podáis imaginar al pensar que lo mismo era posible echarse unas partidas reproduciendo Doom en células vivas. En este caso, se trata de un conjunto de pequeñas unidades del famoso E. Coli, que es una especie de bacteria que todos tenemos en nuestros intestinos y que forma parte de nuestra microbiota.
Pues bien, esta joven no ha tenido mejor idea que intentar hacer funcionar Doom en esas circunstancias y lo cierto es que el experimento no le ha salido nada mal, aunque hay que decir que la forma de jugar varía sensiblemente lo que nosotros pensamos que es echarse una partida, ya que en el mundo microscópico por el que se mueven esas bacterias esos conceptos no son tan inmediatos como nos gustaría.
Como podéis ver en el vídeo, es posible comprobar que lo que entendemos por jugar no es lo mismo que han experimentado en el MIT, donde no existe una pantalla donde ver nada. Las bacterias no tienen un panel donde proyectar cosas, pero sí es posible valerse de sus componentes para generar una recreación de lo que son las imágenes del mítico desarrollo de id Software.
Un píxel sobre proteínas fluorescentes
Laura no tuvo mejor idea que crear Doom adaptando su resolución a 48×32 píxels y estimulando una proteína fluorescente de esas células de E. Coli que lograron iluminar cada uno de esos puntos necesarios para ver la imagen del juego. Con ese truco, la investigadora fue capaz de iniciar una partida con el shooter aunque, si queréis hacerlo vosotros en casa, antes os debemos advertir de un pequeño inconveniente.
Tenemos claro que en casa no se puede reproducir algo así, pero más si cabe por el hecho de que para poder obtener esa imagen del juego sobre las células de E. Coli es necesario que pasen cerca de 70 minutos, que es el tiempo que tardó la investigadora en obtener el primer frame de este curioso Doom. Es más, para crear el siguiente fotograma serían necesarias ocho horas hasta que la célula vuelve a su estado natural y volvemos a proyectar otro.
En total, calculó que para jugar de verdad con Doom harían falta 600 años en total, tiempo que, obviamente, no tiene la investigadora para concluir que un hito así es posible. ¿Y sin stuttering?