Starfield ha sido el título que, al menos hasta hoy, más hype ha generado en lo que llevamos de año. Tras un evento veraniego en el que se mostró con un gameplay de cerca de una hora, Bethesda consiguió lo imposible y es hacer arder el mundo de los videojuegos. Prácticamente al minuto siguiente se convirtió en lo más viral y esperado, lo más vendido y claro ganado y del GOTY en los Game Awards que tendrán lugar en el mes de diciembre.
Como consecuencia de ese hype, y a pesar de ser un juego que estaría presente gratis en Xbox Game Pass para PC y consolas, se vendieron muchísimas unidades en Steam y updates para la edición Premium con acceso anticipado de cinco días. Microsoft, definitivamente, había conseguido subirse a la ola con un exclusivo que podría darle alguna oportunidad de competir contra Sony pero, ¿qué queda de esa locura apenas un mes después?
Los datos hablan solos
El caso es que cuando llegó a las tiendas todos nos volvimos un poco locos. En plataformas donde esa actividad es medible, como Steam, se alcanzaron picos de más de 300.000 usuarios conectados al mismo tiempo, llegando a situarse muy cerquita de los grandes éxitos de la tienda de Valve como son CS:GO, DOTA 2, PUBG, Apex Legends, etc. Así que todo iba como la seda, con noticias que aparecían todos los días contándonos no solo las bondades de su historia, sino también curiosidades sobre cualquier pequeño detalle e incluso cifras de ventas de consolas.
Pero apenas un mes después de su lanzamiento la situación es otra. Esos picos en Steam –que pueden servirnos más que como dato preciso como una tendencia– se han reducido a la décima parte y de los 330.723 que logró de récord, ahora deambula por 31.992. Tampoco está mal, pero es evidente que muchos jugadores, ante la enormidad de lo que ofrece Starfield, han decidido dosificarse y tomarse el objetivo de acabarlo –al menos la historia– con perspectiva.
Hay que recordar que, dentro de estos porcentajes, hace apenas unas semanas conocíamos que cerca del 25% de los jugadores que lo habían empezado siquiera superaron el tutorial. Seguramente la mayoría vendrían de probarlo en Xbox Game Pass, donde les sale gratis bajarlo, porque no imaginamos a nadie que, tras gastarse 50 o más euros, decida dejarlo así a las primeras de cambio.
Starfield es un juego de largas distancias
La locura del primer instante es comprensible, porque es cierto que despertó muchísimas esperanzas en los jugadores pero rápidamente la mayoría se dieron cuenta de que Starfield es un juego de largas distancias. Para saborearlo durante meses e incluso años. Para tenerlo siempre como alternativa a esa novedad que sí queremos jugar de inmediato y quemarla lo antes posible. Un segundo juego al que aferrarnos cuando no queremos probar otra cosa.
Solo así se explica que en apenas un mes quede activa, aproximadamente, la décima parte de los que lo compraron o lo han descargado y que, casi como por arte de magia, su eco haya quedado tan mudo en las portadas de los medios. A diferencia de éxitos recientes como Elden Ring, que trajo mucha más cola que la provocada por Starfield.
El juego de Bethesda es un título de presente y de futuro. De muuuucho futuro. Así que disfrútalo como merece. Sorbo a sorbo. Sin prisas, no sea que lo vayas a quemar.