Los más veteranos de nuestros lectores recordarán como cuando hablábamos de consolas solíamos relacionarlas con la cantidad de bits que tenían y cuanto más de estos, entonces se entendía que cuentos más bits entonces mejor. Pero, ¿a qué se referían los fabricantes al hablar de bits en su consola?
La última vez que una empresa uso el término bits en una consola fue con la Nintendo64, pero no resultó ser un éxito de ventas y al quedar en segundo lugar frente a la PlayStation de SONY ya nadie volvió a usarlo como argumento comercial. Bueno, en realidad porque ya no podían y si seguís leyendo sabréis el motivo.
¿Qué son los bits es una consola?
Pues se refiere al nivel de complejidad con el que su procesador principal pueden realizar los cálculos. A más bits más precisión y un mayor intervalo de número se pueden calcular. Por lo que los bits de una consola son los de su CPU central. Así pues, un procesador de 8 bits puede operar con valores que val del 0 al 255 o en su defecto valores que van del -127 al 128 con el 0 incluido. Si os fijáis bien, esto son 28 por lo que un procesador de 16 bit soportará 65.536 valores, uno de 32 bits 4.294.967.296, etcétera.
Hemos de aclarar que en PC cuando nos referimos a procesadores de 32 o 64 bits en la actualidad no hacemos referencia a las capacidad de operar con datos del procesador, sino al direccionamiento de memoria. Es decir, cuanta memoria RAM medida en bytes puede tener el sistema. En realidad en consolas no hace falta una precisión de 64 bits y desde mediados de los 90 que están se han quedado en los 32 bits. Eso sí, salvando las distancias en cuanto a potencia de cálculo, ya que una PlayStation 5 es más de mil veces más potente que el primer modelo que lanzó SONY.
El caso es que tenéis que pensar en los bits como una forma de medir la precisión de la información. Un ejemplo de ello muy claro no solo lo podéis ver en los gráficos, sino también en el sonido, donde a partir de la generación de 32 bits los colores y la calidad del sonido fueron lo suficientemente buenos como para representar la realidad.
Generaciones frente a bits
La historia de las consolas no se mide en cuanto a bits, ya que como hemos dicho llevamos ya con varios generaciones con procesadores de 32 y 64 bits en nuestros hogares. Suena muy extraño decir, por ejemplo, que una Xbox de sexta generación tiene un procesador con la misma cantidad de bits que una SEGA Saturn de quinta. Es más, Nintendo64 y PlayStation pertenecen al mismo periodo y una es de 32 bits y la otra de 64 bits.
Tal fue el ridículo de esta nomenclatura que tuvimos una generación de 128 bits sin ninguna consola con dicha capacidad y ni falta que les hace, ni ahora y tampoco entonces. Es más, las tres primeras generaciones usaron los mismos procesadores de 8 bits con cambios sustanciales en el hardware de apoyo, por lo que resulta un mito que haya un aumento en la precisión de cálculo de una generación a otra.
Por lo que las generaciones pasaron a dividirse por periodos de tiempo y no por sus especificaciones técnicas. Es decir, por ciclos de vida de producto. Así pues, cuando una consola ya ha vendido todo lo que puede vender al mercado, se ve reemplazada por un producto con mejores especificaciones y un catálogo nuevo de juegos. Lo que es sin duda un salto generacional y en la actualidad ya vamos por la novena después de más de cuatro décadas y lo que aún le falta al hobby, siempre y cuando el juego en la nube no resulte una disrupción y un cambio en los hábitos de uso.