Últimamente, he visto varias publicaciones en redes sociales de usuarios que me han llamado la atención. Afirman haber cambiado su PC con Windows por un sistema de Apple, alegando que es la mejor decisión que han podido tomar nunca. Para mí, es la peor decisión que un usuario medio podría tomar y te voy a explicar los motivos por los que nunca me compraría un ordenador de Apple.
Cada cual es libre de adquirir el dispositivo que quiera, pero no terminó de entender la corriente creciente. Parece ser que los ordenadores de Apple han pasado a tener propiedades únicas muy superiores a las de un ordenador de sobremesa o portátil con Windows.
He utilizado sistemas de Apple y conozco mucha gente que los usa por diferentes motivos. La verdad es que no podría cambiarme a un ordenador de la compañía de la manzana mordida. No hablo de tema de presupuesto, hablo de tema de características y funciones que, para mí, son básicas e inviables con los sistemas de Apple, y te los voy a contar.
Motivos por los que no compararía un PC de Apple
No voy a entrar en el motivo más evidente, que es el precio, ya que este tema considero está superado. Habrá quien dirá que valen cada céntimo y, bajo mi punto de vista, están extremadamente sobrevalorados. Es una batalla de percepción y es que la compañía ya no solo vende PC, smartphone o tablets, vende estatus.
Para mí el primer factor es el ecosistema cada vez más cerrado y limitado. Los Mac solamente cuentan con procesadores propios de la compañía, ya no ofrecen soluciones con Intel o AMD. Para la optimización del sistema operativo está muy bien, pero limita las posibilidades del usuario. Si el software no está optimizado, el rendimiento será malo y, aun estándolo, siempre será inferior al de sistemas con Intel o AMD, que pueden tener más núcleos.
El siguiente factor para mí es una combinación de dos factores: imposibilidad de ampliar y obsolescencia programada. Apple suelda la RAM y el SSD en sus sistemas, precisamente, para limitar la actualización de los sistemas. Obliga al usuario a ante una actualización adquirir el último modelo, pese a que el antiguo pueda funcionar perfectamente. Esto conlleva una obsolescencia de sistema que, con un aumento de RAM o cambio de SSD, podrían durar muchos más años.
La política de actualizaciones de la compañía también deja mucho que desear. A partir de los 2-3 años, la compañía reduce la cantidad de actualizaciones drásticamente, buscando «presionar» al usuario al actualizar. Incluso, hay quien destaca que las actualizaciones ralentizan el sistema y empeoran la experiencia. Puede ser, pero como tampoco tengo pruebas, prefiero cogerlo con pinzas.
Algo que me gusta hacer (y muchos de mis compañeros) es echar una partida tras la jornada laboral. El problema es que con los sistemas de la compañía de la manzana mordida esto no es posible actualmente. Sus sistemas son incapaces de mover juegos de manera fluida debido al hardware que utilizan.
Como último factor y que tiene bastante que ver con el segundo, es la dificultad de actualización. Si a mi portátil le pasa algo, puedo abrirlo y solucionar el problema personalmente, sin depender de terceros. Puedo reemplazar la RAM o el SSD, en caso de presentar problemas. También puedo llevarlo a una tienda de informática para que me lo revisen, en caso de fallar algo. Apple no permite este e, incluso, si el sistema detecta un componente no soportado, se puede bloquear.