Los dispositivos de almacenamiento han evolucionado mucho en los últimos años, la capacidad de guardar grandes cantidades de información antes suponía llenar grandes habitaciones con una serie de objetos que podían ocupar bastante como era el caso de los disquetes, pero ahora incluso una tarjeta micro SD puede almacenar mucho más en un tamaño más pequeño y con un interior bastante más «básico».
Muchos de los componentes y dispositivos que utilizamos en la actualidad para almacenar información han evolucionado en gran medida para ofrecer una capacidad, velocidad o tamaño realmente reducidos permitiendo superar a todos los que se crearon con el objetivo de guardar una gran cantidad de datos hace años. Uno de los que para muchas personas sigue siendo un misterio son las tarjetas SD ya que pueden tener capacidades extremadamente altas en un formato que se puede sostener con un solo dedo, algo que a muchos usuarios les puede hacer preguntarse cómo son por dentro para poder ofrecer estas características.
¿Cómo es posible almacenar tanta información en algo tan pequeño como una tarjeta micro SD?
Uno de los principales motivos por los que cada vez resulta más sencillo utilizar tecnologías que requieren mover grandes cantidades de datos en cuestión de segundos tiene que ver con la evolución de los dispositivos de almacenamiento. Uno de los ejemplos más claros en este caso es la inteligencia artificial, ya que al utilizarla de forma local tiene que consultar muchos repositorios que el usuario tiene guardados para poder acceder a la información necesaria lo que se traduce en la necesidad utilizar los dispositivos de almacenamiento con la mayor velocidad posible.
Pero obviamente no todos están diseñados para tener las mayores velocidades posibles, hay algunos como las tarjetas micro SD que simplemente buscan ofrecer un factor forma estandarizado mucho más pequeño que permite incorporarlas en dispositivos que no cuentan con demasiado espacio como es el caso de los smartphones. Aunque la duda que tienen muchas personas pasa por no conocer cómo funcionan estas tarjetas, algo que es comprensible ya que no siempre se puede ver el interior de una, y aunque no lo parezca es más simple de lo que creéis.
El funcionamiento que tienen es similar al resto de dispositivos de almacenamiento que tienen un sistema flash para poder almacenar los datos, básicamente cuentan con una serie de elementos que podemos encontrar en todos estos sistemas. Cuentan con un PCB básico que permite conectar entre sí un microcontrolador junto con las memorias que se encargan de guardar la información, en este caso el microcontrolador es prácticamente del tamaño de un grano de arroz mientras que la memoria tampoco es que resulte mucho más grande, tiene aproximadamente tres veces el tamaño del controlador.
Gracias a la evolución en la creación de los die de memoria hay tarjetas de este tipo que tienen una mayor capacidad, existen modelos de 1 TB que logran almacenar 256 GB por cada uno de estos elementos llegando a dar esta opción, así que la próxima vez que veáis una tarjeta de memoria micro SD podéis jugar a intentar adivinar cuantos de estos elementos contiene.