Los monitores gaming actuales buscan la mejora calidad y la mayor representación de colores dentro de unos márgenes positivos en cuanto a beneficios para el fabricante. Por ello, podemos encontrar diferentes monitores con diferentes paneles en cuanto a bits se refiere: 6, 8 o 10 bits. Cada tecnología de panel es propensa a usar uno u otros, pero entonces el coste se eleva demasiado en ciertas gamas, así que para paliar este efecto se creó el llamado FRC o Frame Rate Control, pero ¿qué es exactamente?
Reducir costes ofreciendo una tecnología que nos permita apreciar las ventajas y bondades de otra superior fue el reto que enfrentaron los panelistas e ingenieros a la hora de tener que elegir entre diferentes tipos de paneles.
La solución llegó pronto, no sin problemas, mediante FRC o Frame Rate Control, una tecnología que ahora se presenta en casi todo tipo de paneles, sobre todo en los TN.
Todo se basa en el color y en la óptica de nuestros ojos
En gaming no es tan importante desde el punto de vista funcional, pero en edición de imagen o vídeo, un panel que represente la mayor cantidad de colores posible y de la manera más fiel es una diferencia más que notable frente a otro que no lo consiga.
Los jugadores no están exentos de este tipo de tecnología, pero la representación del color está en un segundo plano, sobre todo si tenemos en cuenta a FRC.
Frame Rate Control es por lo tanto una tecnología que permite alcanzar una mayor calidad y representación de los colores en paneles con menores resoluciones o bits, tal y como ocurre por ejemplo en los mencionados TN.
Según el nivel de color de un píxel, FRC controla su estado de encendido o apagado en diferentes frames y mediante su algoritmo logra representar una mayor cantidad de colores para un panel de menos bits.
Es básicamente, un dithering, un tramado que crea colores extra donde el panel no puede reproducirlos en base a una serie de píxeles adyacentes, logrando entre ellos mostrar un color que no podría representarse de forma unitaria. El efecto óptico se consigue por la próximidad ta
FRC tiene una contrapartida: flickering
No es extraño que los monitores gaming tengan actualmente en la mayoría de los casos tecnología anti-flickering, es decir, anti parpadeos. Y es que el triunvirato que representa los costes-calidad-velocidad en los paneles gaming trae de cabeza tanto a fabricantes de paneles como a ensambladores.
Si queremos una alta tasa de hercios tenemos que optar por TN y en segundo lugar por VA, siendo la diferencia entre ambos bastante alta en prestaciones. En cambio, VA es más caro de fabricar para lograr altas tasas de FPS, siendo TN una tecnología más barata.
El problema es que la mayoría de paneles TN son de 6 bits si queremos que sean asequibles para el gran público y solo los de gama alta son realmente de 8 bits nativos. Por ello, se necesita FRC para mejorar la representación de los colores, de manera que al usuario se le aporte una paleta más rica a un coste bajo.
El problema, es que el tramado temporal que presenta FRC produce flickering por pura lógica, ya que estamos intercalando colores cada frame para presentar nuevos colores que el panel no es capaz de mostrar por sí solo.
Flickering más alta tasa de hercios, los rivales de los paneles de bajos bits
A menor tasa de hercios juguemos o trabajemos, el flickering será mayor y más notable para el ojo humano, lo cual se aplica desde a monitores como a televisiones.
Por ello, es importante escoger bien un monitor con panel nativo de 8 bits o 10 bits, ya que el riesgo de notar flickering se reduce drásticamente y si además tiene anti flickering, se descarta por completo.
Los paneles de menor calidad actualmente usan 6 bits + FRC + anti flickering, y aunque los resultados de color no son malos, sigue habiendo diferencia frente a paneles superiores. La ventaja es que su precio se ha reducido mucho y ahora son más asequibles en altos rangos de hercios para los jugadores.