En verano nuestros ordenadores tienden a sufrir problemas de temperatura, sobre todo si la refrigeración de los mismos no es la adecuada o lo exponemos a niveles extremos, como puede ocurrir con portátiles que llevamos de vacaciones a pleno sol.
El rendimiento en estos casos se resiente, todos sabemos que es malo, sin embargo, ahora que llega el invierno, ¿qué ocurre con el frío?, ¿es igual de malo?, ¿o no tenemos que preocuparnos tanto?, ¿has notado que la batería de tus dispositivos dura más en una estación que en otra? Ahora descubriremos el motivo.
¿El frío afecta a nuestros PC?
Pues bien, toda condición extrema tendrá efectos negativos en un aparato electrónico, sin embargo, el frío, a diferencia de las altas temperaturas, es mucho mejor para nuestros ordenadores, y, salvo ocasiones muy puntuales, será incluso beneficioso para exprimir nuestros procesadores al máximo. Piensa que los récords de velocidad de los mejores overclockers son gracias a poner estos componentes incluso a temperaturas bajo cero utilizando nitrógeno líquido y similares.
Ahora bien, eso no quiere decir que si nuestro ordenador está congelado sea bueno, existen riesgos como la condensación por cambios de temperatura bruscos o incluso romper alguna pieza, como las bisagras de la tapa de un portátil.
Es decir, no tendrás que preocuparte si dejas un aparato electrónico en algún lugar en los que las temperaturas sean muy bajas, pero tampoco será bueno llevarlo al polo norte.
Es más, si te fijas un poco verás como funcionan incluso mejor, ya no solo a niveles de rendimiento, sino también, por ejemplo, la batería, la cual estará en un rango de temperatura más adecuado y su consumo será más eficiente y menor, consiguiendo que tanto la degradación de la misma, como la duración, sea mucho más óptima.
Por ello se recomienda en verano intentar reducir al máximo su calor e intentar exponer estos al sol. El calor es el principal enemigo de un portátil, sobremesa o cualquier dispositivo. La pantalla de tu móvil podría quemarse al sol, sin embargo, el frío, salvo que se congele y lo rompas por un golpe, no supondrá un problema permanente. Eso sí, ten cuidado con la condensación. Si tienes un aparato a -5 grados y lo metes en tu casa a 20, es probable que exista una humedad que podría descongelar gotas de agua y estropear tu equipo. Es el único riesgo que deberías tener en cuenta.
De todas formas, esto es una recomendación general. Cada dispositivo es un mundo y no se puede aplicar el mismo sistema para todos. Imagínate que tienes un PC con refrigeración líquida y esta se congela, pues evidentemente encenderlo con un componente que no va a funcionar, debido a que el líquido está sólido no será bueno, aunque no necesite refrigerar más en ese momento.
Así que, aplica la lógica y cuida tus dispositivos, aunque ya sabes entre calor y frio lo que tienes que hacer, uno es mucho más perjudicial que el otro y hay que tenerlo en cuenta si queremos que estos duren lo máximo posible en unas condiciones aceptables.