Windows 10 tiene los días contados, concretamente hasta octubre de 2025, cuando Microsoft dejará de ofrecer soporte para este sistema operativo que lleva entre nosotros desde 2015 y que supuso un importante en cuanto a diseño y funcionalidades con respecto a Windows 7 y Windows 8. A partir de esa fecha, si todavía utilizamos Windows 10, todos los datos almacenados en nuestro PC estarán en peligro, ya que la compañía que fundó Bill Gates dejará de actualizarlo.
Windows 11 se lanzó en 2021. Desde entonces ya han pasado más de 2 años y podemos hablar, sin temor a equivocarnos, de un sistema operativo maduro, donde la mayoría de los problemas habituales de una nueva versión ya se han solucionado, por lo que, si estábamos dudado si actualizar o no, la respuesta está clara. Mientras que unos usuarios no han querido actualizar para evitar estos problemas habituales, otros no han tenido la oportunidad de hacerlo debido a que no cumplen con algunos requisitos como en el chip TPM y el arranque seguro.
Si bien es cierto que podemos saltarnos los requisitos básicos necesarios para instalar Windows 11, esto requiere que formatear el equipo o realizar la instalación en un segundo disco duro (algo que no está al alcance de muchos usuarios), motivos más que suficiente como para desestima esta idea. Sin embargo, hay un método mucho más sencillo de probar Windows 11 sin necesidad de saltarse esos requisitos ni formatear la unidad principal o utilizar una segunda unidad de disco duro, ya que podemos utilizar una máquina virtual.
Instala Windows 11 en cualquier PC no compatible
Utilizando una máquina virtual, podemos instalar Windows en cualquier PC, independientemente de si cumple o no con los requisitos de Windows y sin necesidad de comprar una nueva licencia. Lo primero que debemos tener en cuenta es que esté método únicamente es válido para probar Windows 11 durante un tiempo, no para utilizarlo como sistema operativo habitual ya que, al funcionar a través de una máquina virtual, su funcionamiento es más lento. Además, la versión que vamos a utilizar, caduca a los 90 días.
Lo primero que vamos a hacer es descargar una imagen ya creada para utilizar con una máquina virtual, concretamente para VirtualBox, una aplicación gratuita con la que podemos crear máquinas virtuales de Windows y Linux. Para descargar Windows 11 Empresas en formato máquina virtual para Windows 11, tan solo debemos visitar este enlace y pulsar en VirtualBox. A continuación, descargamos VirtualBox directamente desde su página web y los instalamos en nuestro equipo.
La imagen de Windows 11 para VirtualBox que hemos descargado tiene la extensión .OVA. Para instalarla en nuestro PC, con la aplicación VirtualBox abierta, pulsamos en Archivo y seleccionamos Importar servicio virtualizado.
Seguidamente, nos dirigimos al directorio donde se encuentra el archivo de Windows 11 con extensión .OVA y lo seleccionamos. A continuación, se mostrarán las especificaciones que hardware que utilizará la máquina virtual y donde no es necesario modificar ningún valor, por lo que debemos pulsar en Siguiente para iniciar la instalación.
Una vez ha finalizado el proceso, que lleva unos cuantos minutos, se mostrará nuevamente la pantalla principal donde se encuentra la máquina virtual de Windows 11 que hemos descargado. Para ejecutarlo, tan solo debemos seleccionar esa máquina desde la columna de la izquierda y en la parte superior, pulsar en Iniciar. La primera vez que la iniciemos, tardará más tiempo de lo normal es abrirse, ya que se está configurando para el hardware de nuestro equipo.
Una vez hemos iniciado Windows 11 con VirtualBox, ya podemos comenzar a probar todas las funciones que nos ofrece. Por defecto, esta versión de Windows se muestra en inglés. Afortunadamente, desde las opciones de configuración de Windows podemos cambiar el idioma de la interfaz a español.
Como ya supondrás, obviamente esto implica tener Windows 11 virtualizado, en una máquina virtual, y tu PC seguirá funcionando y arrancando con la versión del sistema operativo que tuvieras instalada. Sin embargo, te servirá para hacer todas las pruebas que quieras, y además sin miedo a que se estropee nada por tocar donde no debes.
¿Merece la pena?
Es importante señalar que utilizar una máquina virtual supone compartir los recursos del sistema operativo anfitrión, en este caso Windows 10, con el sistema operativo invitado (Windows 11), por lo que el rendimiento que ofrecerá será muy diferente al que podemos encontrar en un equipo no virtualizado. El próximo 14 de octubre, finaliza la fecha de soporte de Windows 10, por lo que, a partir de esa fecha, tu equipo estará en peligro a no ser que contrates el servicio de soporte extendido que tendrá un precio de 60 dólares anuales.
Utilizar el método que os hemos descrito más arriba, no nos servirá para que el equipo sea seguro, a no ser que toda nuestra actividad pase por utilizar Windows 11 a través de una máquina virtual, proceso que, como también hemos comentado, es mucho más lento al compartir los recursos con el equipo anfitrión. Si quieres seguir utilizando tu PC de forma segura, o contratas el soporte extendido o te pasas a una distribución Linux.