Todos sabemos lo que es una tarjeta gráfica, para qué sirven, lo que cuestan, la diferencia entre una integrada o dedicada, sobre todo si eres gamer, y más, pero… ¿Sabías cuál fue la primera de la historia?
Hoy vamos a ver ese dato tan curioso, ya que sin esa primera, la evolución de ellas y el punto en el que nos encontramos hoy, no existiría. Por lo que le debemos mucho.
Así era la primera tarjeta gráfica
Nos tenemos que remontar al año 1981, momento en el que IBM presentaba MDA (Monochrome Display Adapter), lo que se considera la primera tarjeta gráfica de la historia. Era capaz de representar 25 líneas de 80 caracteres en pantalla, algo que a día de hoy nos parece absurdo, pero que en su momento fue toda una novedad.
La memoria RAM que tenía disponible esta GPU era de tan solo 4 Kb, algo ridículo actualmente, pero suficiente para mover todo lo necesario en 1981.
A su vez, las pantallas eran monocromáticas, normalmente de una tonalidad verde, por lo que la necesidad de una gráfica mejor era absurda, ya que apenas se necesitaban recursos para mover eso.
Aunque poco duró, puesto que ese mismo año apareció la CGA (Color Graphics Adapter), la cual ya otorgaba la disponibilidad de color a esas pantallas, haciéndolo todo mucho más visual y atractivo. Además, esta conseguía trabajar en modo texto y gráfico, a diferencia de la anterior, que solo lo hacía con líneas de texto.
Su necesidad de memoria RAM hacía que esta llegase a los 16 Kb, ayudando así también a conseguir una resolución de 320×200.
Eso sí, necesitabas un monitor que pudiese retransmitir el color. Algo poco frecuente en aquella época, ya que no existían aún gráficas que lo consiguieran, por lo que apenas había modelos.
No tuvimos que esperar mucho más, solo hasta el siguiente año (1982), cuando Hércules sacó su HGC (Hércules Graphics Card), algo que revolucionaba todo lo anterior, puesto que ya permitía dos páginas gráficas con una resolución mucho mejor, de 720×348. Además, contaba con una memoria que multiplicaba a las anteriores, de 643 Kb. Aunque tenía un grave problema… no reproducía el color. Por lo que, pese a ser una gran tarjeta, no triunfó.
A partir de ese momento empezaron a desarrollarse más tarjetas, consiguiendo ya modelos mucho mejores y a todo color, aunque fue un proceso de años, entre el 1985 y el 1990, cuando ya estaban consolidadas y todo el mundo se hacía con una. Sobre todo gracias a IBM, que fue quien más aposto en este camino por ellas, y la que más modelos disponibles tenía en el mercado. Por lo que no solo tenemos que agradecerle la primera.
Es curioso ver la diferencia, en tan poco tiempo, de cómo hemos pasado de ver una simple línea de texto y asombrarnos, a conseguir reproducir juegos en 4K con gráficos que parecen la vida real. Si nuestros antepasados vieran esto no se lo creerían. ¿Os imagináis lo que podríamos llegar a conseguir en un futuro? Supongo que no. Ellos no podrían haberlo pensado ni en películas futuristas e irreales.