Renovarse o morir: cuanto más viejo es tu PC, mayor es su consumo

A medida que va pasando el tiempo y los componentes envejecen, estos comienzan a consumir más potencia de la que inicialmente, cuando estaban nuevos, necesitaban para funcionar. Pero, ¿por qué se produce esa pérdida de eficiencia en estos componentes? En este tutorial vamos a investigar sobre el tema y veremos si es necesario renovar los componentes con cierta frecuencia.
Una de las innegables ventajas que tienen los ordenadores de escritorio sobre los ordenadores portátiles es que su vida operativa suele ser, francamente, superior, sin que presenten problemas serios de funcionamiento con el paso del tiempo. Pero, a su vez, otra de las ventajas de los ordenadores de sobremesa es la posibilidad de ir actualizando los componentes a medida que se quedan obsoletos o necesitamos expandir las capacidades de nuestro equipo. Esto lleva a que los usuarios suelan aguantar mucho más tiempo la configuración original de componentes con la que se compraron el equipo, solo haciendo pequeños cambios en su interior.
Pero, por otro lado, a medida que los componentes van envejeciendo, van perdiendo eficiencia en su funcionamiento, requiriendo mayores potencias para realizar las mismas tareas que realizaban anteriormente. Excepto en el caso de la fuente de alimentación, que, a medida que envejece, disminuye la potencia máxima que es capaz de suministrar al equipo. Y no, no hay nada que podamos hacer este proceso de deterioro y progresivo aumento del consumo si queremos seguir conservando estos componentes.
Los componentes consumen más porque se deterioran internamente
Todos sabéis que los componentes suelen tener en su interior vías por donde suele transcurrir tanto los datos como la alimentación eléctrica que requieren para su correcto funcionamiento. Con el paso del tiempo, estas vías de corriente se acaban deteriorando por el constante transcurrir de los electrones por su interior, pudiendo llegar a dejar escapar una parte de los electrones de la corriente portadora. A este fenómeno se le conoce como electromigración. Cuando esto se produce, el componente necesita consumir una mayor potencia para funcionar correctamente.
Otro motivo por el que los componentes antiguos consumen más potencia que los modernos es que empleen tecnología anticuada. Si, por ejemplo, seguís empleando un antiguo monitor de tubos de rayos catódicos, estos consumen bastante más que un moderno monitor TFT LED. Igualmente, si todavía empleáis varios discos duros mecánicos en vuestro ordenador, estos consumen considerablemente más energía que los SSD, o incluso que los discos mecánicos más modernos.
Hablando de discos duros mecánicos, en general, cualquier componente que emplee partes móviles va a tener un consumo superior de energía a medida que envejezca. Si se trata de ventiladores, el rodamiento de éstos se irá desgastando y ensuciando, con lo que se requerirá un mayor consumo de energía para que funcione bien. Las unidades de almacenamiento óptico, cada vez van quedando más relegadas al olvido, dado que hoy en día tenemos la nube para guardar los archivos importantes y poder acceder a ellos desde cualquier parte. Esto hace que cada vez menos cajas de ordenador vengan con bahías de 5,25 pulgadas en su frontal.
Finalmente, otro motivo por el que los componentes pueden consumir más es por el empleo de un sistema operativo antiguo. Hoy en día, sistemas operativos como Windows están muy optimizados para consumir lo menos posible. Pero si empleáis un sistema operativo muy antiguo, el consumo de potencia siempre será mayor que si empleáis un sistema operativo moderno.
Por tanto, si no queréis enfrentaros a facturas eléctricas mayores, sería recomendable renovar los componentes de nuestro sistema con cierta frecuencia. No es necesario que sea cada poco tiempo, pero sí cada cinco años más o menos.