Normalmente, cuando vamos a comprar un ordenador portátil, nos fijamos en las características generales como el procesador, la memoria RAM o el tamaño del SSD. Aunque no son los únicos aspectos que debemos mirar cuando adquirimos un nuevo equipo. Uno de los más importantes y olvidados a la hora de elegir ordenador portátil es la pantalla, y es el más importante.
Como es lógico, pasaremos muchas horas mirando la pantalla de nuestro portátil. Es por esto mismo que debemos tener muy en cuenta las características y prestaciones que nos ofrece la pantalla del portátil que nos vayamos a comprar. Nosotros te ayudaremos indicándote en que parámetros te debes fijar y cuáles son los más adecuados. Pondremos especialmente el foco en tamaño de la pantalla, tipo de panel y resolución, pero también veremos otros aspectos a tener en cuenta.
Tamaño de la pantalla
Lo primero que querrás considerar a la hora de comprar un portátil es el tamaño de su pantalla, ya que de ésta depende el tamaño de todo el equipo en sí. El tamaño de la pantalla se mide en pulgadas y es una medida en diagonal, de esquina a esquina; generalmente, los tamaños más comunes en pantallas de portátil son de 17,3 pulgadas las más grandes, pasando a 15,4 pulgadas como el tamaño más estandarizado y luego tenemos tamaños más pequeños, como 13,3 pulgadas e incluso menos.
Del tamaño de la pantalla dependerá el tamaño global del equipo y su peso, así como el hardware interno que monte. Así, un portátil de 17,3 pulgadas puede resultar demasiado grande y pesado para muchos usuarios, pero aquellos que busquen un portátil gaming agradecerán una pantalla más grande y el hecho de que al ser un portátil más grande, puede incorporar hardware más potente al contar con un mejor sistema de refrigeración.
Por el contrario, usuarios que necesiten llevar constantemente su portátil de un sitio a otro agradecerán pantallas más pequeñas que, aunque serán más incómodas para trabajar, harán que el equipo sea mucho más pequeño, manejable y ligero, cuestiones esenciales cuando se trata de tener una solución de productividad en movilidad.
Prueba de ello es que durante muchos años el estándar de las pantallas de los ordenadores portátiles –para trabajar, no para gaming– bajó de las 15 pulgadas habituales a las 13 precisamente para permitirnos llevar equipos mucho más compactos y manejables, pero igualmente potentes. De esta forma, era posible trabajar en cualquier parte sin tener que transportar un ordenador de grades dimensiones.
La resolución de la pantalla
Las pantallas están conformadas por miles y miles de píxeles, que en esencia son los pequeños puntos que vemos en las pantallas y que muestran distintos colores para conformar las imágenes que vemos. Cuanto mayor sea la resolución (que se mide en la cantidad de píxeles horizontales por los verticales, como por ejemplo 1920 x 1080 significa que tiene 1920 píxeles en la línea horizontal y 1080 en la vertical) más cantidad de píxeles tendrá la pantalla, lo que a su vez conlleva un mayor trabajo para la tarjeta gráfica del portátil que, aunque puede darnos una mayor definición de visualización, puede mermar considerablemente el rendimiento.
En la actualidad ya no encontramos prácticamente portátiles que no porten como mínimo resolución Full HD (1920 x 1080 píxeles), si bien muchos modelos ya tienen pantallas 4K (3840 x 2160 píxeles). Una pantalla 4K aportará mayor definición, pero también hará que la GPU tenga mucho más trabajo, así que no recomendaríamos una pantalla 4K en un portátil que no tenga GPU dedicada. Ten en cuenta también que una resolución muy alta en una pantalla muy pequeña puede provocar que los textos se vean demasiado pequeños.
Es importante tener en cuenta que tus ojos a una distancia normal de uso de un portátil no van a ver más de 300 píxeles por pulgada, por ejemplo, un monitor estándar de 15.6 pulgadas tiene una densidad de 141,21 PPP, en cambio, uno 4K del doble. Por lo que están cercanos del límite.
Si acaso quieres emplear el portátil para jugar, la resolución se convierte en un elemento determinante por lo que te recomendamos quedarte con un FullHD sin problemas. Si eliges tener más pixels en pantalla (2K o 4K) recuerda que hará falta una potencia de entre cuatro y ocho veces mayor para conseguir que los juegos rindan con la mejor calidad en paneles con esa cantidad de puntos. Así que mejor quedarse con esos 1080p antes de tener un equipo lastrado en su rendimiento cuando jugamos.
Tipos de panel
Cuando hablamos de la pantalla de un portátil, podemos encontrar una amplia variedad de paneles al igual que los que vemos en monitores para PC de sobremesa. Cada tipo tiene sus ventajas y desventajas, de las cuales hemos hablado ampliamente en otros artículos pero que os resumimos a continuación:
- TN (Twisted Neumatic): es el tipo más antiguo, y son los más sencillos y baratos de fabricar, motivo por el que en portátiles suelen integrarse en modelos de bajo coste. Generalmente, tienen unos ángulos de visión muy pobres y una reproducción de color poco precisa, pero su tiempo de respuesta los hace idóneos para gaming.
- VA (Vertical Alignment): es un tipo de panel que en portátiles ha quedado relegado a un segundo plano y casi no hay modelos que lo lleven. Estos paneles permiten altas frecuencias de refresco y podemos encontrarlos en algunos portátiles gaming.
- IPS (In-plane switching): estos paneles remedian todos los problemas de los TN, con excelentes ángulos de visión y buena reproducción de color, pero son más lentos en cuanto a tiempo de respuesta y son más caros de fabricar.
- OLED (Organic light emitting diode): todas las pantallas tienen una retroiluminación LED que permite que los usuarios veamos las imágenes. Con los paneles LED tradicionales, la retroiluminación ilumina todos los píxeles, resultando en que los colores puedan difuminarse o que los negros se vean grises; con las pantallas OLED, se puede iluminar o no cada píxel individualmente, dando como resultado una mejor reproducción de color y negros que de verdad son negros, pero la desventaja es que estos paneles son muy caros y que sufren Burn In.
- AMOLED (Active Matrix Organic Light-Emitting Diode): son una variante de los monitores OLED que cuentan con una matriz activa. Se caracterizan por mostrar imágenes más brillantes y con colores más vividos. Ofrecen negros muy puros, ya que los ledes en el negro están apagados, ofreciendo una mayor calidad de imagen. Además, este tipo de paneles son flexibles y pueden doblarse. Decir que esta variante está patentada por Samsung y son el único fabricante de paneles de este tipo.
- Mini LED: este tipo de paneles cuentan con un sistema de retroiluminación con diodos LED que miden menos de 0.2 mm. Gracias a esto se puede aumentar la cantidad de ledes en la pantalla y conseguir un contraste mucho mayor y colores más vividos. Se suele complementar con la tecnología HDR para obtener una calidad de imagen brutal. Actualmente, para el segmento gaming, se destinan a pantallas de resolución 4K y frecuencias de refresco superiores a los 120 Hz.
El brillo es importante
El brillo de la pantalla puede tener un impacto significativo en su usabilidad. Utilizar un portátil al aire libre o en una zona con mucha iluminación ambiental puede resultar en que veas la pantalla demasiado oscura o incluso descolorida, por lo que el que tenga un brillo elevado es algo que debes considerar especialmente si pretendes utilizar el portátil fuera de tu casa.
El brillo de la pantalla se mide generalmente en nits o cd/m2, y para simplificar las cosas simplemente recuerda que cuanto más alto sea este valor más brillante será la pantalla. Un valor recomendable para la pantalla de un portátil es que nunca sea de menos de 250 nits, mientras que si pretendes usar el portátil al aire libre te recomendaríamos buscar valores de 350 o más nits.
En cuanto al HDR, tenemos los diferentes panales para portátiles tienen diferentes niveles de brillo diferenciados. Se suele considerar que soportan esta características si la cantidad de nits o cd/m2 es de más de 400. En todo caso, estamos hablando de niveles de luminancia que combinados con la crominancia nos dan colores antes nunca vistos, pero al mismo tiempo, también consumos mucho más altos.
Frecuencia de refresco
Pese a que este parámetro está más enfocado a los portátiles gaming, cada vez está presente en más portátiles este parámetro. La frecuencia de refresco nos dice la cantidad de imágenes máxima por segundo que soporta la pantalla. Cuanto mayor sea esta cantidad de imágenes por segundo, más fluido será el movimiento y mejor será la calidad de imagen.
Normalmente, en portátiles generalistas no se suele especificar y suele ser de hasta 60 Hz, al menos, en la mayoría de casos. Respecto a los portátiles gaming, la frecuencia de refresco varía dependiendo de la resolución de la pantalla. Habitualmente las pantallas con resolución 1080p son las que tienen tasas de refresco más altas, que suelen ir de los 144 Hz hasta los 300 Hz. Para la resolución 1440p se suelen mover entre los 120 Hz y los 260 Hz, mientras que en los portátiles con resolución 4K, esta suele moverse entre los 90 Hz y los 144 Hz.
El motivo por el cual la tasa de refresco baja a medida que aumenta la resolución, es por la cantidad de píxeles en pantalla. Cuanta mayor cantidad de píxeles, más le cuesta a la gráfica crear la imagen y, por consiguiente, llegar a tasas de refresco muy altas se vuelve muy difícil.
Tecnología de sincronización de imagen
Los ordenadores portátiles destinados para el gaming incluyen tecnologías de sincronización de imagen. En la mayoría de los casos se incluye la tecnología AMD FreeSync, quese ha convertido en la estándar en la industria. Además, tenemos NVIDIA G-Sync que se suele ver, sobre todo, en portátiles gaming de gama alta.
Estas tecnologías lo que hacen es ajustar la frecuencia de refresco de la pantalla según la cantidad de FPS que ofrece la tarjeta gráfica. Dicho proceso es automático y el usuario no debe realizar ningún ajuste, más allá de habilitar esta tecnología.
Permite esta tecnología de sincronización, eliminar problemas de parpadeo, rasgado de imagen y otros problemas similares. Se consigue, de este modo, una imagen más nítida y de mayor calidad.
Normalmente, estas tecnologías no se incluyen en los portátiles «generalistas». Los ordenadores con gráficos discretos o gráficas integradas no suelen integrar esta tecnología. Esto se debe a que la pantalla está limitada a una frecuencia de refresco de 60 Hz y es estable. Algo que no pasa en el gaming, donde tenemos una gran variedad de FPS y, por tanto, de frecuencia de refresco.
No todas las pantallas consumen la misma batería
Una vez tenemos claro todos los tipos de pantallas disponibles en equipos portátiles, y que, básicamente con las mismas opciones disponibles para PC con un tamaño más reducido, es importante tener en cuenta que no todas las pantallas consumen la misma cantidad de energía. Las pantallas que menos consumen son las OLED y AMOLED.
Como hemos comentado más arriba, estos paneles están formados por píxeles que se iluminan de forma independiente, mientras que los paneles LCD (TN, VA, IPS) iluminan todo el panel por igual, por lo que tienen un consumo de energía más elevado. A mitad de camino entre los paneles OLED / AMOLED y los LCD se encuentra el Mini-LED, una pantalla formada por diferentes paneles que también se iluminan para mostrar la imagen.
Pero, no solo debemos tener en cuenta el tipo de pantalla de un portátil, especialmente si lo que queremos es maximizar la duración de la batería. Cuanto mayor sea la tasa de refresco que muestre la pantalla, mayor será el consumo de batería ya que la gráfica tiene que funcionar a pleno rendimiento. Afortunadamente, Windows permite modificar la tasa de refresco para que el usuario pueda seleccionar si quiere más batería utilizando 60 Hz de tasa de refresco o si quiere un mayor número de Hz para jugar.
Estos son los dos principales aspectos que también debemos tener en cuenta a la hora de elegir una pantalla para un portátil, siempre y cuando la autonomía del dispositivo sea importante. Si únicamente buscamos un portátil para utilizarlo como PC en casa y no tenemos la intención de sacarlo de paseo, este apartado podemos omitirlo por completo.
Qué aspecto final hay que mirar al elegir el tamaño de la pantalla en un portátil
Dentro de lo que conocemos como portátil, está claro que existen una gran cantidad de variantes, ya sea por términos de pantalla, de hardware o de diseño que hacen que sea mucho más sencillo elegir la opción más personalizada posible. Pero algo que no se suele tener demasiado en cuenta es la ergonomía, que en el caso de los portátiles está directamente relacionada con el tamaño de la pantalla, ya que aquellos dispositivos con una pantalla más grande son mucho ergonómicos por el simple hecho de ofrecen un mayor rango visual.
Por otra parte, el tamaño permite que sea mucho más fácil nivelar la pantalla a la altura de los ojos, permitiendo que con un dispositivo extremadamente simple como un atril nos permita evitar la postura que se suele tomar al utilizar una pantalla que no se encuentra alineada con la vista. De esta forma, optar por un portátil con un monitor más grande puede, en parte, ayudarnos a evitar los malos hábitos que podemos desarrollar por no se capaces de ver correctamente todo lo que se muestra en la pantalla.
Aun así, el principal problema de esto se encuentra en algo que ya hemos mencionado al principio, ya que al final optar por una pantalla más grande suele sacrificar movilidad, haciendo que en ciertas ocasiones pierda el sentido por completo comprar un portátil. Por ello, una de las mejores opciones que tenemos es al final optar por un dispositivo que ofrezca todo, es decir, comprar un portátil que tenga una pantalla que no resulte ni demasiado grande, ni demasiado pequeña, un punto medio que nos permite acertar a la hora de escoger el tamaño del monitor que podemos encontrar en un ordenador de este estilo.
¿Se puede mejorar la pantalla de un portátil?
Sobre estas líneas os hemos indicado todas las opciones que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un nuevo portátil, si no queremos arrepentirnos a las primeras de cambio. Es importante tener en cuenta que reemplazar la pantalla de un portátil por otra de mayor calidad y/o resolución no es una posibilidad (al menos a través del fabricante).
Afortunadamente, si la calidad de la imagen que muestra nuestro portátil deja mucho que desear, podemos realizar una serie de ajustes para mejorarla tal y como os mostramos a continuación.
- Cambiar el ángulo de visión. Lo primero que debemos hacer es ajustar el ángulo de visión de la pantalla para eliminar las franjas negras que se pueden mostrar en la pantalla cuando está no está correctamente orientada a nuestros ojos. La mejor forma de hacerlo es utilizando un fondo de color blanco en toda la pantalla.
- Comprobar la resolución. Otro apartado que también debemos modificar es la resolución de la pantalla. Cuanto mayor sea esta, esta ofrecerá un mayor número de píxeles por pulgadas, mostrando una imagen más nítida. Si el equipo no permite ampliar la resolución que muestra, la única solución que nos queda es conectar un monitor externo.
- Calibrar la pantalla. Si los colores que muestra la pantalla distan mucho de ser reales debemos calibrar la pantalla, un proceso que podemos hacer a través de la aplicación nativa de Windows o bien utilizando un dispositivo diseñado específicamente para realizar esta tarea, aunque con la primera opción es más que suficiente para la mayoría de los usuarios.
Otras características a tener en cuenta
Hemos visto las características más importantes que debemos tener en cuenta en cuanto a las pantallas de ordenadores portátiles. Además de estas, podemos mirar otros aspectos, que pueden ser bastante interesantes. Estas son:
- Cobertura del color: Es posible que en algunos portátiles veas que se indica sRGB o NTSC (son los más comunes) y tengan adjuntos un porcentaje. Lo que nos indica es el porcentaje del espectro de color estandarizado que cubre la pantalla. Cuanto mayor sea el portaje, más realistas deberían ser los colores mostrados en la pantalla.
- Tiempo GtG: Nos indica el tiempo que tarda un pixel en cambiar entre grises. Cada vez más se aporta este valor para hablar sobre el tiempo de respuesta en los monitores.
- Filtro de luz azul: Dicho filtro reduce la cantidad de luz azul emitida por la pantalla y así se reduce la fatiga visual. Esto tiene una parte negativa y es que se pierde «veracidad» en los colores. Su uso esta más enfocado a la ofimática y no se suele activar en gaming.
- Fabricante del panel: Este dato no lo suele dar prácticamente ningún fabricante de portátiles y encontrar esta información puede ser imposible.
- Vigila que la pantalla sea antirreflejos, no hay nada más molesto que verse reflejado uno y su entorno en la pantalla del ordenador.
- Algunos monitores tienen la capacidad de calibrar sus colores sin necesidad de un aparato externo, esto los hace ideales si tienes que editar vídeo y fotografía.