El hecho de que los SSD PCIe 5 traigan disipador integrado limita en gran medida la cantidad de equipos donde estos se pueden instalar. Un hecho que, aunque aparentemente sea de poca importancia, puede suponer el freno a una carrera de fondo que lleva años realizándose, con unidades cada vez más rápidas por el simple hecho de hacerlo.
Una de las cosas que han sorprendido de los Ryzen 7000 de AMD para portátiles es el hecho de que su soporte para unidades SSD no incluye a las que usan interfaz PCIe 5.0 para comunicar datos. ¿El motivo? Pues el hecho que todos vienen con un disipador pasivo o heatsink que impide su colocación en un portátil.
Los SSD PCIe 5 con disipador integrado traen una limitación importante
La llegada de los SSD M.2 con interfaz PCI Express 5.0 ha traído consigo la aparición de unidades con disipador de calor pasivo. Esto es una cobertura de metal pensada para mover la temperatura de la unidad hacia el exterior. Todo ello no sería de destacar si no fuese por el hecho de que hasta el momento dichas unidades de almacenamientos se habían vendido por lo general desnudas, es decir, con la placa y los chips sin ningún tipo de cobertura.
Esto ha provocado qué buena parte de las unidades de nueva generación no se puedan colocar en muchos ordenadores portátiles o sistemas con espacio limitado, como es el caso de la consola de videojuegos PS5, no pueden usar dichas unidades. Aunque bien es cierto que por el momento dichos sistemas no soportan SSD M.2 con PCIe Gen 5 hemos de entender que la compatibilidad hacia atrás que proporciona dicha interfaz para componentes internos permite usar las nuevas unidades en el PCI Express de generaciones anteriores.
Sin embargo, esto nos plantea una duda sobre el futuro de las zonas más rápidas de almacenamiento en estado sólido, dado que esto las hace exclusivas de los ordenadores de torre, donde los SSD PCIe 5 con disipador no se ven limitados por espacio y su temperatura no es un problema.
Su adopción será limitada
El gran problema con cada generación de los SSD M.2 es que debemos ser capaces de conectar todas las unidades que hay en el mercado y si queremos ampliar el ancho de banda, pues no podemos cambiar el conector de las placas base para conectar uno más ancho sin enviar al traste millones de unidades disponibles en el mercado. Sin embargo, esto tiene como desventaja que el consumo energético suba y con ello el calor liberado por la unidad.
Se trata de algo sobre lo que toda la industria ha pasado de puntillas comentar y hay que destacar el hecho de que por ejemplo la propia AMD, empresa que ha promocionado al máximo el uso de dichas unidades para sus Ryzen 7000 en escritorio en portátiles, no lo hace al hacer que las líneas PCIe que van dirigidas a la unidad de estado sólido sean de cuarta y no de quinta generación. Lo que destaca todavía más el problema de que estos requieren una unidad de disipación que impide su colocación en muchos diseños industriales.
Y es que aumentar la altura de un ordenador no es tema baladí, en especial por el hecho que un milímetro o dos de más, aunque nos parezcan una minucia, pueden llegar a hacer que un ordenador entero pase de nuevo por la mesa de diseño. Por otro lado, no olvidemos que dichas unidades superan por mucho la potencia necesaria a día de hoy.