Si estás pensando en renovar tu ordenador, puede que te estés planteando hacer un cambio completo y pasar de una placa base ATX a una micro-ATX. Esta decisión conlleva una serie de ventajas en inconvenientes que os vamos a enumerar a continuación para que podáis tomar la decisión más acertada según vuestros intereses.
Qué nos ofrece una placa base micro-ATX frente a las placas base ATX
La mayoría de torres del mercado son compatibles con placas micro-ATX, por lo que el chasis no será ningún problema a la hora de cambiar de placa base. De hecho, la diferencia de tamaño que supone el paso de ATX a micro-ATX es una de las primeras ventajas que nos encontraremos ya que el espacio que ganamos dentro de la caja nos permite conseguir una mejor organización dentro de esta.
La mayoría de las ventajas de este cambio pasan por el tamaño, ya que es la mayor diferencia entre las placas base ATX y micro-ATX. Si decimos pasar a una torre micro-ATX, la reducción de espacio dejará de ser en el interior para ocupar un menor espacio en la habitación en la que se encuentre y facilitando su colocación en zonas altas como las mesas. Si necesitas que tu equipo ocupe menos espacio, las placas base micro-ATX son una opción muy clara para tu sistema ya que no sufrirás ninguna pérdida de rendimiento.
La reducción de tamaño no sólo trae cosas positivas para los usuarios, también supone que nuestras opciones de expansión se vean reducidas, ya que tenemos una menor cantidad de puertos PCI-e, en ocasiones, menos puertos SATA y un único puerto RGB, algo que puede ser decisivo para ciertos usuarios. Así como en las conexiones exteriores, dónde obtenemos un menor número de conexiones USB y vemos como los fabricantes tienen que decidir si
Al tener una menor superficie podemos enfrentarnos a una mayor dificultad a la hora de colocar nuestros componentes en la placa base, sobre todo a la hora de comprobar si hay problemas o de cambiarlos para renovarlos. Esto se comprueba especialmente si contamos con tarjetas gráficas de alta gama que tienen unas dimensiones bastante voluminosas que pueden, incluso, ser muy difíciles de colocar en torres micro-ATX. Al estar los componentes mucho más cerca esto puede provocar que aumente el calor dentro del chasis, algo que con una buena refrigeración ni siquiera se notará.
El menor número de conexiones puede ser el motivo principal por el que muchos usuarios deciden no pasar a una placa base de menor tamaño. Si por otra parte, buscas que tu equipo ocupe lo menos posible, empezar cambiando la placa base no sería un mal paso.