Cada vez resulta más complicado diferenciar un procesador bueno de uno que es peor en ciertos casos, y es que actualmente estamos viendo cómo las principales compañías desarrollan chips que tienen un rendimiento muy similar para ciertos casos, pero que hay algunos más específicos en los que hay modelos que pueden llegar a destacar bastante. Pero todo esto no lo podríamos haber conocido si tanto Intel como AMD no hubieran pasado por una gran cantidad de desarrollos que les han llevado hasta donde están ahora, es decir, por los mejores procesadores historia, así que vamos a ver los que han tenido esta etiqueta.
Actualmente tanto AMD como Intel tienen una cuota de mercado realmente alta, es cierto que la compañía creadora de los Ryzen ha logrado sobrepasar a Intel en algunos aspectos como es el de las CPU orientadas para gaming, pero no implica que la marca azul se haya hundido por completo. Para conocer un poco la historia que han tenido ambas marcas, debemos saber qué procesadores han tenido una importancia extremadamente grande en la historia tecnológica de este componente, así como el motivo por el que han logrado tener la denominación de «mejores procesadores de la historia«.
AMD Athlon 1000: el primero en romper la barrera de 1 GHz
Cuando hablamos de los mejores procesadores está claro que debemos nombrar aquellos que han marcado un antes y un después, esto implica que debemos buscar aquellos que lograron convertirse en su época, en algo más que un simple procesador, ya que ofrecían algo que les hacía ser realmente la novedad. Y está claro que quitando el primer procesador que se lanzó a nivel comercial y marcó las bases del camino para los demás el Intel 4004, el primero en el que podemos pensar es en el AMD Athlon 1000, que logró superar la barrera de frecuencia que tenían los modelos de la época al ofrecer 1 GHz.
Este modelo lanzado el 6 de marzo del año 2000 tenía una configuración de un único núcleo, con una frecuencia máxima de 1 GHz, una caché L1 de 128 kB y una caché L2 512 kB (todavía no se había incorporado la caché L3). Utilizaba un proceso de 180 nm con un tamaño del die de 102 mm2 y podía llegar a temperaturas de hasta 70 grados ofreciendo un consumo de 65 W. Tiene el récord del procesador más rápido de su época por muy poco, ya que prácticamente tres días después, Intel lanzó el Pentium III que también funcionaba a 1 GHz, así que fue por prácticamente un plazo de 72 horas que está actualmente en este puesto en lugar del Pentium.
AMD Athlon 64 3000+, el gran paso a los 64 bits
Aunque Intel ha tenido una relevancia extremadamente grande en el mercado, otro de los objetivos que logró allanar el camino para llegar hasta los procesadores actuales fue el lanzamiento del Athlon 64 3000+, y es que fue el primer procesador para ordenadores personales que consiguió ofrecer la versión de 64 bits. En este caso hay que destacar el hecho de que sea para ordenadores personales debido a que Intel fue la primera en ofrecerlos para servidores con la arquitectura Itanium de 64 bits, siendo la principal motivación por la que AMD comenzó a desarrollarlo para PC.
Es esto lo que permitió a la compañía crear la versión de 64 bits de la arquitectura x86, denominada como AMD64 que se lanzó a finales de 2003 con los procesadores Athlon 64 3000+, cambiando por completo el funcionamiento de los procesadores de la época. Este procesador contaba con un único núcleo capaz de alcanzar los 2 GHz, con una caché L1 de 128 kB y una Caché L2 de 512 kB, construido con el proceso 130 nm y un tamaño del die de 193 mm2, contando con un TDP de 89 W.
AMD Athlon 64 X2, el primer dual core de la historia
Durante los siguientes años, AMD continuó siendo un referente para la industria, y es que presentó el AMD Athlon 64 X2, un modelo que llegó, otra vez, para revolucionar el mercado de los procesadores al incorporar más de un núcleo físico en el interior, algo que permitió comenzar a ejecutar dos tareas de forma paralela. Es aquí donde terminaron los procesadores mono núcleo, ya que a partir de este momento tanto Intel como AMD comenzarían a trabajar en aumentar el número de núcleos físicos que eran capaces de tener los procesadores, aunque Intel trató de hacerlo con los Pentium D, que fueron un fracaso por ser dos procesadores unidos por el FSB, situándose muy por detrás de los Athlon en todos los aspectos posibles.
El procesador más potente de los primeros que se presentaron en esta gama fue el Athlon 64 X2 5000+, un modelo que lograba ofrecer 2600 MHz de frecuencia máxima con una configuración de doble núcleo, contaba con un caché L1 de 256 kB, un caché L2 de 512 kB y estaba construido con el proceso de 90 nm, con un tamaño del die de 220 mm2.
Intel Core 2 Duo E6300, uno de los mejores procesadores de la historia
Después de varios años dominando los avances tecnológicos, AMD tuvo ciertos problemas en términos de procesadores debido a que no tenían novedades suficientes como para lograr competir frente a los primeros Intel Core, una arquitectura que debutó en 2006 para portátiles y que más tarde llegó a sobremesa con los Core 2. El Core 2 Duo E6300 logró arrebatar todo lo que había conseguido AMD durante los años anteriores debido a que era un chip con un rendimiento excepcional teniendo en cuenta la época en la que se lanzó, con un precio realmente bueno y siendo uno de los favoritos para los overclockers.
Este modelo incorporaba dos núcleos con una frecuencia base de 1.86 GHz, además de poseer una frecuencia máxima de 1,87 GHz junto con una caché L1 de 64 kB y una caché L2 de 2 MB, muy superior a lo que se había visto hasta la fecha. El proceso que utilizaba era de 65 nm, mientras que el tamaño del die era de 143mm2, ofreciendo una temperatura máxima que llegaba hasta los 61 grados con un TDP de 65 W, mucho más bajo de lo que ofrecía AMD en la época, y siendo uno de los principales motivos por los que Intel logró conseguir arrebatarle una gran parte del mercado, por las temperaturas que alcanzaba.
Intel Core i5-2500K
Nombrando al último que es lo suficientemente relevante como para que tenga un apartado propio tenemos el Intel Core i5-2500K, que puso fin a una guerra encubierta que AMD e Intel estuvieron manteniendo durante muchos años, hasta que la marca creadora de los Core logró tomar ventaja gracias a su proceso de fabricación denominado como «tick-tock». Este proceso consistía en lanzar una nueva arquitectura, más tarde una revisión de la misma y tras esto una nueva de forma constante.
Uno de los procesadores más destacables de esta época fue el Intel Core i5-2500K que utilizaba la arquitectura Sandy Bridge, ya que representó un salto de rendimiento y prestaciones bastante grande, pero con unos precios que eran realmente asequibles. Este modelo contaba con una CPU que llegaba hasta los 3,3 GHz de frecuencia base, mientras que podía alcanzar hasta 3,7 GHz de frecuencia máxima, incorporando además tres tipos de caché de mayor tamaño, una L1 de 64 kB por núcleo, la L2 de 256 kB por núcleo y una L3 de 6 MB de memoria total.
El proceso tecnológico que utilizaban los Sandy Bridge era prácticamente la mitad de grande de lo que ofrecían los Core 2 Duo, ya que estaban creados con un proceso de 32 nm, teniendo en el caso del i5-2500K un tamaño del die de 216mm2, y destacando que contaba con un TDP de 95 W con temperaturas máximas de 73 grados, siendo esta la generación que provocó que AMD casi se fuera a la bancarrota.
La estandarización de los Intel Core i3, i5, i7 e i9
Antes hemos hablado del Intel Core 2 Duo E6300 y del i5-2500K, dos procesadores que lograron cambiar la forma en la que Intel hacía las cosas y que fueron los antecesores de prácticamente las generaciones más conocidas de la marca que seguimos viendo actualmente. La llegada de los Intel Core divididos por diferentes tipos de gama han permitido a la compañía conseguir ofrecer una gran cantidad de procesadores que prácticamente cambian cada año y que han experimentado una serie de mejoras en la microarquitectura que les ha permitido mantener una cuota de mercado bastante alta.
Dentro de todos estos Intel Core realmente deberíamos destacar qué generaciones han implementado más cambios, ya que en un principio tratar de nombrar un único procesador es bastante complicado teniendo en cuenta que mínimo hay uno por cada generación que ha logrado marcar la historia de Intel. Por ejemplo, uno de los saltos generacionales más grandes que hemos podido encontrar por parte de la marca fue la llegada de la generación número 12 de la marca, que comenzó a incorporar los E-Cores, odiados por muchos y amados por otros tantos, en procesadores para ordenadores personales.
Si hablamos en términos de potencia, lo que debemos tener claro es que los modelos más importantes por lo general siempre son los i9, ya que logran ofrecer el mayor rendimiento posible principalmente por el hecho de que están diseñados para ello. Pero si queremos optar por hablar de las opiniones de los usuarios, son muchos los que indican que en la mayoría de las ocasiones la gama media de la marca, los i7, son mejores ya que tienen una relación calidad-precio muy superior.
Intel y la necesidad por ofrecer la mayor frecuencia máxima
Uno de los objetivos que ha tenido siempre la compañía está en ofrecer la mayor potencia máxima del mercado, las últimas generaciones han demostrado lo que la compañía es capaz de hacer si tomamos como ejemplo el Intel Core i9-13900KS, que con una configuración de 24 núcleos (8 P-Cores y 16 E-Cores) logró convertirse en el primer procesador en alcanzar los 6 GHz, algo que la compañía consiguió aumentar en la siguiente generación con el i9-14900KS, que con una configuración de núcleos similar, logró batir el récord del anterior ofreciendo una potencia máxima de 6.2 GHz.
Incorporar más núcleos pero menos potentes, la seña de identidad de Intel
Al igual que la marca ha logrado conseguir diversos récords al presentar los procesadores con los núcleos con mayor frecuencia máxima, también debemos tener en cuenta que prácticamente todos sus procesadores ofrecen un número estándar de núcleos de rendimiento a diferencia de su principal competidor. Las CPU de Intel tienen la mayor cantidad de núcleos del mercado ya que muchas versiones de las últimas generaciones incluyen entre 16 y 24, pero siempre debemos tener en cuenta que es una especificación que está un poco inflada, ya que no son núcleos que funcionan como los principales.
Los E-Cores de la marca destacan por ofrecer aproximadamente la mitad de potencia de lo que tienen los núcleos principales, algo que les permite destrozar todos los benchmarks a base de potencia de multi-núcleo, pero que hace que luego en ciertos casos reales se queden un poco por detrás.
La llegada de la arquitectura Zen de AMD
Al igual que con Intel, tratar de nombrar un único procesador que haya destacado por encima del resto es algo bastante complicado, ya que en el caso de los Ryzen de AMD si que es cierto que hay modelos específicos que han marcado una generación en concreto por incluir nuevas tecnologías, pero eso no implica que hayan dejado muy por detrás al resto. En el caso de los procesadores que utilizan la arquitectura Zen, las cuatro series que más han conseguido destacar y que han logrado conseguir que AMD vuelva a tener una cuota de mercado realmente alta han sido las series 1000, 3000, 5000 y 7000.
Desde que llegó esta arquitectura, AMD ha centrado muchos de sus esfuerzos en ofrecer la mayor calidad posible en tareas que requieren una potencia extremadamente alta como son los videojuegos, lo que les ha llevado a desarrollar procesadores con el objetivo de superar a su principal contrincante en este campo. Las series 1000 y 3000 lograron dar un golpe en la mesa consiguiendo captar la atención de muchos más usuarios, aunque anteriormente la compañía no iba precisamente mal en términos de venta, esto fue un punto de inflexión para las futuras tecnologías que desarrollarían.
Obviamente después de estas, la que llegó para ofrecer una potencia superior fue la 5000, y es que tuvo tanta repercusión que incluso cuatro años después la marca sigue sacando modelos compatibles con el socket que utilizaban, versiones actualizadas que ofrecen una potencia incluso superior. Por último tendríamos que mencionar las series 7000 y 9000, ya que son como tal las que menor salto generacional han presentado, los modelos pertenecientes a la 7000 han conseguido colarse entre los mejores que podemos encontrar, mientras que los 9000 han llegado para tratar de reemplazarles, pero no son tan diferentes.
La tecnología que ha permitido a AMD liderar el mercado del gaming, el 3D V-Cache
No hemos querido mencionarlos en el apartado anterior ya que nos parece necesario hacer uno específicamente para ellos, y es que los procesadores X3D que tiene la compañía han conseguido convencer a una gran cantidad de usuarios de utilizar una plataforma distinta a Intel. En este caso, realmente lo que ofrecen estas CPU no tiene que ver directamente con la potencia de los núcleos, sino algo que en videojuegos es muy importante, la caché, y es que estos modelos destacan por incorporar la pila 3D V-Cache, que suma prácticamente 64 MB a la caché L3, triplicando el rendimiento que ofrece esta memoria volátil.
El primer procesador que se presentó de este tipo fue un cambio en las reglas del juego (nunca mejor dicho), el Ryzen 7 5800X3D, ya que hasta su lanzamiento no se había visto una CPU para uso personal que tuviese una caché tan alta, siendo perfecto para aquellos juegos que utilizaban más el procesador que la gráfica. A raíz de esto han surgido varios modelos más, el 5700X3D, el 5600X3D (mejor relación calidad-precio), los de la serie 7000 (7600X3D, 7800X3D, 7900X3D, 7950X3D) y la última incorporación, el único que ha logrado superar en gaming al 7800X3D que es el considerado como mejor procesador para juegos, el Ryzen 7 9800X3D.
Las APU que presenta la compañía, entre las mejores para dispositivos de juego portátiles
Sin dejar de lado el tema de los videojuegos, debemos destacar que además de los procesadores que AMD ha creado para ordenadores de sobremesa, también tienen algunas de las mejores CPU para sistemas portátiles, siendo este uno de los principales motivos por los que las consolas portátiles más actuales utilizan el Z1 Extreme, la solución de bajo consumo que tiene la compañía y que logra ofrecer un rendimiento realmente grande para ser un chip que tiene un TDP que oscila entre los 9-30W.
