Tras la presentación de la 9ª generación de procesadores Core, Intel ha obtenido malas noticias conforme ha ido avanzando el mes. Si bien sus procesadores parecen una vuelta de tuerca más a una arquitectura ya consagrada como Coffee Lake, su rival (AMD) no va a dejar que la presentación de estas CPUs les quite protagonismo. La respuesta de los de Lisa Su es simple, ¡los AMD Ryzen+ bajan de precio!
Los AMD Ryzen+ no sufrirán problemas de escasez como la 9ª generación de Intel
Intel sigue luchando por suministrar chips a 14 nm, mientras en sus conglomerados de I+D siguen puliendo sus 10 nm. Al mismo tiempo la presentación por todo lo alto de la 9ª generación era ya un hecho.
Por el contrario y debido al problema de la escasez de chips a 14 nm, el precio de todos sus microprocesadores está subiendo sin descanso y la salida de Coffee Lake Refresh con el 9900K a la cabeza de la gama de consumo no parece calmar las aguas.
Así, a día de hoy podemos encontrar CPUs ya afianzadas como el i7-8700K a un precio medio (mirando varias tiendas como Amazon o Newegg en EEUU) de 376 dólares, o un i5-8400 a 220 dólares. Algunos de ellos tienen precios inferiores al de su lanzamiento pero otros los están superando claramente.
El mayor problema es que muchas de estas CPUs están agotadas y otras están a punto de llegar a fin de stock sin que Intel haya puesto reemplazo en la serie 9 (de momento). Sin ir más lejos, la CPU estrella para los usuarios (i5-8400) está en la mayoría de tiendas agotada, cuando hace solo tres meses el stock era abundante.
¿Como va a reaccionar AMD?
Actualmente solo hay una sola CPU AMD por encima de su precio de salida (Athlon 200GE), de hecho, la única CPU que se mantiene es el superventas Ryzen 3 2200G, mientras que el Athlon 200GE está agotado debido a la voracidad de los usuarios.
La estrategia de AMD pasa por intentar recuperar cuota de mercado a pasos agigantados viendo todos los problemas de su máximo rival. Para ello ha dispuesto una estrategia bastante agresiva: recotar o mantener los precios de toda su serie 2 en Ryzen+.
Así pues, CPUs como el 2700X que en su salida costaban 330 dólares pasaron a 320 dólares en julio y ahora en octubre costará 295 dólares, lo cual si lo comparamos con el precio de salida del i9-9900K (488 dólares) le sitúan en una posición competitiva para intentar «robar» ventas a Intel, conscientes de que no pueden competir de tú a tú en rendimiento puro.
Tanto es así que CPUs con menos cores pero con overclock son capaces de superar a procesadores AMD aun teniendo estos el máximo overclock disponible con una refrigeración alta.
Aun así, los datos no favorecen a Intel, que con las subidas de precio de sus CPUs ha visto como el ratio rendimiento/precio se diluye cada vez más. Esto es realmente un problema de cara a los usuarios, ya que si Intel fuera competitiva en precio AMD tendría que bajar todavía más el costo de sus CPUs para seguir compitiendo.
De igual manera una reducción de precio siempre es bienvenida, sobre todo cuando no se pactan precios y la guerra es real, como parece que se da en estos momentos.