Cuando vas a comprar un SSD, comparas entre diferentes unidades buscando la que mejor rendimiento ofrezca por su precio. Normalmente, te fijarás en las velocidades secuenciales, que generalmente son mayores y por eso son las que anuncian los fabricantes (ya sabéis, el «hasta XX MB/s significa que es el máximo esperable), pero también hay otro tipo de velocidad que tiene mucha importancia, la aleatoria. Pero ¿qué diferencia hay entre la velocidad secuencial y aleatoria? En este artículo te lo explicamos.
Los SSD, como cualquier otro componente, tienen una serie de especificaciones y datos de relevancia. El primero de todos es el formato, seguido por el tipo de interfaz que utiliza. Sin lugar a dudas, estos son los dos primeros parámetros que miraremos.
Acto seguido y de manera intuitiva, miraremos cuáles son las velocidades de lectura y escritura que se miden en MB/s. Pero, en todas las unidades aparecen dos tipos de velocidades: la secuencial y la aleatoria. Si bien normalmente se destaca la primera, ambas tienen importancia y debes saber su significado.
Qué es la velocidad de un SSD
Entendemos por velocidad la cantidad de datos que se pueden leer y escribir en un segundo. Habitualmente la velocidad de lectura suele ser más elevada que la de escritura. La diferencia reside en que el proceso de escribir conlleva un poco más de tiempo y, por tanto, el volumen de datos que se pueden escribir en un segundo, desciende.
Dentro de los SSD (y también los HDD) tenemos las velocidades secuenciales y aleatorias. Aunque su nombre ya nos deja entrever que miden, os lo vamos a explicar.
Velocidad secuencial
Suele ser el parámetro de referencia a la hora de considerar si una unidad es rápida o lenta. La velocidad secuencial mide la cantidad de datos que se pueden escribir y leer en un segundo en serie.
Por un lado, tenemos la velocidad de lectura secuencial, que es la capacidad de leer datos que están seguidos. Básicamente, equivale al proceso que hacemos las personas de leer un texto, que se hace de manera secuencial.
Mientras, la velocidad de escritura secuencial, es el proceso de escribir nuevos datos en el SSD de manera seguida. Sería lo mismo que si nos ponemos a escribir en un papel.
Puedes ver las velocidades secuenciales de cualquier SSD y verás que la lectura es superior a la de escritura. Realmente, el proceso de leer un libro o texto para cualquier persona es más rápido que escribir ese mismo documento.
Esta velocidad siempre se medirá en Megabytes por segundo o MB/s. Obviamente, cuanto mayor sea la velocidad, mayor cantidad de datos se pueden leer y/o escribir por segundo.
Velocidad aleatoria
No siempre se accede o escriben datos de manera secuencial, es más, suele ser lo menos habitual. Lo normal es que se escriban y lean datos de manera aleatoria. El motivo es que el ordenador normalmente accede a datos que están en diferentes partes o necesita escribir datos en varios puntos de su memoria.
Sobre todo, este proceso es evidente en el arranque del sistema. El ordenador necesita leer diferentes archivos de Windows, drivers y otras utilidades que se arrancan con el sistema. No están ordenadas secuencialmente, están repartidas por todo el disco duro.
Podríamos decir que es similar a los típicos libros de «aventuras» para niños. Según el camino que elijas, te dice que vayas a una página u otra. Mientras que el proceso de escritura sería ir a hojas anteriores donde hemos apuntado cosas para agregar más información, por ejemplo.
Veremos esta velocidad como Operaciones de entrada/salida por segundo o IOPS, que son las siglas en ingles de Input/Output Operations Per Second.
Lo curioso es que las velocidades de escritura aleatoria son superiores a las de lectura. Pasa justamente lo contrario que en la velocidad secuencial, donde la lectura siempre es superior a la escritura.
Velocidad secuencial vs velocidad aleatoria
Con un ejemplo es mucho más fácil entender por qué ambas son importantes. La velocidad aleatoria se utiliza principal para acceder a múltiples archivos pequeños, como, por ejemplo, lo que se utilizan para arrancar el sistema operativo, mientras que el uso típico de la velocidad secuencial es para transferir archivos de gran tamaño como vídeos o fotos principalmente.
La velocidad secuencial se mide en MB/s, la velocidad secuencial se mide en IOPS (Input/Output Operations Per Second). Mientras que la velocidad aleatoria es fundamental para el funcionamiento del sistema en el día a día, la velocidad secuencial es fundamental a la hora de transferir grandes cantidades de datos.
¿Cuál es más importante?
Ambos son importantes y normalmente son correlativos. Esto quiere decir que, si un SSD tiene la misma velocidad de lectura secuencial que otro, tendrá la misma (o prácticamente) velocidad de lectura aleatoria.
Habitualmente se suele dar más relevancia a la secuencial, ya que es la más «fácil» de entender. El motivo es que la unidad de medida son MB/s, un parámetro que cualquier usuario más o menos puede entender. La verdad es que el término IOPS es un poco más abstracto.
Por consiguiente, ambos parámetros están muy ligados y con qué te fijes con la velocidad secuencial, sobra.
Si quieres conocer la velocidad de tu SSD, existen herramientas para realizarlo de una forma muy sencilla. Te darán los datos en tan solo unos minutos a través de un programa de lectura y escritura. Existen múltiples, aunque una de las más famosas es AOMEI Partition Assistant Professional. Es de pago, pero existe una versión demo que nos ofrecerá ese resultado sin necesidad de pagar por ello.
¿Qué más debo mirar en un SSD?
Los dos aspectos que hemos mencionado anteriormente son probablemente, junto con la capacidad que puede llegar a tener, los más importantes que debemos mirar a la hora de comprar un SSD, pero muchas veces se nos puede olvidar que hay otro aspecto que puede llegar a tener una importancia similar. En este caso nos referimos a la durabilidad del mismo, es decir, cuantos terabytes debería poder llegar a escribir la unidad antes de comenzar a presentar fallos, algo que muchas veces no solemos mirar pero que indica directamente la calidad que ofrecen todos y cada uno de los modelos que hay en el mercado.
Esta característica aparece representada con la medida TBW (Terabytes Written) y por lo general las unidades de buena calidad que tienen 1 TB de almacenamiento suelen ofrecer como mínimo 600 TBW aproximadamente. Conforme aumenta la capacidad del disco también lo hace el TBW, por lo que las unidades de 2 TB deberían ofrecer mínimo el doble, es decir, 1200 TBW, mientras que las de 4 TB tendrían que ofrecer entre tres y cuatro veces más.