A lo largo de los años, uno de los mayores cuellos de botella que los fabricantes de discos duros se han encontrado ha sido su naturaleza mecánica, los tiempos de acceso y por supuesto su rendimiento general si los comparamos frente a frente con los SSD, los elementos más en auge en la industria del hardware. Sin embargo, las dos cosas que los discos duros tienen a favor son la capacidad y su precio, y este primer punto podría verse gratamente incrementado todavía más gracias al uso de grafeno y a la tecnología HAMR.
La palabra HAMR son en realidad siglas en inglés de «Heat Assisted Magnetic Recording» o grabación magnética asistida por calor, y se basa en el principio de grabación magnética que se lleva usando desde los años 70 pero que, a modo de resumen, antes de escribir los datos se calienta el medio para reducir su coercitividad y así permitir unas densidades mucho mayores de datos, ampliando la habitual densidad de 1,14 TB por pulgada cuadrada a cerca de 6 TB.
El grafeno, clave para aumentar la capacidad de los discos duros
Llevamos ya bastante tiempo en el que la industria de los discos duros está llevando la densidad y con esto la capacidad a límites que solo podríamos soñar, y de hecho con la tecnología HAMR ya se habló en su momento de que se podría llegar a tener discos duros de 80 TB con el formato de 3,5 pulgadas habitual que tenemos hoy en día. Todavía estamos lejos de eso, y sin embargo las compañías siguen investigando sobre otros métodos de mejorar la capacidad que pueden ofrecer.
Los discos duros de hoy en día utilizan un revestimiento a base de carbono para proteger el plato de los cabezales de lectura y escritura de otros factores, y para aumentar la capacidad de almacenamiento de los discos duros en los últimos tiempos lo que han hecho ha sido reducir el espacio entre el cabezal y los platos. Hoy en día esta separación es de unos 3 nanómetros, lo que ha aumentado la densidad a 1,14 TB por pulgada cuadrada como hemos mencionado antes.
Ahora, investigadores de la Universidad de Cambridge dicen que han logrado aumentar hasta 10 veces la densidad de datos alcanzable en los discos duros gracias al uso de grafeno, que una vez más se postula como un componente clave en la industria del hardware. Lo que han hecho ha sido reemplazar este recubrimiento con una variante de grafeno que contiene de una a cuatro capas de material; después de medir la corrosión, la estabilidad térmica, la suavidad de la superficie y el manejo del lubricante, concluyeron que el grafeno reduce la fricción en un factor de dos y causa 2,5 veces menos corrosión.
Esto se combina con la tecnología HAMR que, como hemos explicado, calienta los platos de aleación de hierro y platino a temperaturas elevadas. Utilizando el grafeno se puede conseguir una temperatura que los recubrimientos normales no pueden soportar, haciendo que sea posible aumentar la densidad de datos en los platos hasta 10 veces más.
¿Qué quiere decir esto? Que si esta tecnología termina convirtiéndose en un producto, podríamos estar hablando de discos duros con una capacidad de hasta 800 TB por unidad. Estamos todavía lejos de esto ya que en su momento la tecnología HAMR prometía discos duros de 80 TB de capacidad y todavía no han llegado, por no hablar de que estos experimentos con grafeno son, por ahora, simples experimentos, pero desde luego denota que la tecnología de almacenamiento en discos duros mecánicos está lejos de quedarse estancada.