A la hora de montar un PC, no debemos empezar a elegir los componentes que se encuentran en su interior sin saber dónde los vamos a meter, aunque la caja sea lo que menos nos importe inicialmente ya que es como empezar a construir una caja por el tejado.
No esto no queremos decir que debamos invertir una gran cantidad de dinero en una caja de gama alta ni mucho menos. Lo que queremos decir es que no debemos basar nuestra elección en el primer modelo que estéticamente nos guste o en la opción más barata.
Montar un PC con componentes valorados en 3.000 euros y utilizar una caja de 30 euros es como comprar un iPhone de última generación y protegerlo con una funda de silicona de 5 euros.
Ni todas las cajas están fabricadas con los mismos materiales, ni tienen el mismo tamaño y ni todas ofrecen las mismas opciones para crear el flujo de aire perfecto para ayudar a disipar el calor que se genera en el interior. Si te estás planteando renovar tu vieja caja o bien comprar un nuevo PC y no quieres tener problemas, os invitamos a seguir una serie de consejos para evitarlos.
Tamaño
Una vez tenemos claro cuál es la placa base que vamos a montar, debemos buscar una caja donde esta tenga cabida. La mayoría de las cajas compatibles con placas ATX o E-ATX son compatibles con placas más pequeñas como Micro ATX o Mini ITX.
Del factor forma de la caja dependerá el tamaño de los componentes que podemos instalar. Si queremos montar una gráfica de gama alta, debemos asegurarnos de que la caja tiene espacio más que suficiente para instalarla y que no choca con ningún otro componente que tengamos instalado, especialmente en frontal.
Lo mismo sucede con el sistema de refrigeración. Si tenemos la intención de utilizar un sistema de refrigeración líquida, la caja debe tener espacio suficiente para situar tanto el correspondiente radiador como para la bomba de agua y el bloque que se sitúa encima de la CPU.

Gestión de los cables
No todas las cajas incluyen un sistema de gestión de cables que facilite la instalación de los componentes. Antes de comprar una caja, debemos asegurarnos de que esta cuenta con un número suficiente de orificios para pasar los cables desde la parte trasera y que esta también tenga suficiente espacio para organizarlos detrás.
Puertos frontales
Utilizar los puertos traseros de la placa base no es nada cómodo si tenemos la necesidad de hacerlo de forma habitual. Antes de comprar cualquier caja para PC, debemos analizar cuáles son nuestras necesidades y comprobar si el número de puertos frontales es más que suficiente.
Con la llegada de los dispositivos con puerto USB-C, este puerto ha comenzado a estar disponible en muchas de las cajas sustituyendo a algunos de los puertos USB-A. Si no tenemos la intención de utilizar este conector, debemos buscar una caja que únicamente ofrezca puertos USB-A o al revés.

Posibilidades de refrigeración
Las cajas tipo pecera se han convertido en la opción preferida por los usuarios que priorizan la estética por encima de todo ya que permiten lucir el interior del PC. Sin embargo, no son la mejor opción debido a que limita las opciones de refrigeración.
Crear un flujo de aire en el interior del PC no es ningún misterio. Lo único que debemos hacer es situar uno o varios ventiladores en el frontal para que succionen el aire del ambiente hacia a adentro y en la parte trasera situar otro ventilador que se encargue de expulsar el aire caliente del interior.
Las cajas tipo pecera no tienen esa opción, lo que dificulta las posibilidades a la hora de crear el mejor flujo de aire. Si bien es cierto que estos modelos sustituyen la rejilla frontal por una superior, el efecto no es igual de efectivo.