China empieza a fabricar procesadores x86 copiando el diseño de AMD
China sigue dando pasos en su intención de lograr la independencia tecnológica de los países del exterior. En este sentido, esta nación ha firmado un acuerdo con AMD para que se puedan producir en ella nuevos procesadores x86 que estarán basados en la arquitectura Zen, con los que se pondrían a la altura de los procesadores de Intel.
No es un secreto que China siempre ha deseado la independencia tecnológica con respecto a los componentes electrónicos. Una parte de esa independencia estriba, principalmente, en ser capaces de producir sus propios procesadores x86, que sean capaces de competir, en rendimiento, con aquellos fabricados por Intel, que es la compañía que, hasta hace bien poco, marcaba el estándar.
China ya tiene experiencia en este ámbito, gracias a un acuerdo que mantiene, desde hace años, con VIA, que le permite emplear su licencia x86 para fabricar sus procesadores Zhaoxin. Es decir, por este tipo de acuerdos, las compañías chinas pueden acceder al uso de la arquitectura x86, aunque las empresas «arrendadoras» de la licencia no les pueden realizar el trabajo y diseñar los procesadores: han de ser las propias empresas chinas las que los diseñen. O, al menos, eso es lo que en teoría debería de suceder.
Los procesadores x86 de China son idénticos a los AMD EPYC
Como decíamos, en teoría el acuerdo que AMD firmó con China en el año 2016 implica que los procesadores x86 fabricados por China solo se podrían vender dentro de sus fronteras y debían ser desarrollados por completo desde cero por la empresa. Sin embargo, y como de costumbre, la realidad ha acabado siendo bastante diferente a la letra, dado que los nuevos procesadores x86, que tienen el nombre de Dhyana, serían prácticamente idénticos a los actuales procesadores AMD EPYC.
El hecho es que son TAN parecidos con los procesadores EPYC, que los desarrolladores del kernel de Linux solo han especificado los diferentes modelos, llegando a portar todas las optimizaciones desarrolladas para estos procesadores sin ningún tipo de variación y han comprobado que funcionaban perfectamente.
Dado que los procesadores que se debían fabricar debían de ser para el mercado de servidores, en este ecosistema, desde luego, le darán mucha guerra a Intel. Está claro que, la introducción en el mercado chino de procesadores basados en la arquitectura Zen, puede suponer un revulsivo para todo el mercado de procesadores actuales. No hay que olvidar que China es uno de los mayores mercados de tecnología en el mundo hoy en día. Y si Intel comienza a perder terreno en ese mercado, podría suponer muy malas noticias para el gigante azul, que ha visto como, últimamente, sus ventas de procesadores quedaban algo estancadas.