La cantidad de VRAM es crucial con tal de tener mayor capacidad visual en nuestros PCs, una mayor cantidad significa poder utilizar búferes de imagen más grandes y por tanto mayor resolución de pantalla, texturas de mayor calidad, etc. Pero especialmente el hecho de escoger un modelo con una cantidad de VRAM u otra no solo afecta al precio sino también el tiempo de vida que va a tener tu tarjeta gráfica.
Una de las preguntas que nos hacemos a la hora de comprar una tarjeta gráfica es cuanta VRAM es necesaria para disfrutar tanto de los juegos en condiciones óptimas, y no solo los juegos, sino que hay aplicaciones que requieren cantidades óptimas de este c0mponente.
¿Por qué las GPUs PC no tienen más VRAM?
Una de las cosas que permiten las memorias GDDR, sean del tipo que sean, es el llamado «modo clamshell» en el que dos chips de memoria acaban compartiendo el mismo bus de datos, por ejemplo en la memoria GDDR6 a este modo se le llama modo x8 ya que en él cada canal pasa ser de 16 bits a 8 bits, esto permite colocar dos chips de memoria y aumenta la capacidad de almacenamiento de la VRAM, pero la contrapartida es que no aumenta el rendimiento, ya que no aumenta el ancho de banda al utilizar ambos el bus de datos de un solo chip.
Duplicar la cantidad de chips de memoria supone duplicar también el coste de la misma, pero resulta para los fabricantes de tarjetas gráficas una pérdida de tiempo hacerlo ya que los juegos que existen en la actualidad no permiten hacer uso de esas enormes cantidades de memoria. Para los ensambladores de tarjetas gráficas el hecho de añadir más memoria que la necesaria en los juegos actuales.
En cambio, en el mercado profesional es donde este tipo de configuraciones sí que son necesarias ya que de cara al rendering profesional se utilizan grandes cantidades de memoria.
¿Son 10 GB una cantidad suficiente como VRAM?
Cuando la RTX 3080 apareció en el mercado hace unas semanas, la polémica estuvo servida por el hecho que unos pocos juegos para funcionar a 4K pedían una cantidad de VRAM por encima de los 10 GB. Pero la exigencia en ese aspecto no es igual en todos los juegos, por lo que no podemos sacar una generalización por el hecho de que unos pocos juegos exijan una cantidad de memoria concreta.
El motivo de ello es que la memoria GDDR6X por el momento solo se fabrica en densidades de 1 GB, no hay duda que en unos meses aparecerán, posiblemente, las RTX 3000 Super con memoria GDDR6X que tenga el doble de capacidad, pero NVIDIA ha tenido que hacer el sacrificio de la capacidad a cambio de la velocidad.
AMD en cambio, hace uso de la memoria GDDR6 en sus RTX 6000, mientras que con la GDDR6X los chips que hay disponibles son de 1 GB, en el caso de la GDDR6 es donde los chips de 2 GB sí que están disponibles para montarlos en las tarjetas gráficas. Precisamente es el lado de AMD que le está dando importancia a la cantidad de VRAM por el hecho que es una métrica en la que tienen ventaja.
Pero si lo miramos en perspectiva 10 GB no es una cifra baja, hay que tener en cuenta que la Xbox Series X de Microsoft, la cual es una consola de última generación, asigna unos 10 GB de su GDDR6 como VRAM. Bien que es una consola y tiene recortes en ciertos elementos, pero no dispone del ancho de banda de la GDDR6X, el cual es uno de los factores diferenciales en cuanto a rendimiento.
SSDs para aumentar la cantidad VRAM
Gracias al DirectStorage ahora es posible utilizar un disco SSD conectado a las líneas PCIe del sistema para que sirva como memoria adicional para la gráfica, claro está que en esta memoria la GPU no puede trabajar directamente.
El truco consiste en almacenar una porción de la VRAM para ir descomprimiendo al vuelo el contenido del SSD sobre la misma, dejando el resto de la VRAM para los búferes de imagen. Este truco lo que permite es aumentar la capacidad de la VRAM, pero requiere que el juego esté preparado para ello.
¿Y qué ventajas tiene? Imaginaos que salís de una zona para entrar en otra a la que os estáis acercando, mientras ocurre esto se van precargando todas las texturas e información del área siguiente desde el SSD a la VRAM. La enorme velocidad en ancho de banda de la interfaz NVMe permite cambiar los datos a una velocidad muy rápida, evitando tiempos de carga y haciendo que virtualmente la VRAM tenga una capacidad mucho más alta que la que otorgan sus módulos de memoria.
Poco a poco, los juegos irán pidiendo más y más que la gente tenga una disco SSD NVMe conectado a los puertos PCIe, algo que ya ocurre en consolas donde los 10 GB asignados para la VRAM de la Xbox Series X no se quedan cortos gracias al SSD integrado de serie. Lo mismo ocurre en PlayStation 5 y los juegos empiezan ya a pedir como requisito mínimo un SSD que bien utilizado puede hacer que tarjetas gráficas con poca memoria VRAM se vean compensadas.
La resolución a la que juegas influye en la cantidad de VRAM necesaria
Los requisitos en cuanto a los búferes de imagen cambian según la resolución ya que la cantidad de pixeles varia con esta. Es por ello que los fabricantes de tarjetas gráficas asignan diferentes cantidades de VRAM según la resolución, algo que hacen también los creadores de videojuegos, quienes dan requisitos mínimos y recomendados dependiendo de la resolución a la que vas a ejecutar el juego.
Por lo que a no ser que tengas un monitor 4K o 2160p, no deberías preocuparte en absoluto de la cantidad de VRAM de tu tarjeta e incluso bajo esa resolución son solo unos pocos juegos los que tienen exigencias por encima de los 10 GB de VRAM. Por otro lado, el interés de los desarrolladores de videojuegos es que la mayor cantidad de gente puedan jugar a sus juegos, por lo que estos se adecuan al hardware que tiene la gente al tiempo de ser lanzados para el mercado de masas.