Es normal que a la hora de hablar de tipos de estándar utilizados nos demos cuenta de que existen muchos y que hay veces que puede resultar complicado conocer cada uno de los detalles que los diferencian. En este caso, os vamos a explicar que son y para qué sirven USB4, Thunderbolt y USB-C, de forma que podáis diferenciar y utilizar cada uno como corresponde.
Los estándares utilizados para la transmisión de datos pueden resultar extraños a simple vista, sobre todo si utilizan el mismo formato físico, como puede ser el caso de Thunderbolt y USB-C, por lo que diferenciarlos en ciertas ocasiones puede resultar bastante tedioso. Pero realmente, por mucho que se parezcan, ofrecen distintas características, que no se encuentran únicamente relacionadas con la velocidad, si no también con la compatibilidad que ofrecen entre si.
¿Qué son USB4, Thunderbolt y USB-C?
Estos tres tipos distintos de estándar, son, como bien hemos comentado al principio, interfaces de transferencia de datos, esto implica que por lo general se utilizan como conector entre componentes que ofrecen almacenamiento. Esto implica que por lo general su uso siempre es el mismo, transportar datos de un dispositivo a otro, aunque últimamente hemos estado viendo como con la evolución de estos se pueden hacer más cosas que no sean únicamente mover archivos de un sitio a otro.
Y es que en un principio estas interfaces se diseñaron con el propósito de hacer que la comunicación entre un ordenador y un dispositivo de almacenamiento fuese lo más sencilla y rápida posible, pero poco a poco hemos visto como se han ido integrando en todo tipo de periféricos. De esta forma, actualmente podemos encontrar que estas interfaces se utilizan en general a la hora de buscar crear una comunicación física entre un dispositivo y otro.
En qué se diferencian
Realmente por lo general, los tres tipos de interfaz mencionados sirven para lo mismo, ya que podemos utilizarlas para todos los fines que estas proponen, pero la diferencia principal que podemos encontrar se encuentra en las características que ofrece cada una. Y es que en estos casos debemos recurrir a la velocidad que ofrecen y a la compatibilidad para conocer para qué podemos utilizarlas.
En el caso de USB4, nos referimos al principal estándar de comunicación que tenemos ahora mismo para dispositivos externos, lo podemos diferenciar de los otros dos gracias a su forma, siendo rectangular, mientras que Thunderbolt y USB-C ofrecen una forma ovalada. Y es que en términos de velocidad actualmente se encuentran igualados, ya que las versiones de USB4 son capaces de ofrecer 40 Gbps, pasando por 80 Gbps, y pudiendo llegar hasta los 120 Gbps en la última anunciada.
Mientras tanto Thunderbolt, ofrece también velocidades similares, pero además nos enseña que hay más características que podemos utilizar mediante esta interfaz, como puede ser el hecho de conectar pantallas adicionales. Esto implica, que se aumenta la funcionalidad que ofrece este tipo de conector, pudiendo incluso sustituir en algunas ocasiones al HDMI o al DisplayPort, ya que además ofrece una gran comodidad al utilizar el conector USB tipo C.
En el caso de USB-C lo podemos ver de dos formas, como estándar de conectividad, utilizado por ejemplo por Thunderbolt, o como conector independiente, siendo más lento que el USB4 y el Thundebolt. Es por ello, que siempre debemos comprobar si el dispositivo o cable que compramos se refiere únicamente, como bien hemos dicho, al tipo de conector e incluye una interfaz superior.