Cuando en 2020 se anunció la llegada de la nueva generación, muchos se sorprendieron por el movimiento de Microsoft, al poner a la venta dos modelos con rendimiento muy dispar, quedando Xbox Series S como la alternativa de los que no querían gastarse demasiado y confiar solo en el formato digital. Y casi tres años después, ya tenemos una contestación a la pregunta de si esa fue una estrategia acertada.
Muchos podrían decir que no, pero casi mayoritariamente tendríamos que decir que sí, porque Xbox Series S es el modelo más vendido y el que está permitiendo que muchos jugadores, con un pago único a través de Xbox Game Pass todos los meses, tengan acceso a una biblioteca de prácticamente 500 títulos entre los viejos de Xbox One y los nuevos y adaptados a la next-gen.
Xbox Series S vende más que Series X
En los últimos días se ha producido la mayor filtración de documentos internos de Microsoft en toda su historia, por lo que han quedado al descubierto infinidad de conversaciones e informes que desvelan datos que los norteamericanos siempre han querido mantener bajo llave. Uno de ellos fue la intención de querer comprar Nintendo, o los planes para desarrollar futuras consolas aunque ahora, nos vamos a detener en las ventas.
Que Xbox Series S se vende más que Series X creo que lo sabemos todos. Aunque solo sea por el comentario de ese amigo con PS5 que, últimamente, quiere jugar con Starfield y en vez de gastarse 550 euros prefiere dilapidar solo la mitad. Pero, ¿podéis imaginar en qué porcentaje se mueve cada una de esas máquinas?
Según un informe interno de Microsoft, su mercado de consolas se divide en dos, donde Xbox Series S ha sido capaz de acaparar el 74,8% del total de máquinas vendidas, frente al 25,2 de Xbox Series X. Es decir, que lejos de ser un lastre para la actual generación, al menos para los de Redmond es la confirmación de que el gamer que quiere estar a la última, dispuesto a pagar el precio más alto, no es el estándar de los que ellos tienen.
¿Un cambio de paradigma o todo es normal?
Estas cifras dejan claro que los jugadores están dispuestos a sacrificar potencial técnico por un ahorro en el gasto de comprar una máquina si a cambio reciben la oportunidad de disponer de todo el catálogo de lanzamientos de la nueva generación. Por lo que deberíamos terminar con el mito de usuario de consolas que quiere cada vez más potencia al precio que sea.
Al revés, seguramente en Microsoft comprendan que su batalla no está tanto en los teraflops como en los propios lanzamientos, las franquicias, la experiencia de juego y eso pasa por crear consolas que sepan mezclar ambos mundos, junto con un precio lo más competitivo posible. Y ese camino, no lo dudéis, pasa para los de Phil Spencer por la nube en un futuro sin hardware propio en nuestras casas. Todo en remoto y en streaming, como apuntan también los mismos documentos filtrados de la compañía.
