Buscar que un juego sea idéntico a la realidad es algo que se viene intentando por parte de muchos estudios desde hace prácticamente 30 años, cuando llegó el formato CD y ya era posible almacenar grandes cantidades de información, entre ellas largas secuencias de vídeo sobre las que podíamos jugar. Eran los llamados juegos full motion video (FMV). Ahora, de otra manera, Unrecord intenta lo mismo.
Demasiado real para ser divertido
En las últimas horas hemos visto todos un tuit en el que alguien nos mostraba un clip de un gameplay de un juego llamado Unrecord. Un título que está en desarrollo para PC, que saldrá también para VR y que se caracteriza por un aspecto gráfico hecho con Unreal Engine 5 que es prácticamente un calco de la realidad. Cuesta distinguir si el personaje que se mueve por la pantalla es real o solo un gráfico de ordenador.
Pues bien, este título que ya tenéis para añadir a vuestra lista de deseos de Steam, ha levantado una enorme polvareda porque ha despertado el viejo debate de si jugar con la realidad es o no divertido. Y en nuestro caso, debemos decir que no nos lo parece. Cuando desaparece el barniz de ficción en la apariencia de un videojuego, rápidamente comenzamos a tener una sensación de intranquilidad, de incomodidad, como si eso que estamos viendo formara parte del mundo real.
A ver, no seremos radicales en esto y es completamente normal que alguien piense lo contrario, cosa que es muy respetable, pero a quien suscribe tampoco le gustaron nunca los llamados FMV que se pusieron de moda hace algunos años. Y no se trataba tanto de lo mejor o peor que fuera su desarrollo o mecánicas de juego como la apariencia en sí. Lo que te entra por los ojos y lo que te transmite.
De por medio, un valle inquietante
Existe una teoría muy extendida que es la del «valle inquietante», que viene a significar algo así como que los seres humanos sentimos incomodidad o rechazo al observar representaciones antropomórficas realistas, precisas y exactas ante nosotros, ya sea en el mundo virtual gracias a los gráficos generados por ordenador, como en el real donde pueden llegar a fabricarse robots, esculturas móviles, etc.
Es decir, que en un título como Unrecord, donde el realismo lo es todo, ¿cómo nos podríamos sentir al atacar a un personaje que tiene un aspecto indistinguible de una persona con nombre y apellidos? Y ojo, que aquí nos hemos batido en duras batallas dentro de Medal of Honor o muchos Call of Duty, Battlefield y cualquier otro nombre donde las balas vuelan desde una perspectiva en primera persona. No hemos tenido reparos en acabar con esos muñequitos que nos decían que eran los malos pero cuando todo se vuelve hiperrealista… la cosa cambia.
Vaya por delante que Unrecord tiene una pinta extraordinaria, que en realidad virtual tiene que ser ya la quintaesencia de un shooter en primera persona pero queremos verlo cuando salga para confirmar si tanto realismo, sin tanto parecido con la realidad es bueno para un videojuego. A lo mejor hay que pararse, dar un paso atrás y volver a diseñar mundos inexistentes, imperfectos y en los que sea evidente que todavía seguimos estando dentro de un videojuego.