En la era digital la cantidad de documentos que se envían se ha reducido enormemente, sin embargo, todavía hay personas usando impresoras. Si eres de los que ha digitalizado totalmente tu empresa o simplemente quieres reducir la huella del carbono reduciendo la cantidad de papeles impresos pues piénsatelo bien antes de tirar tu impresora a la basura. Ya que podría contener rastros de tus documentos recientes.
La privacidad de los datos de los clientes no solo afecta a grandes empresas, sino también a las más pequeñas y a ti mismo. A veces nos ocurre que tenemos un pequeño taller o negocio que necesita imprimir y enviar por correo las facturas a nuestros clientes. También puedes ser que hayamos impreso algún documento médico o acreditación personal. Pues bien, tened en cuenta que algunas impresoras tienen memoria y algunas más de lo que deberían.
¿Por qué no deberías tirar tu impresora?
Todo aquello que opera con datos en formato digital tiene un procesador en su interior y este requiere de una memoria para funcionar. El caso es que cuando le enviamos un documento a la impresora esta ha de tener la capacidad de interpretarlo y mover por tanto sus piezas para plasmarlo en el papel. Por lo que en su interior siempre habrá un circuito sencillo como el que podéis ver en la imagen de abajo.
Para funcionar no es que una impresora requiera un procesador potente, en su día el alto precio que tenían algunas de ellas se debía a eso, pero a día de hoy se necesita incluso menos potencia que un móvil de gama baja. Algunas incluso pueden operar ya no con memoria RAM, sino que funcionan perfectamente con el ancho de banda de la memoria NAND Flash, la cual también les sirve como almacenamiento persistente y ahí es donde radica el problema.
¿Cómo solucionar el problema?
Muchos fabricantes te permiten saber la información que guarda tu impresora a través del menú propio de la misma. Si no sabes cómo consultar lo que almacena en su interior te recomendamos que mires el manual de la misma. Ten en cuenta que muchos modelos de gama alta almacenan los documentos como una especie de caché de gran tamaño para acelerar su rendimiento. Por lo que a la hora de tirar la impresora a la basura échale un repaso a dicho menú y si es necesario tomate tu tiempo en ir borrando los documentos.
En cambio, los de gama baja, suelen tener una capacidad muy baja. Un truco consiste en enviar una gran cantidad de documentos en blanco, con unos 100 te serán suficientes en muchos casos. La impresora no tendrá que imprimir nada realmente, solo desplazar las hojas y cada nuevo documento reemplazará al anterior. Lo que dejará la memoria de almacenamiento de la impresora totalmente a cero.
Por cierto, algunos modelos tienen una forma de borrar toda la información sin tener que pasar por estas dos soluciones que os hemos explicado. Es por ello que es importante guardar la documentación que viene con nuestro hardware. Por ejemplo, hay modelos que desconectando todos los cables excepto el de alimentación y manteniendo pulsado el botón de encendido unos segundos. En todo caso, si no las tienes todas, todavía puedes coger un martillo y hacer añicos la circuitería o tirarla en el lugar adecuado.