Todos recordamos cómo fue el lanzamiento de Cyberpunk 2077 a finales del año 2020: en PC y Stadia no estuvo mal, podía jugarse sin mayores problemas, pero en consolas el desastre fue absoluto, con una versión de PS4 que tenía tantos errores que hasta Sony decidió quitarla de su tienda. Así que desde entonces sigue luchando contra esa cruz que muchos le pusieron –con razón– y que se ha quitado ya en Phantom Liberty.
Esta expansión se estrenó el pasado 25 de septiembre y lo hizo contándonos un pequeño arco argumental nuevo pero, sobre todo, estrenando ya la versión definitiva de Cyberpunk 2077, gracias a un parche 2.0 que ya sí se corresponde con la visión que CD Projekt RED tenía de su criatura. Por lo que podemos pensar que, tal vez, el juego llegó en una especie de acceso anticipado que su expansión ha sabido cerrar como merece.
Los retrasos y las culpas
Visto el desarrollo que ha sufrido Cyberpunk 2077 es evidente que los polacos se adelantaron demasiado respecto del tiempo que le quedaba a su juego para llegar como querían a las tiendas. De haberlo enfocado de esa manera, como un early access, seguramente se hubieran evitado muchos disgustos, análisis y críticas que han menguado la percepción que tenemos todos de la compañía que está detrás de The Witcher.
Pero recordemos que The Witcher III ya llegó al mercado con retraso y algunos fallos de inicio en lo que parece que será una tendencia infinita en lo que nos queda de historia de los videojuegos. ¿Por qué? Bueno, existe una razón, y es que con cada nueva generación de hardware (ya sea en PC o consolas) los esfuerzos de un estudio, tanto económicos como de talento y tiempo, se multiplican exponencialmente, por lo que se hace imposible acabar las cosas a su debido tiempo sin imprevistos.
Eso, sumado a las grandes inversiones necesarias, provocan la necesidad de estar en las tiendas cuanto antes. Pero comenzar a ingresar por ese trabajo inacabado, al final, pasa factura y las consecuencias pueden ser peores. Ahora bien, ¿hubiera podido sobrevivir CD Projekt RED a tres años de desarrollo extra de Cyberpunk 2077 y posponer su fecha de puesta a la venta de diciembre de 202o a septiembre de 2023? Seguramente no.
Phantom Liberty es una bendición
Es por eso que, seguramente, el estudio polaco haya decidido regalar a los jugadores un colofón perfecto a tres años de evolución del juego con una de las mejores expansiones que hemos disfrutado en los últimos años. Una pequeña historia que es accesible desde el menú principal y para la que no hace falta que nos acabemos Cyberpunk 2077 para disfrutarla.
Una muestra evidente de lo que todo el mundo esperaba que fuera el juego y que no llegó en 2020 sino en 2023, y que ha convencido tanto que ya lleva vendidas más de 4,3 millones de unidades. Un éxito evidente, sin paliativos, que nos alegra porque CD Projekt RED tiene que coger aire para intentar que con The Witcher IV no cometa los mismos errores. Porque si los comete, será el momento de apagar la luz, cerrar la puerta y pedirles que se dediquen a otra cosa.
Es el vivo ejemplo de lo que está pasando en la industria del videojuego en los últimos años (al parecer, con todos menos con Larian Studios y su Baldur’s Gate 3): la desarrolladora tiene inversores, que quieren recuperar el dinero invertido a la mayor brevedad posible y presionan y presionan para que el juego se lance lo antes posible, esté como esté. Y muchas veces, como ha pasado con Cyberpunk 2077, lo que pasa es que «no estaba»…