En el Instiuto Catalán de Nanociencia y Nanotecnoloogía (ICN2) han realizado un descubrimiento que podría cambiar el panorama futuro sobre el empleo del grafeno como material para fabricar ciertos componentes como los transistores de los procesadores. Este descubrimiento permitiría multiplicar la potencia de los procesadores futuros que se fabricaran con él.
Pocos materiales han despertado tanto interés y tanta especulación como el grafeno, desde que fue descubierto por los científicos Andre Geim y Konstantin Novoselov hace 14 años en la Universidad de Manchester. El hecho es que el grafeno es un semi metal que posee ciertas cualidades propias que lo harían particularmente interesante para la industria de semiconductores. Entre ellas destacaría la gran capacidad que tiene este material para conducir la corriente eléctrica.
Pero esta cualidad es, precisamente, el principal impedimento para que se pueda emplear en dicha industria, dado que el grafeno no puede parar de transmitir la corriente, es decir, no puede activarse y desactivarse como sucede con los transistores de silicio ahora mismo. Sí, es cierto que se han realizado intentos exitosos de dopar el grafeno de manera que adquiera ese tipo de propiedad, pero los métodos que se han desarrollado son demasiado caros para que, económicamente hablando, se puedan llevar a la producción en masa que requiere esta tecnología en este campo.
Multiplicar la potencia de los procesadores permitiría alcanzar nuevos niveles de rendimiento
Lo que han descubierto los científicos del ICN2 es que es posible fabricar un material muy similar al grafeno, pero que incorpore un hueco similar al que tienen los semiconductores como el silicio, que es el que les impide seguir transmitiendo la corriente eléctrica cuando esta se aleja de ciertos parámetros. Y que es lo que emplean los transistores de silicio para desarrollar su labor de una manera efectiva. Además, modificando las tiras de grafeno entre los poros (el número de átomos de carbono), este hueco puede ser controlado a voluntad, permitiendo ordenarle que se abra o cierre, en función de si se desea que circule o deje de circular la corriente eléctrica.
Aunque está claro que este descubrimiento sobre el grafeno podría abrir una nueva época en el desarrollo de los procesadores, todavía quedan muchos cabos sueltos por atar, como el desarrollo de los sustratos adecuados para estos procesadores. Desde luego, los investigadores afirman que el nuevo proceso es relativamente sencillo de llevar a cabo y, sobre todo, sería bastante más barato que las alternativas que se conocían hasta ahora. Pero haría falta que los principales fabricantes de procesadores, como son Intel, Global Foundries, Samsung y TSMC se interesaran por implantar esta tecnología para su producción en masa.