El Raspberry Pi 400 es uno de los productos que han aparecido recientemente más interesantes, con un factor forma que recuerda a los clásicos micro-ordenadores de los años 80, este ordenador con procesador ARM y sistema operativo GNU/Linux se vende por solo 70 €. ¿Pero realmente merece la pena?
Los más veteranos del lugar recordaran los micro-ordenadores de los años 80, los cuales tenían la particularidad de tener el hardware dentro del teclado y se conectaban al televisor. ¿Quién no recuerda sistemas como el Spectrum, el Commodore 64 o incluso los potentes Atari STFM o el Amiga 500?
Pues la gente de Raspberry ha desarrollado una variante de su Raspberry Pi 4, pero esta vez integrada dentro de un teclado, la Raspberry Pi 400, el cual se vende como un ordenador completo al mismo precio que lo que cuesta un videojuegos de una PlayStation o una Xbox.
Raspberry Pi 400, un Pi 4 integrado todo en uno
Lo primero que llama la atención y que es completamente obvió es que toda la circuitería del Raspberry Pi sido integrada en un teclado, por lo que ha sido creado para su uso inmediato solamente salir de la caja.
Su procesador principal es el mismo que el de la Pi 4, pero con una velocidad de reloj de 1.8 GHz, por lo que debería ejecutar el software para este un poco más rápido, pero si consideras que 4 GB se quedan cortos entonces olvídate porque viene con esa configuración de memoria.


La contrapartida es que tiene una serie de recortes respecto a la Raspberry Pi 4, especialmente en los puertos. Por ejemplo, carece de las entradas salidas analógicas para audio y video, así como de las interfaces para conectar un panel LCD externo o una cámara. No obstante, han mantenido el puerto GPIO, por si quieres crear tus propios accesorios y conectarlos al Pi 400.
Un ordenador completo por 70 €
El hecho de que la Raspberry Pi 400 se presente como un sistema compacto, en forma de teclado teclado que podemos conectar a un monitor de manera directa lo hace más atractivo para el usuario de a pie que quiere poder utilizar el producto recién salido de la caja.
¿Pero que hay del software? Bueno, de entrada no vas a poder ejecutar Windows , y el sistema viene con una MicroSD de seerie con Raspberry Pi OS instalado, no te asustes, ya que no es más que una distribución Debian de GNU/Linux optimizada.
Es aquí donde entramos en la parte negativa, es cierto que tener un PC por 70 € supone una serie de sacrificios en el coste, pero el hecho de que el almacenamiento este en una tarjeta MicroSD es un enorme cuello de botella en cuanto al rendimiento y hubiese sido preferible que hubiesen incluido memoria NAND Flash, especialmente cuando tenemos ya smartphones que incluye memoria NAND Flash de serie por el mismo precio.
Hay que tener en cuenta que no es agradable tener que esperar una eternidad a que arranque el sistema por la lentitud del formato de almacenamiento, el cual es su principal talón de Aquiles de este sistema
Pensado para experimentar y aprender
¿Merece la pena tener un Raspberry Pi 400? La verdad es que si, pero si quieres una serie de motivos claros entonces te los vamos a dar:
- La mejor manera de aprender las cosas es rompiéndolas y experimentando con ellas, si quieres aprender ciertos temas relacionados con la informática, pero tienes miedo de romper tu PC, entonces el Raspberry Pi 400 es una excelente opción para experimentar.
- Te puede servir como ordenador de emergencia, para cuando tu PC este out durante un tiempo.
- Es una buena opción de cara al teletrabajo si no tienes PC en casa y tienes que trabajar. No es tan potente como un PC pero para tareas de ofimática es lo suficientemente bueno.
- En el caso de que busques una plataforma para jugar a juegos retro es una opción excelente, no solo por la cantidad de emuladores para la Raspberry Pi, sino porque el teclado integrado te ayudará a disfrutar mejor de esos clásicos de los micro-ordenadores, así como rememorar su uso tal cual o lo más aproximado posible.
No son los únicos, en todo caso no esperéis más que eso, una plataforma para experimentar y aprender y por 70 € que cuesta es excelente.