En 2014 Nvidia presentó tres demandas (una de ellas frente a la Comisión de Comercio Internacional, ITC) contra Samsung y Qualcomm por considerarse ellos los inventores de lo que se podría considerar la primera tarjeta gráfica 3D moderna y buscando, con ellas, detener la importación de productos de Samsung y recibir daños y perjuicios. Pues bien, el juez ha desestimado la demanda por completo para Nvidia.
Primero, vamos a considerar lo que sería una tarjeta gráfica 3D «moderna». Como tal se considera a una tarjeta que posee un único chip compuesto de varios co procesadores capaces de operaciones de transformación, iluminación, recolocación y seccionado de polígonos, renderizado y capaz de crear al menos unos 10 millones de polígonos por segundo. Este chip se podría considerar que es el que se montó en la primera Geforce 256 ya que, aunque en su momento había compañía como Riva también fabricando sus propios motores gráficos, no eran tan avanzados como lo fue la tarjeta de Nvidia dado que ese esquema de diseño es el que han seguido las tarjetas gráficas desde entonces hasta ahora ni eran capaces de soportar 3D como actualmente. De hecho, fueron las primeras que tuvieron soporte 3D via DirectX 7, lo cual abrió un amplio camino para toda la industria.
Ahora un juez ha dictaminado que no hay ningún delito relativo a las patentes y la propiedad intelectual de Nvidia por parte de Samsung y Qualcomm y que, aunque la demanda por daños y perjuicios sí podría tener validez, se ha rechazado dado que cuando se emitió dicha demanda el motivo por el que se demandaba no era un invento nuevo en ese momento.
A quien le esté dando por pensar que el juez pudiera haber estado en contra de Nvidia por algún motivo previo, puede irse quitando esa idea de la cabeza dado que ese mismo juez admitió a trámite toda la información legal en cuanto a definiciones presentada por Nvidia y que estaba prevista para el caso en una vista tipo Markman.
Aunque hay una comisión revisando la sentencia de este juez, en mi opinión no estamos más que ante otro caso de patent trolling, que abundan tanto por desgracia en la industria.