Esta pregunta es algo que todo el mundo se acaba haciendo a la hora de adquirir una unidad de almacenamiento. Sabemos que un SSD es más rápido y una opción más interesante para montar nuestro sistema operativo en él, sin embargo, ¿la vida útil de un SSD es tan larga como la de un disco duro o, por el contrario, puede que se me rompa antes de lo que pensaba y tenga que acabar sustituyéndolo?
La vida útil de las unidades SSD siempre ha sido puesta en duda, desde su inicio. A pesar de que los discos duros mecánicos tradicionales no duran para siempre, especialmente por el hecho de que tienen partes móviles que generan desgaste, el hecho de que los SSD tengan una fecha de caducidad definida por la durabilidad de sus celdas de memoria siempre ha sido motivo de preocupación.
Vale pero, ¿cuánta vida útil tiene un SSD?
Pues bien, lo primero que hay que saber, y la diferencia respecto al disco duro, es que los SSD tiene una vida útil marcada por el número de veces y datos que escribes en ellos, llegando a un límite donde nos quedaremos sin disco y solo tendremos la opción de modo lectura. Digamos que es como un lápiz, puedes escribir y borrar todo lo que quieras, pero cuando te quedes sin mina lo único que podrás ver es lo que te quede en el folio, pero no podrás añadir más…
La teoría da a los discos duros ese punto a favor, ya que no tienen esta limitación, al menos tan marcada, sin embargo, con el paso del tiempo los SSD han conseguido evolucionar hasta un punto en el que ese fin de vida está tan lejos que la diferencia con los HDD es prácticamente nula.
Si cogemos el ejemplo de un disco sólido antiguo veremos cómo pierde cualquier batalla contra el disco duro mecánico tradicional, debido a lo anteriormente comentado: su vida útil debido al límite de escritura que posee. Sin embargo, comparándolo con uno moderno, podemos observar lo algo bastante diferente…
Por ejemplo, en el caso del Samsung 970 EVO estamos ante una unidad que según el fabricante tiene 300 TBW de durabilidad en su formato de 500 GB. Los TBW nos muestran la cantidad de datos que se pueden escribir antes de producirse el bloqueo que comentábamos antes, lo que serían unas 600 veces su capacidad. Si tenemos en cuenta que un PC gaming convencional escribe de media unos 25 GB al día, estaríamos hablando de una durabilidad de unos 33 años, por lo que es bastante poco probable que el PC te dure tanto tiempo (y más con un uso diario).
Esto junto al MTBF (que sería el indicador de tiempo que puede funcionar una unidad antes de cometer un fallo) que en este caso sería de alrededor de 1,5 millones de horas, nos confirman que un disco SSD a día de hoy se va a morir antes por cualquier otro error o golpe que porque se quede sin ciclos de escritura. Son mucho más duros que antes y por consecuencia una mejor opción que los HDD, siempre y cuando nos fijemos en estos datos y no compremos las primeras unidades que salieron, que sí tenían este problema más marcado.
Otro valor importante sería el de los ciclos P/E (veces que los datos se escriben y luego se borran para ser reescritos) y que resulta muy variable, entre 500 y los 100.000. Por eso volvemos a resaltar la importancia y evolución de los SSD modernos con los antiguos.
La única diferencia clara a día de hoy sigue siendo el tamaño, ya que los HDD tienen mucha mayor capacidad a un precio menor, y si la velocidad no es nuestro objetivo y necesitamos tener un espacio enorme, nos tendremos que decantar por ellos, sin embargo, si lo pensamos por dureza y vida, a día de hoy no hay diferencias, y ambos nos durarán para siempre (dentro de un uso medio).
SSD o HDD para hacer copias de seguridad
Si no tenemos muy claro que tipo de unidad de almacenamiento es mejor para utilizar como copia de seguridad, ya sea un HDD o un SSD, teniendo en cuenta que solo lo vamos a utilizar de forma esporádica para hacer copias de seguridad y no le vamos a dar un uso continuado, realmente da exactamente igual que tipo de unidad elegir. Al final, lo que premia es la cantidad de espacio que vamos a necesitar, siendo el HDD el que mejor relación espacio-precio nos ofrece sin ninguna duda.
Pero, si tenemos la necesidad de llevar la copia de seguridad siempre encima, un HDD no es una solución, ya que, ante cualquier golpe, este puede dejar de funcionar para siempre, un problema que no nos vamos a encontrar con un SSD. Antes de elegir qué tipo de unidad utilizar, debemos analizar los pros y los contras, ya que, en cuestión de vida útil, ambos nos ofrecen prácticamente las mimas garantías y durabilidad.