Una de las relaciones más importantes en lo que al rendimiento de un procesador se refiere es la comunicación con la memoria, es por ello que tecnologías de overclock de esta como por ejemplo Intel Dynamic Memory Boost son clave de cara al rendimiento. Os explicamos como funciona y cuáles son sus pros y contras en su uso con el nuevo estándar DDR5.
La llegada de la DDR5 ha traído consigo un nuevo estándar capaz de llegar a anchos de banda mucho más altos que la DDR4, por desgracia el estándar de la JEDEC se queda solo en 4800 millones de transferencias por segundo y se han de buscar formas de aprovechar la velocidad de transferencia del nuevo estándar.
La relación memoria-procesador
Lo ideal sería que la RAM estuviese en el procesador, pero esto es algo que es físicamente imposible y por tanto la CPU y su memoria están estrechamente relacionadas en cuento a rendimiento. El problema es que mientras el rendimiento de los procesadores ha ido aumentando con el tiempo, el de la RAM lo ha hecho también, pero mucho más lentamente, lo que ha hecho que se acabe creando un abismo ente ambos componentes clave.
¿Las soluciones? La más utilizada es la memoria caché, la cual no vamos a tratar aquí y que consiste en adelantar los datos al procesador haciendo copias en una jerarquía de memorias internas, pero no es del todo efectiva y puede ocurrir que la información que se requiere para continuar la ejecución de un programa no haya podido ser copiada.
Es por ello que el desarrollo de estándares de memorias RAM cada vez más rápidos y por tanto con la capacidad de transmitir una mayor cantidad de información entre el procesador y la memoria y viceversa.
¿Qué es el Dynamic Memory Boost?
El nombre de esta tecnología es lo suficientemente explícito por sí mismo, se trata de una tecnología que se encarga de subir la velocidad de reloj de las interfaces de comunicación entre el procesador y la memoria RAM durante momentos puntuales y no de manera fija. Por lo que se trata de un mecanismo similar a cuando una CPU o una GPU realiza un aumento momentáneo de su velocidad de reloj.
Para utilizar dicha función es necesario que la BIOS de la placa base lo soporte y que la memoria RAM tenga soporte para XMP 3.0, ya que utiliza los perfiles de overclock de la tercera generación del Extreme Memory Profile, aunque no se debe confundir con dicha tecnología.
¿Y cómo funciona el cambio de la velocidad de la memoria RAM? Pues de manera muy simple, en ciertas cargas de trabajo que requieren un alto rendimiento se puede aumentar la velocidad de reloj del procesador para acelerar su ejecución, pero cuando esto ocurre entonces la distancia entre la memoria y el procesador disminuya y no se acreciente por la subida de velocidad de la CPU.
¿Overclock de memoria inteligente?
La otra parte que leemos del marketing de Intel es que se trata de un overclock de memoria inteligente, esto no es otra cosa que el utilizar los sensores de temperatura que hay en el hardware para disminuir o aumentar progresivamente la velocidad de reloj de la memoria para que siga habiendo acelerones en el ancho de banda.
No olvidemos que transferir datos en un bus no es más que hacer que la mayor cantidad de bits lleguen a su destino en un tiempo determinado. Podemos hacer una analogía en la que bus es la carretera por donde circulan los vehículos que son los bits que se transfieren y por tanto la velocidad en kilómetros hora es el equivalente al ancho de banda. Con esto habréis deducido que el Intel Dynamic Memory Boost consiste en hacer que la memoria haga pequeños acelerones.
XMP 3.0 e Intel Dynamic Memory Boost
Las memorias DDR5 compatible con XMP 3.0 siguen las siguientes normas:
- La interfaz de memoria tiene una velocidad de funcionamiento base, la cual corresponde con el estándar de la JEDEC. En la actualidad es DDR5-4800, lo cual significa que estamos hablando de 2,4 GHz o 2.400 MHz.
- Los cinco perfiles XMP 3.0, tres preestablecidos y dos configurables por el usuario están fuera del estándar JEDEC y se encargan de elevar la velocidad de reloj de la DDR5. Para ello la CPU y el chipset acceden al PMIC, un pequeño chip en los módulos DDR5 que controla su voltaje.
Hemos de tener en cuenta que el voltaje está siempre relacionado con la velocidad de reloj, aumentarlo significa que el consumo energético aumentará cuadráticamente a medida que escalamos de manera lineal la velocidad de reloj. No solo eso, sino que además el voltaje aumenta al subir la velocidad de reloj. En el caso de la DDR5 los voltajes soportados son: 1,1 V, 1,25 V y 1,25 V, siendo el primero el del estándar de la JEDEC y los otros dos para subidas de velocidad para el XMP 3.0.
Ahora bien, el Dynamic Memory Boost tiene una trampa y es que no varía desde la velocidad base a cualquiera de los cinco perfiles, sino al primer perfil XMP 3.0 de la DDR5, el cual es especificado por el fabricante de la memoria. También hemos de tener en cuenta que el aumentar el ancho de banda de esta manera también significa aumentar la temperatura de dicha interfaz, lo que puede ser contraproducente para la salud del procesador y la propia memoria.
Los perfiles de la DDR5 y la CPU
Ahora que sabemos que el Dynamic Memory Boost lo que hace es variar dinámicamente el ancho de banda de la RAM entre la velocidad base y el primer perfil XMP 3.0 solo cabe decir que a la hora de querer conseguir la mejor DDR5 para nuestro Intel Core 12 se ha de mirar la letra pequeña y saber cuáles son las características de dicho perfil.
Por cierto, no todas las DDR5 funcionan igual y no todas consumen lo mismo según el ancho de banda dado, ya que no hay una relación entre voltaje y velocidad. Nos podemos encontrar una DDR5-5200 que funciona a 1.1 V y otra a 1.25 V. Pues bien, debido a que el consumo en el primer caso será menor y con ello la calor generada tendremos que la primera memoria podrá soportar el periodo al alza del Dynamic Memory Boost un mayor tiempo.