Gigabyte ha anunciado que todas sus placas base con chipsets X99, Z97 y H97 serán compatibles con el recientemente lanzado Intel 750 SSD de formato PCIe. Este nuevo SSD lanzado por Intel tiene como decíamos formato PCI-Express, estarán disponibles en capacidades de 400 GB y 1.2 TB y se espera que alcancen un rendimiento en torno a los 2.5 GB/s de lectura y 1.2 GB/s de escritura, por lo que lógicamente no todas las placas base podrán soportar tamañas tasas de transferencia.
Como comentábamos hace un momento, Intel lanzará pronto al mercado sus nuevos SSDs 750 Series con interfaz PCI-Express, unos dispositivos de altísimo rendimiento capaces de proporcionar tasas de 2.5 GB/s de lectura y 1.2 GB/s de escritura secuencial con velocidades aleatorias de lectura/escritura de 440k/290k IOPS respectivamente. Lógicamente no todas las placas base estarán preparadas para estas abrumadoras tasas de transferencia, y por ello Gigabyte ha estado trabajando en todas sus placas base equipadas con chipsets X99, Z97 y H97 de manera que no solo sean compatibles, sino que puedan proporcionar el máximo rendimiento posible con estos dispositivos.
El SSD 750 de Intel es el primer dispositivo de estado sólido de Intel que hace uso de la interfaz PCI-Express, y lo hace a lo grande ya que necesita un PCI-Express 3.0 x4 para poder funcionar a máximo rendimiento. Incorpora la última y más rápida controladora NVMe, y pretende ser el paso adelante para olvidar los SSDs de 2.5″ SATA3 que como ya hemos hablado en muchas ocasiones han alcanzado el techo del rendimiento que pueden proporcionar, a igual que el antiguo protocolo AHCI. Comparado con la interfaz SATA 3 cuyo máximo teórico es de 6 Gbps, utilizar esta interfaz PCIe 3.0 x4 aumenta considerablemente el ancho de banda disponible, hasta 8 Gbps por línea, y teniendo en cuenta que es x4, esto significa que podemos alcanzar hasta 32 Gbps de ancho de banda, traducido al mundo real en aproximadamente en 4 GB/s.
Para Intel, los SSDs PCI-Express son el futuro y SATA el pasado
No es para menos. Viendo los datos teóricos que os hemos proporcionado en el párrafo anterior no es de extrañar que fabricantes como Gigabyte hayan empezado a ponerse las pilas para hacer que sus placas base sean capaces de soportar dispositivos de este calibre. En los últimos tiempos hemos visto el precio de los SSDs descender de manera regular, en parte porque hace tiempo que dejaron de ser novedad, pero en parte también porque los fabricantes saben que este formato ha llegado a su límite de rendimiento y es necesario hacer sitio en sus almacenes para otras soluciones más rápidas, como es el caso de estos SSDs 750 de Intel.
No sabemos eso sí y volviendo al tema del precio, lo que costarán una vez que estén en el mercado. Serán caros, sin duda, como todas las novedades cuando salen al mercado, pero habrá que ver cuando se estabilicen si de verdad necesitamos estas tasas de 2.5/1.2 GB por segundo de lectura/escritura o la mejora que nos proporcionan con respecto a los actuales SSDs de interfaz SATA merece o no la pena. Realmente si lo que nos van a proporcionar es unos meros segundos menos de espera pero vamos a tener que pagar cientos de euros de sobreprecio, no merecerá la pena. Los SSDs frente a los discos mecánicos sí que supusieron una revolución a este respecto.