Toda tarjeta gráfica desde hace unos años hasta ahora que pertenezca al ensamblador ASUS tiene un curioso método para aumentar el rendimiento. Dicho método se basa en las llamadas SKU de la BIOS de cada tarjeta gráfica y mediante el software de overclocking de la marca incluye una opción para empujar el rendimiento con solo un click.
A continuación os vamos a enseñar cómo podéis utilizar este método del que os hablamos para hacerle overclock a vuestra gráfica de manera automática y, más importante si cabe, totalmente segura pues está avalada por el propio software del fabricante.
Aumenta el rendimiento de tu tarjeta gráfica con ASUS Tweak II
El software del que estamos hablando es el conocido ASUS Tweak II, el cual permite aumentar la velocidad de reloj de las GPU en algunos MHz bajo el llamado modo overclock.
Este modo lleva instaurado muchos años, concretamente desde la salida al mercado de Kepler con las GTX 680 de NVIDIA en el año 2012 y poco tiempo más tarde fue introducido en la serie de tarjetas gráficas para AMD. Por lo tanto, hablamos de una característica que se remonta a 7 años vista y que muchos usuarios desconocen, pero que es muy interesante porque nos hará ganar algunos FPS con solo pulsar un botón.
Para ello, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que necesitamos, evidentemente, tener instalado ASUS Tweak II, a ser posible en su última versión. Como ya dijimos en su manual correspondiente, lo más indicado es dirigirse a la web de descargas de ASUS para dicho programa y descargarlo desde allí.
Una vez instalado en nuestro sistema y reiniciado el PC tal y como pide el propio software, la imagen que tendremos al abrirlo será esta:
En dicha ventana veremos tres parámetros principales como son el uso de VRAM, la frecuencia de la tarjeta en Boost y su respectiva SKU y por último la temperatura de ésta.
Justamente en la parte superior a estos tres grafismos veremos los modos que incluye nuestra tarjeta gráfica ASUS. Los más corrientes (variarán según la serie de la tarjeta gráfica) son: modo silencio, modo gaming y modo overclock.
Cada modo representa, no solamente una diferencia de MHz, sino una reducción o aumento de las RPM de los ventiladores (últimas series de GPUs).
En nuestro caso, al seleccionar los distintos modos vemos cómo fluctúan las frecuencias.
Por supuesto, la opción más interesante y con la que ganaremos el mayor rendimiento es el modo de overclock, el cual en nuestra RTX 2060 STRIX representa 60 MHz más que el modo Silent. Esta diferencia de frecuencia consigue impulsar el rendimiento en bastantes FPS o puntuación, tal y como muestra 3DMark Time Spy:
De 7698 puntos hemos pasado a 7975 puntos, una diferencia del 3,59% de forma totalmente gratuita y sin riesgo, puesto que la tarjeta ya viene preparada para soportar dichas frecuencias sin problema alguno.
Lo mejor de todo es que es simplemente un solo clic, por lo que no tendremos que estar tocando parámetros como el voltaje de la GPU, ni pasando test de estabilidad para comprobar que, efectivamente, a dicha frecuencia es estable. Este modo lógicamente aumentará algo el consumo de la tarjeta y puede que la sonoridad de sus ventiladores (en algunos casos) o la temperatura (en otros casos).
Esto es algo que tendremos que probar in situ, ya que algunos modelos por su tipo de disipador toleran mejor dichas subidas y apenas es perceptible, mientras que otros si es notorio.
Cuidado con practicar overclock en la GPU
En este caso, la herramienta de ASUS nos permite aprovechar la preparación de algunos de sus modelos para sacarle el máximo rendimiento. Sin embargo, hay que tener conocimientos para llevar a cabo esta práctica si no queremos tener problemas con nuestra tarjeta gráfica.
Si queréis hacer overclock, pero no sabéis, personalmente recomiendo visitar los foros del fabricante de vuestra tarjeta gráfica para compartir experiencias con los demás usuarios. Siempre suelen haber moderadores que conocen bien los modelos y recomiendan un overclock leve, otro moderado y un último extremo; de hecho, puede que encontréis vídeo tutoriales que os ayuden bastante.
Es posible que, después de hacer overclock, tengáis problemas de cierres en videojuegos, por lo que tendréis que volver a configurar el overclock. Tanto en CPU, como en GPU, el overclock tiene que ser estable a máxima carga. Una forma de testear al 100% la estabilidad, es usando benchmarks sintéticos como los que os hemos enseñado arriba.