Por qué el TDP se mide diferente en los procesadores de Intel que en los de AMD

Uno de los parámetros que más consultamos en la documentación de los procesadores es su TDP, lo cual tiene toda su lógica dado que en base a su valor, elegiremos el disipador más adecuado para nuestro procesador. Sin embargo, hay cierta controversia entre el TDP de los procesadores de Intel y los de AMD en cuanto a que ambas compañías no estarían usando los mismos criterios a la hora de calcular este valor. Vamos a poner un poco de luz sobre este tema.
El TDP de un procesador es la cantidad de calor, medido en vatios, que éste va generar como máximo cuando está en funcionamiento. Generalmente, este valor se centra en el calor generado cuando el procesador está a plena carga porque conocer el valor del TDP cuando este está en reposo, no aporta nada.
Algo que debemos de tener muy claro es que el TDP de un procesador no es lo mismo que el consumo eléctrico de éste cuando está funcionando. A pesar de medirse ambos parámetros con la misma magnitud (vatios), podemos tener un procesador con un TDP de 90 W que, a plena carga de todos sus núcleos, alcance los 120 W de consumo eléctrico, por poner un ejemplo sencillo.
En qué se diferencia el TDP anunciado por Intel del de AMD
Ambas compañías de procesadores tienen diferente manera de calcular este valor. Intel muestra la generación de energía calorífica de sus procesadores DESPUÉS de que ha terminado el periodo que dura su Turbo Boost. Este periodo suele durar unos 30 segundos continuados, tras los cuales las frecuencias de los núcleos bajan hasta la frecuencia base. Como ya supondréis el valor que da Intel está bastante lejos de la realidad, ya que para cuando se toma la medición el procesador ya se ha enfriado bastante.
Por su parte, el valor correspondiente a los procesadores de AMD habla de la máxima generación de calor del procesador en cualquier circunstancia. Esto implica que el calor tiene en cuenta tanto las frecuencias boost puntuales como las frecuencia base que tienen los núcleos cuando se ponen al 100% de carga de trabajo todos los hilos del procesador. Esto es importante dado que ya se ha comprobado que los procesadores AMD Ryzen suben automáticamente de frecuencia cuanto menos temperatura tienen en aras de mejorar el rendimiento, y eso sin que el usuario tenga que hacer nada.
Por tanto, se podría decir que la representación de estos valores por parte de AMD es la más cercana a la realidad de ambos fabricantes.
¿Y qué dicen los fabricantes de disipadores?
Generalmente, el TDP que determinan los fabricantes de disipadores es el valor que más solemos tener en cuenta a la hora de elegir un disipador para nuestro procesador. Sin embargo, los propios fabricantes de disipadores tienen una opinión diferente de lo que es el TDP de los propios fabricantes de procesadores, ya que según ellos este valor define el tipo de solución térmica necesaria para cada modelo de procesador, en cualquier circunstancia.
Claro, esta manera de ver los valores de generación de calor no se aproxima demasiado a la manera con la que lo mide Intel, especialmente si tenemos en cuenta que hay algunas placas base que, para incrementar el rendimiento del sistema, son capaces de mantener el Turbo Boost activado de manera indefinida (y no los 30 segundos que especifica Intel).
Sin embargo, este valor no se debe de tomar como una verdad universal en cuanto a la capacidad de refrigeración de un sistema. Todos sabemos que los procesadores de Intel son notorios por calentarse mucho a la que se les exprime un poco y que hay disipadores que en teoría deberían de refrigerar un valor de TDP determinado, pero no son luego capaces de hacerlo con cierta holgura.
Por otro lado tenemos el caso de AMD y sus disipadores de serie. En todos los casos, estos disipadores son más que capaces de refrigerar adecuadamente sus procesadores, incluso en las peores condiciones de temperatura del verano. Y si les instalamos un disipador mejor, incluso podremos conseguir unas frecuencias algo mejores dado el proceso de aumento de velocidad automática del que hemos hablado antes.