El mercado va unido en cierta manera a la política de cada país y actualmente éste está controlado por dos grandes superpotencias: China y EE. UU. La guerra comercial en la que están inmersos será aprovechada por la Unión Europea para lanzar una iniciativa con la que pretende ser menos dependiente de tecnología extranjera a la que han llamado EPI (European Processor Initiative) la cual construirá procesadores de alto rendimiento.
La UE reacciona a tiempo, EPI será apoyado por 23 empresas líderes europeas
La iniciativa que va a llevar a cabo la Unión Europea ya ha sido realizada por China y EE. UU en anteriores años a través de distintos métodos, pero con una intención muy clara, situar y mostrar el potencial de cómputo de cada país al mundo, dando una lección tecnológica a sus rivales.
En el caso de EE. UU es más sencillo, sobre todo si en el conglomerado de empresas se encuentran Intel o AMD. En el caso que nos ocupa, la UE piensa lanzarse a desarrollar procesadores eficientes para supercomputadoras, centros de datos y vehículos autónomos, por lo que su enfoque es mucho más global que los de las otras dos superpotencias.
Para dar vida a este proyecto hasta 23 empresas e instituciones de diversos países europeos apoyarán la iniciativa, donde ya se ha presentado el primer diseño de la arquitectura a la Comisión Europea.
Dicha iniciativa toma el nombre de EPI (European Processor Initiative) donde buscarán construir la infraestructura necesaria para albergar un supercomputador de alto rendimiento HPC bajo una empresa conjunta llamada EuroHPC, la cual se encargará de su desarrollo con una inversión inicial de 486 millones de euros.
La Comisión Europea anunció que invertiría alrededor de 1.000 millones de euros a través de los Estados miembros en 2020, por lo que EuroHPC se lleva directamente casi la mitad de esta cantidad en exclusiva. Todo con el objetivo de crear un supercomputador con una potencia inicial de 100 PetaFLOPS y a largo plazo alcanzar ExaFLOPS, logrando equipararse a los grandes supercomputadores mundiales.
Arquitectura de código abierto basada en RISC-V
Lo poco que se sabe sobre este proyecto es que al parecer el diseño de los procesadores se basará en una arquitectura abierta para el conjunto de instrucciones RISC-V, en el que podría participar ARM Holdings como motor británico para dar vida a estas CPUs, dada la dilatada experiencia que tienen con este tipo de instrucciones.
En cualquier caso, el diseño se hará en base a un Procesador de Propósito General o GPP, donde éstos deben ser versátiles y eficientes al mismo tiempo, ya que serán lanzados para 3 mercados clave:
- Computación de alto rendimiento.
- Centros de datos y servidores.
- Vehículos autónomos.
Por ello, empresas como el grupo BMW, Fraunhofer ITWM o Infineon están dentro del consorcio, entre otras grandes.
La primera familia de procesadores de EPI se llamará Rhea y comenzará en 2021, donde la segunda generación de procesadores llegará en 2022 o 2023 con nombre en clave Chronos, para abrir paso a la tercera generación ya a partir de 2024, por lo que el proyecto parece que cogerá una velocidad de crucero una vez despegue dentro de dos años.