Es la llamada Guerra Comercial 2.0, o como dijo el ministro de Relaciones Exteriores de China «puede ser la nueva guerra fría». Una decisión que ha socavado los cimientos tanto de Hong Kong como de China y que pone en máxima tensión a la industria del PC. Y es que Donald Trump ha despojado a esta región del estatus de Administración Especial para el comercio, algo que llevaban días advirtiendo y que tiene en vilo a cientos de empresas del sector informático.
Hong Kong es uno de los grandes centros financieros del mundo, donde por su ubicación estratégica dispone de miles de millones de inversión de empresas del sector de la informática de todo el mundo.
Junto con Macao, la región era una de las dos únicas provincias Chinas con un régimen especial para el comercio que ahora ha sido revocado para los EE.UU debido a la llamada Ley de Seguridad Nacional que quiere implantar China a esta región y que clasifican duramente como traición, secesión, sedición y subversión de la región hacia el país.
Las inversiones caerán, Taiwán se verá influenciada y las empresas están en peligro
Este golpe a Hong Kong impulsado por dicha Ley del partido comunista Chino hará que la región deje de ser el centro financiero asiático, lo cual es una tragedia para la propia comunidad como para China en general.
Supone perder un centro de economía gigantesco, ya que ahora empresas de todo el mundo están viendo peligrar su negocio en el país asiático y como ya informamos meses atrás, hay una desbandada que se está dirigiendo hacia Taiwán (en menor medida), Corea del Sur y sobre todo la India.
Ya hemos visto lo que supone un paro en la economía de un país, así que detener un centro financiero gigantesco tendrá un impacto mundial, sobre todo en cuanto a fabricación de componentes y semiconductores.
El comercio de Hong Kong se verá afectado desde el primer momento, las empresas aceleran su marcha
Hablamos de Apple, Foxconn, ASUS y una lista gigantesca de fabricantes y empresas que van a ser testigos de un aislamiento financiero sin precedentes en la historia. China quiere controlar definitivamente Hong Kong y eso le va a costar realmente caro, ya que por ejemplo, su siguiente punto de mira será Macao y más tarde Taiwán.
TSMC ya ha volado y ha depositado medio pie en los Estados Unidos, Apple vuela camino a la India, Foxconn, de la cual depende medio mundo en diversas áreas está viendo peligrar su empresa si China pone un pie en Taiwán y ya planea centrar esfuerzos en diversas filiales para diversificar cargas …
Muchas empresas de primer nivel se van a quedar sin poder acceder a productos como condensadores, ventiladores, VRM, disipadores y un sin fin de pequeños componentes indispensables que actualmente solo se fabrican en China y donde Hong Kong es quien mueve los hilos.
¿Retrasos en los productos? Casi garantizado, ¿Quiebra de varias empresas en apuros y nuevos monopolios? Bastante probable, ¿Encarecimiento de cualquier tipo de producto informático o electrónico? Hay que darlo casi por hecho.
China es y será, al menos por algún tiempo más, el gran fabricante del mundo, pero ninguna empresa está dispuesta a jugarse los cuartos y los beneficios tanto fiscales como económicos en sus cuentas por una disputa arancelaria. Todos han echado ya sus cuentas, muchos han salido del país asiático y el golpe de Hong Kong va a traer unas consecuencias geoeconómicas sin precedentes.
Agarrémonos al asiento, «que vienen curvas», esto no es una guerra económica, es una guerra tecnológica por la supremacía y el control de la tecnología mundial y aunque China tiene el dinero, EE.UU, Europa y en general Occidente entero, tienen a los consumidores. Este es solo un importante capítulo de esta guerra, la cual seguiremos bien de cerca.