Si acabas de comprar un portátil, muy probablemente ya venga con el sistema operativo preinstalado y con un montón de aplicaciones del fabricante, así como demos de Office, Antivirus y demás. En este artículo vamos a enseñarte cómo configurar un portátil nuevo para que puedas tener el mejor rendimiento desde el primer día.
A todos nos encantaría que cuando compramos un nuevo portátil este funcionara al máximo de sus posibilidades, entregándonos el mejor rendimiento posible. Por desgracia, el rendimiento del hardware depende del software y los fabricantes tienen la manía de instalar un montón de bloatware que no hace sino degradar el rendimiento del equipo y gastar ciclos de batería reduciendo la vida útil del portátil. Aunque sea nuevo, es necesario eliminar dicho software y realizar ciertos cambios en la configuración para que funcione al máximo de sus posibilidades.
A continuación vamos a darte una serie de consejos y recomendaciones sobre cómo configurar tu portátil nuevo para que funcione de la mejor manera posible, evitando además problemas o que caigas en «ofertas trampa» con el bloatware que instalan los fabricantes por defecto. Lógicamente, cada portátil es diferente y no debes tomar esto como una biblia, sino como una guía a seguir. Dicho esto, vamos allá.
Actualizar el sistema operativo
La mayoría de portátiles nuevos vienen con Windows 10 ya instalado de fábrica, pero casi seguro que no en su última versión, dado que llevarán semanas metidos en sus cajas. Así pues, una de las primeras cosas que deberías hacer nada más encender el equipo por primera vez es actualizarlo todo lo posible.
Para ello, accede a Configuración -> Actualización y seguridad -> Windows Update y pulsa sobre el botón de Buscar actualizaciones. Deja que el sistema se actualice y reinicie todas las veces que necesite hasta que tengas la última versión del sistema operativo instalada.
Si quieres instalar Windows 11, asegúrate de que tu portátil cumple con las características, ya que se trata de un sistema operativo más pesado y que en general consume más recursos, por lo que si tu ordenador no es demasiado potente, entonces es mejor que instales Windows 10. Al final es sistema operativo es una de las claves que van a hacer que tu ordenador funcione mejor o peor, por lo que escoger el adecuado siempre es extremadamente importante.
Eliminar el Bloatware
Prácticamente todos los fabricantes instalan su propio software cuando te venden un portátil. Algunas cosas son útiles, pero la mayoría no son mas que piezas de software que solo sirven para ralentizar el equipo, como las versiones de prueba de Office, Antivirus, etc.
La recomendación es que accedas a Configuración -> Aplicaciones -> Aplicaciones y características y elimines absolutamente todo el software que no consideres esencial. Y como esencial, teniendo en cuenta de que hablamos de un portátil recién comprado, es prácticamente todo lo que no sean componentes de Windows.
En otros casos el portátil puede venir con un sistema operativo como FreeDOS al no haber una licencia de Windows, en ese caso no deberás preocuparte y podrás instalar Windows o el sistema operativo que prefieras encima. En este último caso si prefieres utilizar alguna de las distribuciones de Linux o un Unix BSD.
Debido al daño que suele hacer al registro de Windows la instalación del Bloatware, nuestra recomendación de cara a conseguir el máximo rendimiento es que si le hagáis un reset total al PC e instaléis el sistema operativo en el portátil lo más limpio posible.
Configurar las opciones de energía del portátil
Dado que los portátiles están pensados en su mayoría para proporcionar movilidad a los usuarios, muchas veces vienen con una configuración de energía optimizada para ahorrar batería y no para proporcionar el mejor rendimiento. Por este motivo es una buena idea editar la configuración de energía para ponerla con el mejor rendimiento posible, aunque ten en cuenta de que esto repercutirá en la autonomía de la batería cuando uses el portátil sin tenerlo conectado. Por lo tanto, configúrala bajo tu juicio.
Para acceder a esta configuración, pulsa sobre inicio y escribe «Energía», para luego hacer clic sobre «Editar plan de energía». Desde esta vantana podrás indicar diversas configuraciones, como el uso mínimo y máximo que puede llegar a tener tu ordenador. Como bien hemos dicho, al final depende mucho de la autonomía de tu ordenador, pero puedes configurarlo para que siempre tenga el mayor rendimiento posible mientras está conectado a un cable de carga, y que utilice unas funciones mínimas para priorizar la batería en caso de que no esté conectado a la corriente.
Configurar el portátil con Windows a tu gusto
Esto dependerá de los gustos y las manías de cada uno, pero hay una serie de parámetros de Windows 10 que pueden llegar a ser intrusivos y molestos, además de suponer en algunos casos toda una violación de la privacidad del usuario. Estos son los ajustes que nosotros os recomendamos hacer, pero como hemos dicho, dependerá de los gustos de cada uno.
Nuestra recomendación es que quites del inicio del sistema todas aquellas aplicaciones que no vas a utilizar y que ralentizan su puesta a punto cuando arrancas el ordenador. Muchas de las cuales se quedan funcionando en segundo plano.
Desactivar Wi-Fi Sense
Esta funcionalidad sirve para compartir tu conexión WiFi con tus contactos, una idea que puede ser buena pero que entraña riesgos en cuanto a seguridad y además consume batería del portátil. Al final no se trata de una función que vayamos a utilizar con demasiada frecuencia, por no decir que es casi imposible que la utilicemos en un ambiente que no es de trabajo, por lo que podemos desactivarla sin ningún problema, y en caso de ver que queremos utilizarla por algún motivo, volver a activarla cuando sea necesario
Desactivar el Centro de Actividades
El centro de actividades puede estar muy bien si centras toda tu actividad en el ecosistema Microsoft, incluyendo contactos, calendarios, etc. Pero si no es tu caso, suele ser algo que molesta más que ayuda y es recomendable desactivarlo. Al hacerlo le ahorrarás ciclos al procesador y obviamente a la batería de tu portátil.
Para desactivarlo solo debes acceder al editor de directivas de grupo local ejecutando el comando «gpedit.msc» (mediante Inicio -> Ejecutar y escribes gpedit.msc). Una vez en el editor, en el panel de la izquierda debes navegar a Configuración de usuario -> Plantillas administrativas -> Menú inicio y barra de tareas. Una vez ahí, selecciona «Quitar las notificaciones y el centro de actividades» con doble clic y marca «Desactivada».
Configurar la privacidad del portátil
La privacidad en Windows 10 es uno de los puntos que más se discutió inicialmente, y es que realmente era una bomba para la seguridad del usuario. De ahí a que Microsoft con Windows 11 haya decidido forzar el uso de hardware TPM como requisito.
Por defecto, se envía información sobre cómo escribimos a unos servidores de Microsoft, es decir, un Keylogger en toda regla. Eso ya lo quitaron, pero aun así es recomendable desactivar cualquier tipo de envío de datos Microsoft. No solo por privacidad, sino por el hecho que es otro proceso que consume ciclos de batería sin que nos demos cuenta, lo que al final afecta directamente al rendimiento de nuestro ordenador, haciendo que tengamos que cargarlo con más frecuencia.
Para ello, accede a través de Configuración -> Privacidad y en todas las pestañas (General, Voz, Personalización de entrada manuscrita y escritura, Comentarios y diagnósticos e Historial de actividad) recomendamos desactivar todas las opciones.
Comprueba que tu portátil está OK
Desde la web de Microsoft tenemos una aplicación oficial llamada PC Health Check que nos dará información completa de nuestro equipo con Windows, así como un resultado de si todo está bien. Esto nos permitirá descartar cualquier fallo de fábrica o incompatibilidad que puede tener nuestro ordenador con el software que hemos instalado, haciendo que sea mucho más sencillo ver si puede llegar a funcionar mal por algo que hayamos instalado.
Una vez realizado el test y visto que ya tienes tu portátil a punto la puedes desinstalar, aunque solo pesa 13 MB, y por lo general es buena idea mantenerla para hacer revisiones periodicas para asegurarnos de que todo está bien. La puedes descargar desde la página oficial de Windows donde además te explicarán lo que puedes hacer con ella. A partir de aquí solo te queda disfrutar de tu nuevo ordenador.