A pesar de que Windows tiene la mayor cuota de mercado a nivel mundial, son muchísimos los usuarios de Mac, entre los que me incluyo… o más bien incluía, porque para mi día a día, he dejado de usar Mac y me he pasado a Windows 11 principalmente por seis características, que son de las que voy a hablar en este artículo.
Está claro que si tienes un PC Gaming, el sistema operativo Windows es el camino a seguir. Sin embargo, somos muchos los usuarios que tenemos un PC exclusivamente para trabajar, y hay que reconocer que en este ámbito, muchas veces el sistema operativo Mac de Apple es bastante más útil. Sin embargo, y como usuario de Mac, hay algunas características que son bastante mejores en Windows…
Windows 11 vs Mac: las características indispensables para trabajar
La primera (y principal) característica es el explorador de archivos. Mac tiene el Finder, que funciona bastante bien, pero hay que reconocer que el explorador de archivos de Windows 11 es bastante más útil y también más rápido. No tienes que andar haciendo filigranas para conectarte a una unidad de red, tienes una barra de navegación muy útil cuando sabes la ruta del directorio al que quieres ir (cosa de que carece Mac), y en general es mucho más sencillo ordenar los archivos y carpetas en el explorador de Windows que en el Finder de Mac.
Lo segundo, es la disposición de ventanas. En Mac, o bien te buscas la vida o bien te bajas una aplicación de terceros para poder mantener un orden en las ventanas que se muestran. Por el contrario, en Windows 11 es tan sencillo como colocar el ratón encima del icono de maximizar en cualquier ventana para que se muestren diversas opciones para colocar tus ventanas como quieres. Esto es algo sin lo que no puedes vivir cuando trabajas en el PC.
A tenor de las ventanas, hay que hablar de cuando usas varios monitores. En Windows no podría ser más sencillo, todo es completamente plug & play y, a lo sumo, tendrás que ir a la configuración de pantalla para mover un poquito las pantallas y que la disposición en Windows quede igual a como lo tienes físicamente, y da igual el tamaño o la resolución de los monitores. En Mac esto es bastante más complicado, especialmente porque en los últimos modelos de ordenadores de Apple tienes que conectar las pantallas secundarias mediante USB.
También hemos de hablar de la multitarea. En Windows es muy fácil dejar un programa ejecutando algo, lo que sea (por ejemplo, Lightroom editando fotos en serie). Le das ALT + TAB y te pones a hacer otra cosa. En Mac también puedes hacer esto, pero la multitarea es más confusa. Por ejemplo, cuando tienes varias instancias del mismo programa abiertas, como dos documentos de Word por ejemplo, no puedes encontrar el que buscas en el menú de ALT + TAB, primero tienes que tabulear a Word y luego pulsar ALT + ‘ para encontrar el documento que necesitabas. Es como digo, confuso, y en Windows es mucho más fácil y versátil.
Otro aspecto a tener en cuenta es el administrador de tareas. En Windows 11 tienes un acceso rápido de tres formas diferentes, y lo tienes todo ordenado y muy claro y fácil de ver. En Mac… pues es un auténtico desastre, y como casi siempre tendrás que recurrir a aplicaciones de terceros que funcionan «de aquella manera» para tener algo remotamente parecido.
Finalmente, por supuesto hay que hablar del gaming. Y es que aunque como he dicho al principio son muchos los que usan el PC simplemente para trabajar y el gaming lo tienen en otros lares, al final cuando tienes un Mac estás prácticamente limitado a eso, mientras que en un PC con Windows 11 siempre tienes la opción de ponerte a jugar a lo que sea sin problemas, especialmente si cuentas con una gráfica dedicada.
Windows 11 es además muy barato
Antaño, tener el sistema operativo de Microsoft original era casi una utopía para el usuario de a pie, porque muy pocos estaban dispuestos a pagar el precio que cuesta una licencia en la tienda oficial salvo que te compres un PC OEM y ya te venga con ella. Sin embargo, hay tiendas como CDKeySales.com en las que puedes comprar licencias de Windows (y de Office, y más cosas) a precio casi de risa.
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